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Jorge Sáenz

Cuestionando la realidad

Llegó a Paraguay hace 30 años, a esta tierra que lo atrajo y lo atrapó desde el inicio, y se convirtió en uno de los impulsores de la fotografía en el país. Docente, editor, fotógrafo, autor, padre y compañero; Jorge Sáenz es todas esas cosas y mucho más. Aquí te contamos sobre sus inicios, su carrera y sus obras. 

Jorge Sáenz llegó a Paraguay el 4 de febrero de 1989, un día después de un hecho que marcó la historia de nuestro país para siempre: la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner. De pequeño, envidiaba a los grandes pintores y le emocionaba más su obra que la vida que estos llevaban. “Nunca me interesó ser considerado artista”, acota. Y, sin embargo, con su mirada que cuestiona y siente el pulso de las injusticias del presente y del corazón, Jorge es considerado un maestro en el arte de contar historias a través de la fotografía.

En el colegio estudió mecánica industrial y cursó tres años de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, pero fue su padre, un aficionado a la fotografía, quien lo introdujo al oficio que más tarde haría suyo. Con 19 años empezó a tomar sus primeras fotos —pensaba que el fotoperiodismo le permitiría participar directamente de los eventos sociales o artísticos que le interesaban; es decir, ir a muchos conciertos de rock gratis—, pero también le atrajo la idea de viajar. Quién diría que años más tarde decidiría quedarse en esta isla rodeada de tierra, como decía Augusto Roa Bastos.

Vivió cinco años en España, donde trabajaba esporádicamente como fotógrafo de eventos sociales, casamientos y bautismos. “Como empleado de una empresa en Barcelona, llegué a hacer 210 casamientos en menos de dos años. Odiaba eso, pero era una mejor manera que otras de sobrevivir en el exilio”, explica. Volvió a Argentina a los 27 años y ese fue el momento en que decidió dedicarse exclusivamente a la fotografía documental.

Esa decisión fundamental lo llevó a plasmar e interiorizarse en innumerables realidades. Hoy lo conocemos como uno de los impulsores de la disciplina en Paraguay, en sus roles de fotógrafo, investigador, autor y editor fundador del colectivo El Ojo Salvaje.   

Vocación

Según Susan Sontag, filósofa y ensayista estadounidense, las fotografías son una interpretación del mundo, y el resultado más grande del empeño fotográfico es darnos la impresión de que podemos contener a ese mundo entero en la cabeza, como una antología de imágenes. En un tono quizá más dramático, Sontag también habla sobre las fotografías como testigos despiadados de la disolución del tiempo; en ese sentido, el trabajo de los fotoperiodistas como Jorge es esencial, pues nos permite enmarcar y registrar esos momentos que se disolvieron, permitiéndoles existir en otro plano.

La fotografía es poder contar cosas a los demás de la forma en que el fotógrafo las ve: “Decirle a la gente que algo me parece importante, tal vez soñando con motivar cambios al respecto que no dependen de mí”. Jorge cree que la fotografía sigue estando, de alguna manera, muy ligada a la realidad humana, y de ahí nace su interés principal en ella.

Esta percepción resultó en varias publicaciones de trabajos documentales, tales como: Rompan Filas, sobre el Servicio Militar Obligatorio (SMO); El Embudo, sobre el penal de menores Panchito López; 400, sobre la tragedia de Ykua Bolaños; entre otros.

Desde que empezó, a Jorge siempre le resultó muy fácil fotografiar, y hasta aprendió a hacer —decentemente, dice— cosas que no le gustan mucho, como fotografía de fútbol. “Jamás fui a un estadio a ver un partido, sin embargo, llegué a cubrir eventos como el Mundial de Alemania en 2006”, explica. Ha trabajado como fotógrafo y editor de fotografía en medios argentinos y paraguayos, tales como Página/12, Última Hora, ABC Color, Noticias, Revista 23 y Clarín; además de desempeñarse como corresponsal para agencias internacionales como la Agence France-Presse (AFP) y la Associated Press (AP).

De todas maneras, el ejercicio de hacer fotografía de fútbol es irremplazable, según Jorge. “Cada partido es un desafío y también puede convertirse en una pesadilla. Por ejemplo, en la final de la Copa Sudamericana, el último año, no paró de caer agua del cielo [durante] todo el partido. Aunque me fue muy bien con las fotos, fue una verdadera pesadilla porque, a la vez que hacemos fotos las vamos transmitiendo, y bajo la lluvia todo se complica”, comenta.         

Dedicación

La construcción de espacios de formación y de organización para fotógrafos, artistas y trabajadores de la imagen es un tema muy importante en la carrera de Jorge. “Con el tiempo empecé a pensar en la importancia de compartir el conocimiento que da la experiencia. Eso derivó en el Taller de Ensayo Fotográfico que dirijo hace 20 años”, cuenta. La formación del colectivo de fotógrafos El Ojo Salvaje fue una natural consecuencia del taller; por ese lugar pasaron cientos de autores locales, quienes comprendieron la necesidad de la organización colectiva para desarrollar más esta disciplina que los unió.

El ensayo fotográfico es un formato que insta al autor a agudizar la mirada y profundizar un tema en específico. Personalmente, tuve la oportunidad de ser su alumna unos años atrás, y una de las cosas que más me conmovió fue la diversidad de personas (muchas de ellas de sectores quizá lejanos a la fotografía) que se acercan al taller para entender, ahondar e investigar sobre algo que les atrae y les interpela. La fotografía termina siendo un medio de expresión para transmitir y contar historias. El arte de una buena composición, iluminación y demás conocimientos técnicos no serían lo mismo sin la narrativa que lo acompaña. 

Al respecto, Jorge comparte que lo personal de un trabajo empieza con la elección del tema a abordar. “Del tema no solo dependen las motivaciones íntimas, sino el tener una posición ante la vida”, explica. De El Ojo Salvaje nacieron muchas iniciativas y proyectos, entre ellos seis festivales internacionales, decenas de cursos y talleres a lo largo de sus 10 años de existencia, hitos que hablan por sí mismos acerca de la importancia del esfuerzo colectivo. Sin duda, esta semilla que Jorge hizo germinar en su taller se puede apreciar como un incentivo importante en el desarrollo tanto de artistas como de sus obras.

Exploración

Conocer y reflexionar sobre distintos tópicos a través de ensayos fotográficos y fotolibros, es una manera muy inmersiva y cinematográfica de acercarse y dejarse asombrar. Especialmente si tratan sobre temas que nos tocan de cerca, como la ciudad que compartimos, los rituales y tradiciones de ciertas regiones, pero por sobre todo, las personas. Entre los fotógrafos con obras publicadas en este formato podemos citar a Fernando Allen, Juana Barreto Yampey, Tiburcio González, Juan Carlos Meza, Martín Crespo, Andrea Ferreira y, por supuesto, nuestro entrevistado, quien en los últimos años estuvo dedicándose a otro tipo de fotografía. Su proyecto #DinoDinaSeries habla desde la perspectiva de los protagonistas: unos dinosaurios que llegan con ciertas interrogantes y diálogos introspectivos que añaden una capa sensible a los inolvidables paisajes que vemos en las fotos.     

El proyecto tuvo repercusiones en todo el mundo, tanto es así que en Instagram rompió todas las fronteras llegando a alcanzar 900.000 likes. La obra adquirió notoriedad en las redes sociales, y logró migrar a un soporte menos efímero al convertirse en dos tomos de fotolibros, que actualmente se usan en varios colegios de Asunción. Si todavía no tienen por lo menos una obra de algunos de los autores que mencionamos más arriba, les recomiendo que consideren agregar los mismos a sus bibliotecas y así, de paso, apoyar el trabajo de la industria creativa y artística del país.   

El registro de una pandemia

Durante todo el tiempo que duraron, y siguen durando, las medidas de distanciamiento social y el aislamiento preventivo, Jorge estuvo ejerciendo su profesión ahí donde nos dicen que no debemos estar: afuera. “Lo vivo como un raro privilegio, el mismo que sentí cuando vine a vivir aquí hace más de 30 años. Paraguay es uno de los países más desconocidos de América Latina. Este raro momento de crisis global me da la oportunidad de aportar mi mirada a quien quiera conocerla”, comenta.

Estoy pensando ahora en un material que recoja todo esto que está pasando, dejemos pasar un tiempo y a ver, después de la espuma, qué es lo que queda.

Este 2020 llegó para romper paradigmas, planes y, básicamente, toda la idea que teníamos de un futuro cercano. “Estoy pensando ahora en un material que recoja todo esto que está pasando, dejemos pasar un tiempo y veamos, después de la espuma, qué es lo que queda”, dice Jorge. Hasta el momento hay menos de 20 muertes* por el virus en más de tres meses de aislamiento; según Jorge, esto habla de una rápida respuesta, pero también del aislamiento histórico que caracteriza a esta nación: “Esta isla de la que siempre nos quejamos, por esta vez resultó para bien de todos”.   

Para seguir el trabajo de Jorge fijate en su perfil de Instagram, @jorgesaenzpy, y en su página web, www.dinodinaseries.com, para conocer su último ensayo fotográfico. Sus aportes, como docente, militante y autor, son invaluables y una inspiración para aquellos que deseen involucrarse en la fotografía periodística y para el público en general.   

*Datos a principios de junio de 2020.

COMENTARIOS
  • Guille Pereira

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    Excelente reportaje, seguís por buen camino las enseñanzas del maestro Jorge. Éxitos!

    6 agosto 2020
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