Menstruación y sostenibilidad

Hay muchas aristas por discutir en el tema de los productos menstruales. Empezando por que la educación que recibimos al respecto en la escuela y el colegio no contempla el aspecto ecológico, medioambiental y, no menos importante, el económico. 

¿Cuál es el costo de la utilización de los productos menstruales? Las toallas higiénicas tardan alrededor de 500 años en biodegradarse. La huella de carbono de estos productos de un solo uso alcanza los 5,3 kg de CO2. Sin mencionar que, de acuerdo a un informe de Zero Waste Europe, las toallas higiénicas convencionales están hechas de hasta 90 % de plástico de petróleo crudo y pueden contener productos químicos como BPA, ftalatos y aditivos petroquímicos.

Actualmente, la conversación en torno a la menstruación contempla todas estas aristas que acabamos de mencionar y, ante la crisis climática y ambiental que está atravesando nuestro planeta, es importante considerar opciones más amigables tanto con el medioambiente como con nosotras mismas. Algunas de estas opciones son:

• Copa menstrual: Es un pequeño recipiente de silicona hipoalergénica que puede almacenar la sangre menstrual estando en el interior de la vagina. Se puede utilizar hasta 12 horas y viene en varios tamaños y formas. Al sacarla se vacía de su contenido, se lava y se desinfecta para luego utilizarla de vuelta. La copa menstrual tiene una vida útil de hasta 10 años, por lo que su inversión inicial es mayor a la de compra de toallas higiénicas o tampones. 

• Toallas reutilizables de tela: Tienen la misma forma que las toallas higiénicas, con la diferencia de que están hechas de algodón y fibras naturales. De acuerdo al mantenimiento y lavado, pueden llegar a durar de tres a cinco años. Para usar estas toallas hay que contemplar el lavado post uso —que debe ser preferiblemente a mano— y el hecho de que esto implica un esfuerzo extra.

• Ropa interior absorbente: Está hecha para que sea a prueba de fluidos, pero con diseños ergonómicos y estéticos. La marca más conocida es Thinx, quienes diseñan estas ropas interiores lavables y reutilizables que reemplazan a las toallas higiénicas o tampones. Las mismas están hechas de algodón transpirable que elimina la humedad, se seca rápidamente y neutraliza los olores; también puede absorber el equivalente a cinco tampones. Al igual que la copa menstrual, esta opción implica una inversión mayor por su carácter reutilizable. 

Considerando todas estas alternativas, las toallas higiénicas y tampones siguen siendo las opciones más accesibles: se encuentran en venta tanto en farmacias como en despensas, estaciones de servicio, etc. Sin embargo, en muchos países no son considerados como artículos de primera necesidad, sino “de lujo”. 

En este sentido, Escocia se convirtió en el primer país en ofrecer estos productos menstruales de un solo uso, de manera libre y gratuita. Según un estudio realizado en 2018, una de cada cinco mujeres en Escocia no podía pagar productos menstruales durante su periodo. Y si bien esta iniciativa está basada en el ámbito económico de las mujeres y la menstruación, no contempla la sostenibilidad a largo plazo. 

Las alternativas a las toallas higiénicas y los tampones son importantes porque abogan por el cuidado del medioambiente y buscan que la relación entre los mismos y las mujeres no esté condicionada por la presencia de químicos o elementos nocivos para la salud. Además, el hecho de que cada mujer es diferente abre la posibilidad de que no a todas les sea cómodo utilizar la copita menstrual, sino las toallas de tela, o viceversa. Es cuestión de encontrar el método que mejor se sienta y el que esté dentro del alcance de cada una.