Historia y tradición
Un nuevo ícono de Escorihuela Gascón
Uno de los vinos ícono de la histórica bodega Escorihuela Gascón, el MEG 2017, llegó a Paraguay el pasado mes de agosto, en una noche en la que se disfrutó de una maravillosa cena de maridaje en el restaurante La Cabrera, con la presencia del enólogo de la casa Matías Ciciani.
La presentación del MEG como vino insignia de Escorihuela Gascón se llevó toda la atención del público vinero, mediante la explosión de sabores originados en el suelo aluvial del Cordón El Cepillo. El enólogo Matías Ciciani, quien llegó de Argentina para este lanzamiento, describe esta etiqueta a partir de sus aromas, con distintivos toques de cassis, cerezas y ciruelas negras, especias y hierbas de la Provence, además de tonos ahumados, clavo de olor, vainilla y cacao.
La casa, fundada en 1884 elaboró una cantidad de vinos lujosos por más de 135 años. La historia comenzó con la llegada a la Argentina de su fundador, don Miguel Escorihuela Gascón, a quien rinde homenaje el nuevo vino ícono de la bodega: el MEG 2017.
Uno de sus principales viñedos se ubica en Agrelo, donde las cosechas viven en un microclima, único en el mundo, que provoca que cada racimo madure lentamente hasta alcanzar la plenitud. Asimismo, cuenta con un viñedo en la Finca Cordón del Cepillo, una zona salvaje no solo por la gran altura a la que se encuentra, sino por la casi nula intervención biodinámica: casi no llueve y no penetra demasiada luz solar.
El vino, recientemente premiado como el mejor blend de Sudamérica por la revista inglesa Decanter, destacó durante su presentación en el restaurante La Cabrera con su asombrosa mezcla de Malbec en un 40 % y Cabernet Sauvignon 60 %. A partir de ahora, se encuentra disponible en nuestro país.
Lanzando nuevas experiencias
La empresa importadora Frutos de los Andes aprovechó la noche para la presentación de la línea Pequeñas Producciones de Escorihuela Gascón, con sus varietales Chardonnay, Malbec y Cabernet Sauvignon.
“En Pequeñas Producciones Malbec prevalece la sensación de Malbec de altura y hierbas, de la Finca Cordón del Cepillo; hay tomillo, cedrón y otras especias de montaña que se perciben muy claramente en la nariz. La violeta, que nunca deja de estar, le da una intensidad más deliciosa”, menciona Matías Ciciani, agregando que es un vino de una estructura media-alta con texturas que se sienten como granos de arena que se van disolviendo.
Por otro lado, menciona que el Cabernet Sauvignon proviene de San José Tupungato, un lugar totalmente distinto que se ubica a 1000 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentran suelos profundos y con poca arena, rocas y mucha arcilla. “Vienen de un clima mucho más marcado que, personalmente, creo que funciona muy bien para el Cabernet Sauvignon. El Chardonnay proviene de ese mismo viñedo”, agrega.
«Lo que a mí me interesa es que la gente tome más vino, pero en el sentido de como lo hacía mi abuela, en casa con mi familia»
Matías Ciciani
Experiencias sin maridaje
Matías Ciciani cuenta que para disfrutar de un buen vino no se necesita de mucha preparación: “Creo que cada uno puede disfrutar de los vinos como le guste. Yo quiero dar ese mensaje porque, a parte de enólogo, también soy comunicador. Lo que a mí me interesa es que la gente tome más vino, pero en el sentido de como lo hacía mi abuela, en casa con mi familia, donde tomábamos botellas de cinco litros, porque era algo de siempre tomar: un poco de vino con soda y con hielo”.
Nos invita a dejar de lado los quesos y los cortes finos. Pide que no tengamos miedo de probar diferentes maneras de disfrutar de los buenos vinos, expandiendo su sabor con espontaneidad y sin pretensiones.
