Superarte

El campo de la educación y la asesoría financiera creció y se desarrolló bastante en los últimos años, y podríamos afirmar que Superarte cumplió un papel importante en esta transformación. Desde 2013, esta agencia consultora busca impactar en las personas y organizaciones, al ayudarles a entender de forma sencilla poderosos conceptos económicos y así lograr soluciones o evitar problemas en el futuro.

Un par de décadas atrás, la educación financiera estaba muy focalizada en la necesidad de ampliar el acceso de la gente al crédito formal. Por otro lado, la asesoría personal era un servicio exclusivo, al que solo tenían acceso personas de un nivel socioeconómico relativamente elevado. Con el tiempo, el tema adquirió mucha más notoriedad y accesibilidad, lo cual llevó al surgimiento de numerosos blogueros, tuiteros, influencers y, últimamente, un creciente número de tiktokers, dedicados a crear contenidos informativos y dar consejos sobre cómo ahorrar, invertir y administrar el dinero, además de ser precavidos con las deudas.

No obstante, este escenario está poblado por todo tipo de actores, desde los más serios y difíciles de comprender para el público en general, hasta los pseudoexpertos de dudosa credibilidad. Así también, hay profesionales consolidados en la materia, como estas tres pioneras de la educación financiera: Gloria Ayala Person, doctora en Economía y MBA; Daisy Abente, psicóloga, y Adriana Bock, economista. Hace 10 años ellas fundaron Superarte, consultora que ayuda a conquistar la tranquilidad financiera personal y familiar, con un enfoque que trasciende las comunes simplificaciones.

Su trabajo extiende la mirada más allá de los resultados, positivos o negativos, que puedan saltar a la vista, y llega a las causas, la mayoría de las cuales, coinciden las profesionales, se encuentran fundadas en el terreno de la psicología y las emociones.

Gloria es una de las pioneras en educación financiera y de las primeras que empezaron a compartir sus conocimientos para acercarlos al público, tanto en medios escritos como radiales; incluso, su programa de televisión lleva varias temporadas. En Superarte ocupa la presidencia y lleva adelante las estrategias con Adriana y Daisy, directoras de la consultora, quienes sí están en contacto directo con el público en general a través de charlas, talleres, asesorías personalizadas y más. En estos espacios, ellas combinan las finanzas con la psicología para entender su relación con una mirada integral.

¿Cómo nace Superarte?

– Daisy (D): En 2013 nos juntamos, sin casi conocernos, con la misión de incidir en la calidad de vida de las personas. Queríamos que la gente se eduque y disfrute del buen manejo de su dinero. Nuestro sueño fue impactar positivamente en las personas.

¿En qué momento se da esta combinación tan particular de economía y psicología?

– Adriana (A): Desde el principio, ya que nosotras sabemos que los problemas económicos no son solo de eso, porque afectan tanto las relaciones interpersonales como la propia autoestima. El dinero puede ser fuente de motivación o de depresión.
– D: Superarte nace con la mirada integral, iniciamos el consultorio financiero con organizaciones porque entendimos que los problemas de dinero no son matemáticos, sino conductuales. Se gasta bajo una emoción, sin conciencia, hasta que luego se ven los problemas. Desde el inicio supimos que la clave son los hábitos y las relaciones, por eso todos los servicios tienen el componente emocional como eje transversal.

Nosotras sabemos que los problemas económicos no son solo de eso, porque afectan tanto las relaciones interpersonales como la propia autoestima

Adriana Bock

¿De qué manera se complementan estas dos disciplinas?

– A: Cada una brinda apoyo desde su área. Las personas necesitan contención, ordenar sus pensamientos y emociones para tomar decisiones y actuar. De este modo logran lo que se proponen, ya sea ahorrar, invertir, aliviar el peso de las deudas o simplemente llegar con más tranquilidad a fin de mes. Todo parte de una motivación personal, la cual se nutre de experiencias, creencias e influencias diversas. Esto se trabaja en el área emocional, con la profesional idónea, que es Daisy, psicóloga, coach y terapeuta familiar. Pero en algún momento la persona también tendrá que analizar “fríamente” los números para aterrizar los sueños o expectativas a objetivos realizables. Ahí entra, por supuesto, la parte económica, de la cual me encargo yo.

¿Con qué inquietudes acuden con mayor frecuencia las personas?

– A: Podemos decir que son bastante comunes la falta de ahorro, el bicicleteo con las deudas y las dudas por desconocimiento respecto a las inversiones. Como mencionamos antes, estas serían las inquietudes más claramente identificables por parte de las personas, pero detrás de las mismas pueden ocultarse desórdenes emocionales, mayormente leves, aunque también los hay más graves, como falta de asertividad en la comunicación y muchas veces dificultades para aceptar aquellos aspectos de la realidad que la persona no puede cambiar.
– D: Otro tema frecuente es la diferencia de conceptos y acciones dentro de la pareja en relación con lo económico, cosa que se puede mejorar si aclaramos las diferencias y llegamos a acuerdos. Si hay amor, que el dinero no les separe.

– A: Los pasos básicos son tres: ajustar, balancear y crecer. A esto le llamamos nuestro ABC de la tranquilidad financiera.
– D: Para hacer el ajuste, empezamos por saber el punto de partida: un diagnóstico. Para eso necesitamos humildad y valentía. En la etapa de balance, es fundamental perseverar y tener apertura para llegar a acuerdos o reconocer debilidades. En el nivel de crecimiento, la confianza y las creencias son fundamentales para poder mirar con optimismo el futuro. De esta manera vemos la complementariedad de los ejes financieros y emocionales, que van de la mano en todo el proceso.

– A: Tener siempre un fondo para imprevistos y utilizar con más frecuencia el ahorro antes que la deuda como camino para adquirir lo que queremos. También, conocer bien nuestra capacidad de pago, ser prudentes y aprender a invertir para no depender siempre de un salario o pensión. Por supuesto, esto incluye dejar de tomar decisiones impulsivas o improvisadas, y en lugar de ello, planificar mejor nuestros gastos.
– D: Considero que es importante sobre todo aprender a conversar con mi entorno más cercano sobre el dinero y las metas que tenemos; ponerme objetivos y establecer pasos para concretarlos; trabajar cada uno en su persona, para potenciar las fortalezas y superar las debilidades.