Desafiantes
Siete mujeres representantes de diversas disciplinas deportivas en Paraguay nos cuentan sus inicios, sus logros más importantes, los desafíos a los que se enfrentan y la dicha que les produce su trabajo como atletas. Cada una es única, todas tienen historias diferentes y, hoy, las une la pasión que mueve sus vidas.
Lucero Viveros
El primer amor de Lucero no fue el rugby, sino el fútbol. Estuvo en casi todas las selecciones de fútbol femenino e incluso obtuvo una beca para ir a estudiar a Estados Unidos. El rugby siempre le gustó; de hecho, cuando volvió estaban buscando chicas para armar un equipo femenino en su universidad. “Como darían becas por jugar en el equipo, me presenté a las prácticas y, desde el primer minuto que jugué, me enamoré del deporte”, comenta. En la primera práctica su entrenador la animó para que entrenara con el seleccionado femenino. Ahí se inició y nunca más salió; hoy es capitana de la selección.
Su experiencia más importante fue haberse convertido en la primera paraguaya que fue a Francia a jugar rugby. Para ella es sumamente importante la rol de las mujeres en el deporte, comentó que a finales de año se estará implementando la modalidad 15, y que esto sería una oportunidad para muchas compañeras suyas que dejaron de jugar por diversos motivos. En Paraguay, el rugby femenino se juega solo en la modalidad 7, número que señala la cantidad de jugadoras. “Nosotras, las chicas, somos muy aguerridas, en todos los deportes representamos al país, nos vamos y dejamos todo en la cancha”, asegura.
Nicole Martínez
“La joven promesa del remo paraguayo”, así se refieren a Nicole Martínez en los medios de prensa. Su padre practicaba remo y fue él quien la impulsó. Tenía nueve años cuando empezó y reconoce que el deporte no le gustó de inmediato. Ahora tiene 16 y hace cuatro que se dedica al remo por completo. “Tenía una meta: viajar en nombre del país, representarlo por cualquier deporte. Después me gustó el remo y pude hacer todo eso que me propuse, viajar y representar a Paraguay ”, menciona.
Para ella, cada competencia tiene su importancia, pero la que más le emocionó ocurrió en los Juegos Sudamericanos de Playa en 2019, cuando obtuvo, junto con Rocío Valdez y Claudia Netto, la primera medalla histórica. Actualmente, combina sus responsabilidades como deportista, estudiante, amiga e hija. Considera que el remo femenino está más fuerte que nunca, y que alcanzó un nivel muy alto. Las mujeres que le inspiran en esta especialidad son Gabriela Mosqueira, Alejandra Alonso, Rocío Rivarola y Rocío Valdez. Planea retirarse luego de los Juegos Olímpicos de 2028, pero continuar dedicándose al deporte desde otro rol: el de la gestión y la administración.
Gabriela Mosqueira
A Gabriela siempre le gustaron los deportes. Practicó todos los que pudo en el colegio, pero, según ella, no logró destacarse en ninguno. Fue su hermana mayor quien la acercó al remo en esa misma época. Entre los 18 y 19 años de edad tuvo que decidir qué hacer; dedicarse al remo, a estudiar, a conseguir una beca… las posibilidades eran muchas. “Quería estudiar pero, al mismo tiempo, quería seguir remando. Empecé a buscar una beca en el exterior. En esa época no existía la Ley del Deporte, entonces no teníamos ningún tipo de apoyo acá. Fue un año decisivo para mí y decidí que quería continuar con esto”, explica.
Un evento memorable de su carrera fue su primera regata internacional y la primera de la categoría femenina juvenil, en 2006: “La primera vez que competí internacionalmente fue en el primer mundial juvenil femenino de remo que existió. Fue en nuestro país y, encima, me tocó ganar. Ese fue el principio de todo, lo que me impulsó a seguir adelante”. Gabriela se inició en un deporte menor y masculinizado en medio de una era de cambios, y siente que fueron las mujeres las que sacaron a relucir el nombre de esta disciplina en nuestro país.
