Dean, el inmoral
Un encuentro de sensibilidad y contradicción
James Dean, el célebre actor estadounidense, es el centro y el medio para visualizar esa época dorada de Hollywood en la que le tocó desenvolverse, a través de una propuesta teatral inspirada en su persona. Conversamos con la directora, Fátima Fernández Mercado, quien nos compartió su perspectiva del proceso y la trama que rodea esta interesante obra.
Fotografías: Dani González
En marzo de 2020 empezó con la lectura de guión, el largo camino que culminaría en esta obra. Dean, el inmoral es una propuesta teatral escrita por el renombrado actor y dramaturgo paraguayo Arturo Fleitas y dirigida por Fátima Fernández Mercado. “Fue un proceso interesante porque íbamos juntando la obra, a la par que la adaptábamos”, comenta Fátima sobre el trabajo que llevaron a cabo, que empezó hace más de un año.
James Dean, el intérprete de Jim Stark, protagonista de la película Rebelde sin causa, alcanzó el estrellato luego de tan solo tres roles protagónicos. “Estos filmes lo convirtieron en ícono, pero no solo por una cuestión de suerte, sino porque hizo muy buen trabajo actoral y para la época era un nuevo tipo de masculinidad”, relata la directora. Sin embargo, antes de llegar a la etapa dorada de su carrera, Dean se enfrentó a pérdidas, traumas y fantasmas que influyeron de manera importante en su vida.
La adaptación fue realizada por Fátima con ayuda de todo el elenco. El tiempo que tomó esta tarea se debió a que inicialmente la obra estaba contemplada como unipersonal, y este cambio le dio más dinamismo y oportunidades de interacción. “Sobre todo porque dura una hora y media, y en ese tiempo Erik, el protagonista, debe sostener todo prácticamente solo. Sí, le tiene a los demás, pero ellos entran y salen constantemente, él se queda todo el tiempo frente al público, no abandona en ningún momento la escena, ni siquiera para cambiarse”, agrega.
Como humanos, convivimos con una cantidad de contradicciones constantemente; James Dean no era ajeno a esta problemática. “Nuestro protagonista es un antihéroe, no es alguien al que nos guste idolatrar ni glorificar, y está clarito en la obra, empezando por que es un personaje machista. Lo vemos y precisamente sentimos —yo al menos como directora—cuestiones que identificamos aún en nuestros varones y también en mujeres, debido a que está muy arraigado el machismo en la sociedad, entonces es una denuncia también”, profundiza Fátima. Esta es una temática que trabajan de manera transversal a lo largo de la obra.
La obra toca numerosas temáticas sensibles que se aprecian en la historia de vida de Dean. Desde su infancia hasta su muerte a los 24 años de edad. “Honestamente, cada persona siente algo distinto con la puesta. Hay a quienes les toca profundamente el machismo; a otras, el haber perdido a la madre siendo tan jóvenes, también la ausencia del padre”, comenta. James Dean vuelve constantemente a estas heridas de su pasado, y vemos cómo eso lo llevó a su trabajo actoral. “Él nos trajo en sus personajes a un hombre mucho más sensible, afectado, débil, por así decirlo”, agrega.
El equipo detrás
El elenco que convocó Fátima está compuesto por actores y directores tales como Erik Gehre (en el papel protagónico), Mafe Mieres y Alfredo Miliki Chaves. Julieta Benjamín se encuentra a cargo de la producción general de la obra; la escenografía fue realizada por Adriana Ovelar; el vestuario, por Tania Simbrón, y la coreografía general fue de Macarena Candia. “Me gusta trabajar con mujeres, me parece importante hacer hincapié en esto. Tenemos mucho para aportar desde nuestra visión, una perspectiva femenina del arte que es muy poderosa”, recalca.
Derecha: Fátima Fernández Mercado.
En asistencia de dirección está Ronald Von Knobloch. Comparte Fátima que ambos, Ronald y ella, son amantes del teatro musical, y cree que lograron impregnar eso a la obra para darle un ritmo particular. “Fue un proceso superenriquecedor, agotador, no fue nada fácil. Hacer teatro en este tiempo es vivir con la incertidumbre. Realmente es titánico; a toda la gente que está creando en este momento, es como para aplaudirle, porque no hay tampoco garantías de parte del Gobierno”, explica. Así, reitera que este es el momento de sanar las heridas de esta pandemia con el arte, y de apoyar a las obras locales en cartelera.
