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A la hora del brunch

Uno de los hechos más certeros de la gastronomía del siglo XX es que el brunch es una de las mejores invenciones jamás hechas. En un solo acto se combina lo que amamos del desayuno con una abundancia típica del almuerzo, en un horario perfecto para los días más chill. En esta nota, te invitamos a salir de casa para degustar cuatro menús distintos, pensados para encantar tus papilas gustativas.

Llamar a esto un tour es, directamente, una mentira. Es imposible encarar distintas opciones de brunch como lo haríamos con un pub crawl, todas en un mismo día, especialmente porque muchos lugares ofrecen bufés y el costo siempre es acorde a la calidad, cantidad y variedad de recetas. Las propuestas que te traemos son el resultado de una búsqueda —personal y del equipo— de menús que satisfagan tanto al estómago como a los estándares de sabor que acostumbramos.

El Café de Acá. Fotografía: Amalia Rivas Bigordá.

Un clásico

Por supuesto, no pudimos ignorar uno de los lugares más tradicionales para este encuentro. El Café de Acá llegó hace unos diez años para posicionarse como el sitio ideal para llevar extranjeros a degustar sabores típicos, pero nunca dejó de ser un restaurante al que nosotros siempre queremos ir. Cada ampliación de carta y cambio efectuado no hizo más que enfatizar la cualidad creativa en cuanto a combinaciones y novedades.

Cuando el boom del brunch llegó para quedarse, el café incorporó tres combos distintos, pensados para aquel que busca una experiencia ya planeada, pero también un montón de platos individuales que se ajustan a las exigencias de un público cada vez más informado sobre lo que consume y con ansias de degustar algo nuevo.

El Paraguayan es un combo muy nuestro: huevos revueltos, mandioquitas fritas y tostadas francesas con jugo natural y café. Sin duda, uno de los más pedidos por su capacidad para satisfacer a los estómagos más valientes. El Campestre también lleva una dosis de potencia gracias al mandi’o chyryry con salchichas, pero equilibrados con pan de campo tostado y un mix de hojas verdes; acompañado, también, de jugo y café.

Algo que nos encanta particularmente, aquí en la redacción de High Class Gourmet, es la variedad de tostadas. Especialmente, recomendamos la Tosta ranchera y la Tosta hummus; la primera lleva un guacamole fresco con tomatitos cherry y un precioso huevo frito encima, mientras que el segundo concentra una variedad de vegetales sobre una riquísima capa de hummus, con semillas de sésamo tostado encima; ambos sobre una tajada de pan de campo crocante. La Tosta hummus es una opción excelente para los veganos (y los omnívoros también, por supuesto).

Sin duda, El Café de Acá es un lugar al cual volver una y otra vez, en primer lugar por su calidad y en segundo, por la casi interminable oferta de platos que se complementan entre sí, para disfrutarlos en la frescura del patio con la familia, cualquier sábado o domingo que amerite un par de horas de desconexión.

Toque francés

En las cercanías se encuentra Georges Patissier, un pequeño café inspirado por locales similares de París y capitaneado por el pastelero Jorge Cardozo Echauri, que acaba de cumplir su primer año de vida. Desde inicio del otoño que ofrecen el servicio de brunch los domingos. “Desde el principio, hicimos un menú variado que contiene, además de nuestro fuerte, que es la pastelería francesa, cosas como panes, sándwiches y tartas”, comenta el chef.

Una característica clave de la carta es la versatilidad. Todos los platos pueden ser acompañados con café recién molido o bien, maridado con cócteles (con o sin alcohol) y vino (aún cuentan con una cava moderada que promete ir creciendo). Algo que Jorge disfruta es combinar los sabores agridulces para ofrecer experiencias gustativas diametralmente opuestas a lo que el comensal puede encontrar en un lugar común. “Son cosas a las que mucha gente no está habituada, pero que valen la pena probar”, acota.

Ese gusto por lo inusual no es accidente. Es que Jorge estudió y trabajó fuera de Paraguay gran parte de su vida profesional, específicamente en Argentina y Francia. “Tenemos varias facetas que nos gusta explorar”, dice Jorge sobre su negocio, y agrega: “el hilo conducto es la elección de ingredientes que pongan valor en lo nuestro. Si bien mi propuesta tiene una impronta francesa, me gusta usar los ingredientes nacionales como mburukuja, coco, miel negra y caña. Me gusta incorporarlos al menú sin convertirlos en un cliché”.

El brunch que degustamos en Georges Patissier está basado en la riqueza de sus panes, elaborados artesanalmente in house a partir de masa madre. Degustamos la panera surtida con baguettin, pancito de queso, pancito de campo, pancito con semillas y focaccia, con mermelada de tomates y manteca saborizada.

Una genial sorpresa fue el croissant de manteca que sirve de base para distintos sándwiches, como el German style (foto) con queso sardo, salsa bechamel, queso mozzarella, jamón, salsa de frutos rojos, tomates confitados, huevos poché y cebollita. A la propuesta se sumó un sándwich de waffles con jamón, aguacate, albahaca y huevos poché. Ambos van de la mano con el interés de Jorge por combinar lo dulce y lo salado en platos únicos para sus clientes.

Por supuesto, no pudimos salir sin comer unos macarons y verificiar que, de hecho, esta es una pastelería francesa. Nos sorprendió especialmente el de vino tinto con frutos rojos y ganache de chocolate, una experiencia que no podemos esperar para repetir.

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