Una ventana para la cultura paraguaya
Por y para los artistas
El encierro por la pandemia llevó a la transformación de los espacios artísticos y culturales. Ejemplo de ello es Drácena, que pasó de un espacio físico a la presencia virtual a través de la plataforma Ventana Drácena.
En 2013, Drácena abrió sus puertas sumando una actividad más a la agenda cultural de Asunción: un ciclo de jazz que se realizaba todos los miércoles. Con el tiempo, se convirtió en un espacio para la expresión libre del arte, en sus distintas manifestaciones. “Yo veo a Drácena como un espacio cultural hecho por y para los artistas en general”, comenta Seba Ramírez, músico y responsable del espacio.
Hace tiempo que el equipo de Drácena viene realizando registros de los conciertos. “Con una cámara y un grabador pequeño venía grabando hace varios años atrás, desde el principio. Tengo conciertos enteros, y con el tiempo fue mejorando la calidad del registro”, agrega Seba. Ya sintiendo el impacto de la pandemia en la industria cultural, Drácena se presentó a la convocatoria de fondos ciudadanos de la Secretaría Nacional de Cultura, y ganaron. Así también, la Embajada Alemana y la Fundación Itaú se acercaron para apoyar al espacio.
La página web de Ventana Drácena, que nace del concepto de ser una ventana para el arte y la cultura paraguaya en el mundo a través de internet, fue el resultado del apoyo y los fondos que recibieron. “Desde mi punto de vista, lo importante era no depender del espacio físico porque eso era lo que corría riesgo, riesgo de no poder pagar más el alquiler. Si no existe la casa, Drácena tiene que seguir existiendo. Así fue que surgió hacer todo de manera virtual”, explica Seba.
Ventana Drácena ofrece una experiencia artística a la cual uno puede acceder a través de la membresía mensual o de la compra de tickets para conciertos o eventos. La respuesta del público fue y es alentadora, al visitar la página y ver los conciertos. “Es gracias también a los artistas, más que cualquier ropaje o la página web misma, lo que creo siempre es que el arte de estos artistas es lo que hace que la gente se cope”, añade.
La aspiración de la plataforma virtual de Drácena trasciende a los conciertos y al ámbito musical. “Ahora la parte musical está, pero quiero poder activar las ferias virtuales, también la parte didáctica, donde vamos a ir subiendo materiales en video como workshops; [de igual manera] en la parte académica subir textos con referencia al arte paraguayo. Es algo que tengo ganas de activar y me parece muy necesario”, agrega.
El equipo que hizo posible esto es grande, entre ellos está Jessica Rivas, con la identidad visual de la plataforma, Jorge Verón, encargado del desarrollo web, Amanda Chamorro en manejo de redes sociales, y Seba que se encarga de grabar, editar y subir los contenidos, entre muchas otras cosas.
La importancia de la existencia de lugares como Drácena es vital y necesaria, sea en el contexto de pandemia o no. “Creo que es necesario que haya lugares que sean alternativos, o que busquen dar espacio a diferentes manifestaciones del arte. Entender que una buena banda, tener buenos músicos o una buena curaduría en un espacio, lo que hace es elevar la calidad de la propuesta. Creo que eso es lo que hizo que Drácena sea valorado; fue el arte, fueron los artistas”, puntualiza Seba.