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Una década de colosos de la tierra

Salvar un árbol es salvar a miles

Con el fin de generar conciencia en la población sobre el cuidado del medioambiente y el respeto hacia los bosques, la organización no gubernamental A Todo Pulmón lleva 10 años recorriendo el país con Colosos de la Tierra, un concurso que le da un merecido protagonismo a los árboles nativos. A la par, comparte las historias de las personas, familias y comunidades que resguardan a estos ancestrales seres vivos, como custodios del presente que piensan en el futuro de la naturaleza y las próximas generaciones.

Timbo, samu’u, tajy, yvyra pytã, yvapovõ, kurupa’y… ¿Cuántas especies nativas conocés? Colosos de la Tierra es un concurso anual que se originó en nuestro país para concienciar sobre la importancia de preservar los bosques y fomentar el respeto hacia los árboles. Desde hace una década, la organización no gubernamental A Todo Pulmón organiza esta contienda que, con el correr de los años, se convirtió en una de las campañas ambientales más grandes del mundo. 

Pero, ¿cómo empezó en un primer momento esta ONG y, posteriormente, el concurso? Víctor Ibarrola, su director ejecutivo, nos narra sus inicios con dos historias. La primera sitúa a Humberto Rubin y a su esposa, Gloria, que viajaban por el departamento de Amambay. “Juntos vieron los camiones que llevaban rollos de madera. Entonces ella le dijo: ‘Hacé algo, vos que tenés el poder de la radio’. Durante el resto de la travesía él pensó: ‘¿Qué puedo hacer?’. Días después, anunció en su programa un desafío: se juntarían para plantar árboles, por cada uno que se derrumba. Pegó tanto que lo llamaron de cooperativas, universidades, asociaciones de jóvenes e inclusive compañías, muchísima gente, que comenzó a hacer donaciones para comprar ejemplares nativos”. Esta fue la primera plantación masiva. 

En un recorte de periódico de aquel entonces se puede leer que Rubin expresó: “Queremos plantar 14.000.000 de árboles”, dos por cada paraguayo. En 12 años de existencia, ya plantaron más de 40.000.000, siempre en alianza con productores, familias rurales y empresas. Tiempo después vio la luz esta gran idea de Colosos de la Tierra, y aquí llega el segundo relato. 

Esta edición llegó con la grata sorpresa de un nuevo récord en la cantidad de inscriptos: 662 árboles registrados de 56 especies diferentes.

“En Bella Vista Sur, departamento de Itapúa, iban a tirar para abajo un árbol muy grande. Los pobladores de la comunidad llamaron a hacer la denuncia para que esto no ocurra. Ronaldo Dietze, vicepresidente de la ONG, logró contactarse con el vecino que iba a hacerlo y le pidió tiempo. Dietze habló con Humberto Rubin; él, a su vez, contactó con los medios de comunicación y la Municipalidad local. De todas maneras, fueron los vecinos que estaban ahí los actores fundamentales que evitaron la tala. En ese momento se dio el primer recorrido para conocer al ejemplar, que resultó ser un yvyra pytã de más de 230 años, y se lo nombró como el primer Coloso de la Tierra. Posteriormente, se decidió realizar año tras año el concurso, que en sus primeras ediciones contó con 10 a 20 árboles candidatos, que suman hoy más de 3000 en total”, cuenta. 

Durante este mes de agosto se encuentra en marcha la décima edición de Colosos de la Tierra, en el que concursan ejemplares de la ciudad capital y de los 17 departamentos del Paraguay. Son 10 años recorriendo el mapa de norte a sur, este y oeste, para darle protagonismo a árboles nativos de cada rincón, considerados verdaderos viajeros en el tiempo. 

Los árboles guardan una gran riqueza ecológica, histórica y cultural. Y detrás de ellos hay muchas historias de personas, familias y comunidades enteras con una gran voluntad para conservarlos. En honor a ellos, este año la organización tiene como lema #GuardianesDelFuturo, para dar a conocer a la generación que los inscribe y visibiliza. 

Con cada edición, el proyecto parte de una campaña de comunicación que permite conocer el concurso, para que la gente participe candidatando a su ejemplar. Colosos de la Tierra premia a los árboles a través de las personas que los postularon. A partir de esto, se elabora un material audiovisual a la par de un registro fotográfico de cada espécimen y las comunidades y familias que los cuidan, para que se conozcan y valoren a través de su difusión en medios de comunicación y redes sociales. Con todo esto, se genera una base de datos de todos los aspirantes y un mapa para visualizarlos.

El concurso está en marcha

Esta edición tan especial llegó con la grata sorpresa de un nuevo récord en la cantidad de inscriptos: 662 árboles registrados de 56 especies distintas. Se premiarán seis ejemplares, cinco de ellos por sus medidas: el más grande del Paraguay, el más grande del Chaco, el más alto, el de mayor circunferencia en el tronco y el de mayor circunferencia en la copa; y 1 de ellos por votación del público, conocido como El Árbol de la Gente. 

Como todos los años, pudieron participar del concurso todas las especies autóctonas cuyas medidas de altura sean de al menos 20 metros o tres de circunferencia del tronco, candidatadas por cualquier persona sin distinción de edad. Las inscripciones se extendieron por un par de semanas hasta el pasado 19 de julio y cada etapa del concurso se transmite en redes sociales, sobre todo en la cuenta de Instagram de atodopulmonpy. 

Victor Ibarrola. Director ejecutivo de A Todo Pulmón.

“Queremos seguir generando este efecto contagio: que más personas quieran cuidar de los árboles”

El proceso continúa con un jurado compuesto, en esta oportunidad, por los comunicadores Chiche Corte, Melissa Quiñónez, Bibi Landó y Toto González en representación de distintos medios. La lista prosigue con Ronaldo Dietze y Osvaldo Turlán, vicepresidente y director de Proyectos de A Todo Pulmón, respectivamente; Lucy Aquino, directora país de WWF Paraguay; Lidia Pérez Molas, profesora e investigadora de la Universidad Nacional de Asunción; Ariel Oviedo, ministro del Ambiente; Cristina Goralewski, presidenta del Instituto Forestal Nacional; Arnaldo Wiens, ministro de Obras públicas y Comunicaciones, y Matteo Sirtori, jefe de cooperación de la Unión Europea en Paraguay. 

“Cerradas las inscripciones, el jurado determina a los finalistas, que son alrededor de 20. Los tres últimos fines de semana del octavo mes son destinados a las expediciones para realizar las mediciones de los Colosos y, también, conocer los testimonios de las personas que los postularon. El 21 de setiembre, Día de la Primavera, se realiza la ceremonia de premiación de los seis ganadores”, explica nuestro entrevistado. 

Hasta ahora, con Colosos de la Tierra se recorrieron más de 12.000 kilómetros de caminos junto a investigadores, periodistas, influencers y representantes de instituciones públicas y privadas para llegar hasta los árboles finalistas. Esta 10.ª edición se torna especial desde todo punto de vista, ya que A Todo Pulmón, con el apoyo de sus aliados, pretende brindar un mensaje contundente de esperanza en medio de la crisis por la pandemia del covid-19. La conservación de los últimos remanentes boscosos de nuestro país y el mundo debe ser prioridad absoluta para evitar más brotes de enfermedades. 

Víctor y el equipo al cual representa tienen el sueño de generar la Ruta de los Colosos. “Hace tres años que estamos tocando puertas. Sería genial que los Colosos sean atractivos turísticos y así incentiven económicamente las regiones del país donde se encuentran. Tenemos mucho que planificar y con cada edición avanzamos un poco más con la idea”, nos adelanta. 

Colosos de la Tierra es una plataforma que nació en Paraguay y que bien puede servir en todo el mundo. “En los próximos 10 años tenemos la intención de seguir compartiendo nuestro trabajo y, quizás, alguna vez se dé una Copa América de los Colosos de la Tierra. Queremos que sigan ganando protagonismo los árboles, la naturaleza, darles espacio a los guardianes del futuro para generar este efecto contagio: que más personas quieran cuidarlos”, finaliza. 

La edad de un árbol

Hay muchos estudios para determinar este dato, pero son muy invasivos para el árbol. Obviamente si se echó o se cayó, se puede medir por el número de anillos en el tronco. Con Colosos de la Tierra no se llega a ese nivel científico, para no dañarlos, entonces lo que se hace es una relación de acuerdo con sus dimensiones: su altura, grosor y aspecto. Para determinar desde hace cuánto tiempo el ejemplar está en la tierra, también se recurre al relato de los lugareños. “Los árboles son seres vivos que se merecen nuestro respeto. Para nosotros, la manera de cuidar algo es conociéndolo. Eso también aporta este concurso”, añade Ibarrola.

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