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María Mayeregger

Mujeres inspiradoras

Es migrante, mamá, abuela, médica, sexóloga y educadora sexual; tiene una trayectoria dedicada a la medicina y a la educación. Son algunas de las facetas que podemos reconocer en esta prolífica mujer. Te invitamos a conocerla y a adentrarte en su carrera y su visión como persona.

Al googlear el nombre de María Mayeregger uno se encuentra con numerosos links de artículos y videos en los que habla sobre algo que la apasiona: la educación sexual. María es médica egresada de la Universidad Nacional de Córdoba y vive en Paraguay desde hace ya 46 años. Como especialidad eligió el tracto genital inferior, es decir que su campo de acción es todo lo relacionado con la prueba de Papanicolaou (PAP) y colposcopía. “Esto lo hago desde 1980 y elegí esa especialidad porque quería vincularme a la educación. Es una buena oportunidad para educar cuando las mujeres van a controlarse, ese estilo de enfocar la atención médica me hace muy feliz”, explica la doctora mientras sonríe.

A medida que fue avanzando en la carrera de Medicina se dio cuenta de que su interés yacía en lo social y en la prevención. Cuando llegó a Paraguay, hizo su residencia en el Centro Médico Bautista y, al terminarla, decidió quedarse en el país. En Asunción empezó su carrera y su familia; es madre de tres hijos y abuela de seis nietos.

“Te juro que nunca me arrepentí de estar acá. Quiero tanto al Paraguay y me interesa todo lo que pasa acá, especialmente [en lo relacionado con] nosotras las mujeres, que tanto necesitamos cuidarnos. Siempre les digo a mis pacientes que si no nos cuidamos entre nosotras, ¿quién nos cuida?”, acota.

Me di cuenta de que era necesario que me formara en sexología porque, en nuestra cultura, a las mujeres nos educaron con un enfoque negativo.

Según ella, uno de los mayores problemas que las mujeres plantean es en la esfera sexual. “Me di cuenta también de que era necesario que me formara en sexología porque, en nuestra cultura, a las mujeres nos educaron con un enfoque negativo. Entonces, ¿cómo podemos desaprender ese modelo de educación que tanto daño nos hizo, nos negaron a conocer nuestro cuerpo?”, señala. Con ese cuestionamiento en mente, se formó como educadora en Argentina e hizo un masterado en educación sexual, terapia y género en España. También es educadora sexual en el Colegio del Sol desde hace más de 10 años.

Para María, la educación sexual es importante para empoderarnos de nuestro cuerpo, conocerlo, saber cuáles son los límites y comprender nuestro potencial erótico y sexual. “Desvincularnos de la sexualidad-problema y ver al ejercicio sexual como una oportunidad de disfrute, como una oportunidad para realizarnos como mujeres”, explica. A su criterio, la educación es el mejor camino para romper los prejuicios. Considera que su hito profesional es la trayectoria y reputación que fue construyendo año tras año, consulta tras consulta, entrevista tras entrevista.

María se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana, aunque admite que no sabe por qué, pues nadie la apura. Sale para el Bautista y allí atiende desde las 7:30 hasta el mediodía. Si tiene suerte, sale temprano y hace pilates; de hecho, por cinco años, más o menos, fue también instructora, pero ahora ya solo es alumna. Luego va a su consultorio, se sienta al microscopio para analizar las láminas que extrajo a la mañana. Trata de terminar sus actividades para las 6 de la tarde y, de camino a su hogar, pasa a saludar y a mimarse con sus nietos. “Creo que hay un gran equilibrio entre el trabajo y la oportunidad de ser feliz”, concluye con una sonrisa.

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