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Gloria Ortega

Mujeres inspiradoras

Competitiva, determinada y desafiante, Gloria Ortega, desde temprano, se interesó por la tecnología y ocupó espacios históricamente masculinizados. Así fue que se convirtió en la primera mujer en recibirse de ingeniera industrial y la encargada de instalar el primer cajero electrónico en Paraguay.

De ella sabemos que fue la primera ingeniera industrial, la primera en traer el cajero automático al país y la primera en instalar el servicio de banda ancha de Paraguay; pero lo que no sabemos es que tuvo que recorrer un largo camino para llegar a donde está. Gloria Ortega no conoce la definición del fracaso.

Se formó en un entorno históricamente masculinizado y la respetaron como “una más” del grupo. Aunque reconoce que en ese tipo de entornos existen casos de acoso o menosprecio a las mujeres, los compañeros con los que le tocó colaborar se concentraron en la ciencia, con el único propósito de trabajar en equipo y resolver problemas.

“Cuando trabajás en entornos competitivos, las habilidades intelectuales y emocionales son iguales. Ganás valentía y autonomía cuando tenés las capacidades para lidiar con las situaciones, y eso te va poniendo en igualdad de condiciones”, comenta la actual gerente general de Bancard.

Pero antes de eso le tocó ponerse guardapolvos y una gorra, y trabajar en una empresa que fabricaba transformadores. Era terreno virgen para mujeres. Tanto así que tuvieron que construir un baño sexado.

A partir de ahí, se propuso instalar tecnologías en distintas empresas en un momento en que se comenzaban a desarrollar los primeros códigos para las computadoras. Ejerció como ingeniera en sistemas de IBM Main Frames y AS400, y llegó a ser gerente regional de seis subsidiarias de Millicom International, en África y Latinoamérica.

¿Por qué las mujeres no llegamos a cargos gerenciales? ¿Porque somos mujeres? No, porque no tuvimos acceso a las mismas oportunidades.

Mujeres al poder

Gloria siempre tuvo algo claro: que las tecnologías deben solucionar problemas sociales. Y la ausencia de espacios para las mujeres en puestos de toma de decisión no iba a ser un freno para ella.

“En los puestos de alta gerencia, la cantidad de mujeres que llegan es mínima. Creo que esa falta de ver líderes femeninas, a su vez, va permeando hacia mujeres que están en su fase de formación ya que, de alguna manera, no las motivan lo suficiente”, expresa Ortega. Por el otro lado, según explica la empresaria, existen condiciones de vulnerabilidad que le restan capacidad de preparación a la mujer para llegar al punto de ser competitiva.

“¿Por qué las mujeres no llegamos a cargos gerenciales? ¿Porque somos mujeres? No, porque no tuvimos acceso a las mismas oportunidades, tiempo y dinero que tuvieron los hombres, ya que, en general, tienen más oportunidades, mejor acceso económico y oportunidades”, remarca.

Admite que ella, sin embargo, pudo acceder a esas oportunidades para construir sus habilidades: “Nunca renuncié a fondos ni a oportunidades por cuidar a una tía. Entonces, me preparé en igualdad de condiciones”.

La maternidad, el cuidado de la familia y la administración del hogar a menudo se interpretan como expectativas que deben satisfacer las mujeres pero para Gloria, en cada decisión que tomamos debemos escuchar al corazón: “La peor opción, para mí, es renunciar a tu corazón por algo que la sociedad te impone. Creo que las limitaciones que las mujeres tenemos o que, a veces, nos ponemos, es lo que nos impide llegar más lejos.

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