Proyección decorativa
La personalidad hecha estilo
La estética del hogar va por buen camino cuando se construye —a partir de colores, objetos y texturas— según la personalidad de quien lo habita. En esta premisa se enmarca el interiorismo de la arquitecta Bibiana Stroessner, quien nos brinda un recorrido por cinco ambientes eclécticos donde la individualidad y los recuerdos hablan por sí solos.
Uno de los pilares fundamentales de la expresión personal a través de la deco es, sin dudas, incluir en el conjunto elementos que encapsulen la variedad de matices contenida en un ser humano. Según la arquitecta Bibiana Stroessner, su mayor logro es precisamente retratar a sus clientes, sus necesidades y su estilo de vida a la perfección. En este sentido, no deja de sorprender la capacidad y el tino de incluir antigüedades y objetos personales con propósitos estéticos, para establecer desde el “vamos” un ancla emocional.
Esto lo logra, en primer lugar, a través de un constante diálogo, que le ayuda a comprender y conocer mejor a quienes acuden a ella, de manera a adecuar la funcionalidad —elemento ineludible por donde se le mire— a la personalidad. Para quienes desean explorar su propio estilo, la recomendación estrella es idear un moodboard, creado a solas o en conjunto con la profesional.
BOHO Y MODERNO
Esta habitación fue pensada para una adolescente moderna y pacífica, enamorada de los tonos pastel y la diversidad de texturas que guarda el medioambiente. La paleta de colores se trabajó con ese mismo sello elegante, cálido y apacible que la caracteriza. A la hora de incluir los detalles boho, las alfombras de hilo, los elementos de lino, y los muebles de mimbre y macramé entraron a escena.
Estas flores de papel con luces cálidas en el centro fueron traídas directamente de EE. UU. con el firme objetivo de innovar y funcionar como elemento de transición desde el estilo boho y romántico hacia la modernidad y lo chic.
En la pared principal, sobre las molduras de yeso en rombos, una cabecera de mimbre con forma de pétalos destaca por su diseño tan orgánico como romántico. A un costado, se balancea el pedido especial de la adolescente: una hamaca. Este pequeño espacio de relajación, lectura y entretenimiento se compone por un asiento colgante de estructura de hierro, forrado con tejido de macramé, que pende sobre una alfombra de materiales naturales.
El diseño del empapelado, por otra parte, fue elaborado con ilustraciones de diversas hojas naturales para aportar profundidad y servir de base al toque cool de la estancia: luces neón con la inscripción find your wild. Como el área de estudio no podía faltar, se creó un mueble a tono con la gama cromática, que incluye detalles de mimbre y un estante donde destacan las luces indirectas. Sobre el escritorio sobresalen unas flores de papel importadas de EE. UU. con iluminación cálida en el centro y, a uno de los costados, la ilustración de un caballo rinde cuenta de la pasión que su habitante profesa por su deporte de la niñez: la equitación.
EQUILIBRIO ESTÉTICO
La arquitecta no se decanta por simetría o asimetría de manera definitiva, sino que utiliza ambas aristas según considere necesario. En esta sala de estar, nos recibe una pared principal con un tapiz de hilo en tono beige y un panel gris, acentuado por luces indirectas. Sobre estas láminas texturadas, una pintura digital intervenida —firmada por Diego Schäfer para su colección El grito enxet— funciona como claroscuro. En el centro de la estancia, una mesa doble de mármol gris rectangular abre paso a un juego de figuras geométricas, acompañada de maletas de viaje retro y una antigua alfombra persa. En esta posición principal, la arquitecta decidió ubicar fotolibros de moda, arte y turismo para dar altura a corales reales que aportan color, elementos que los habitantes de la residencia coleccionaron gracias a sus viajes alrededor del mundo.
PARA EL ENCUENTRO
Fue concebido como el lugar de reunión donde, además, se asienta la colección privada de vinos de la familia. Así, el diseño del bar se desarrolla en torno al negro y el verde musgo, combinación que, bien utilizada, aporta profundidad y sofisticación. Bajo los estantes de hierro con detalles dorados y madera, el empapelado se convierte en uno de los focos, debido a su diseño personaliza- do, realista y tropical.
La interiorista explica que, en este proyecto, le tocó intervenir desde el momento de la construcción. Entonces, a la hora de distribuir los espacios, Bibi pensó que este privilegiado rincón de la casa tendría que ser destinado a un bar para las distendidas charlas entre amigos a las que acostumbra la familia. Para los efectos, el ambiente fue ideado con dos espacios: un sofá individual tapizado con gamuza verde y una mesa alta de color negro con sillas en juego.
DETALLES LUMINOSOS
Unos paneles de madera horizontales en tonos marrones y crema hacen la transición entre el bar y el comedor. En esta siguiente estancia se optó por una gama amplia de beige y gris, colores más calmos para honrar la finalidad del espacio. La mesa de base angular es acompañada por un juego de sillas tapizadas con detalles dorados y, a los costados, un par de auténticos camineros turcos delimitan el lugar.
UN AMBIENTE RELAX
Para esta sala de televisión se utilizó una pieza de mármol blanco que aporta una textura orgánica. Sobre ella, se diseñó un estante de hierro con plantas colgantes que sirve de hilo conductor entre cada una de las estancias en esta residencia. Sin embargo, el detalle más interesante es una cinta texturada en color gris oscuro que atraviesa las paredes y el techo.
Los estantes de hierro con plantas colgantes sobre una pared de mármol blanco funcionan como hilo conductor entre los demás espacios de la casa.
La comodidad es el corazón conceptual de este espacio y la escala de colores marca su sentido estético. Para crear la sensación de un cine en casa, sus paredes verde musgo con molduras de yeso fueron una elección estratégica. “Optamos por esta paleta cromática porque es una sala de televisión y está aislada del resto, entonces, logramos crear algo diferente”, nos cuenta la arquitecta.
