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Una celebración de la diversidad

High Class y sus producciones de moda

Hay mucho camino transitado y aún más por recorrer. Pero si de algo estamos orgullosos como equipo es de poner todo nuestro empeño en mostrarte una moda diversa y estándares de belleza mucho más realistas que lo impuesto durante décadas. En este número conmemoramos los 15 años desde la publicación de la primera revista impresa con un repaso por las producciones que marcaron un antes y un después en el interior de las páginas y las diferentes portadas, cartas de presentación de cada edición.

Más de 164 producciones de moda fueron publicadas por High Class. Cada una es el reflejo de una época y una visión que evolucionó con el tiempo. Es bien sabido que, actualmente, la industria se vuelca a la diversidad y la inclusión. La pluralidad es la norma; se destierra así la tiranía del 90-60-90 y la creencia de que mujeres con canas no llegan a las tapas fashionistas . 

Desde la primera edición, en octubre de 2006, y a lo largo de esta década y media, nos dimos a la tarea de transmitir una belleza sin límites y explorar sus infinitas posibilidades. Pero en los últimos años tomamos mayor conciencia de nuestro papel en la sociedad, como un magazín de entretenimiento que informa e influye en ustedes, nuestros lectores. 

Mediados de 2015, un periodo en que las celebridades de Hollywood aún acaparaban las portadas de High Class. Nuestra directora de Arte, Gabriela García Doldán, nos cuenta que ya en ese entonces el equipo quería mostrar un estilo de mujeres diferente en el interior de las páginas, pero no encontró variedad en las agencias de modelos. 

“Nos empezamos a dar cuenta de que estas mujeres eran muy jóvenes con relación a la edad promedio de nuestras lectoras; es decir, no les estábamos mostrando a alguien con quien identificarse. De ahí surgió la idea de contactar con alguna exmodelo, y así llegamos a Olga Miska”, detalla. Ella fue la primera que rompió con el estándar de chica joven, de carita redonda y piel ultratersa, que protagonizaba una propuesta de moda. Esto se dio en mayo de 2016 con el concepto titulado Ageless Chic. 

Tan solo unos meses después, en octubre de ese mismo año y en el marco de las celebraciones de High Class por su décimo aniversario, para sorpresa de un público que estaba acostumbrado a las portadas con personajes internacionales, apostamos por la moda y el arte nacionales, así como por la creatividad del staff para realizar tapas locales. 

Esto no solo supuso un nuevo espacio para difundir el talento made in Paraguay, sino también una vidriera para una belleza que responde a estándares más realistas. “Irrumpimos en la industria de la moda nacional con modelos no tradicionales porque sabemos que el cuerpo no es uno solo; celebramos la diversidad y aprendemos a navegar el siglo en que vivimos”, escribió en su momento Patricia Arévalos, anterior editora de High Class, en una de sus cartas a los lectores.

Nos empezamos a dar cuenta de que estas mujeres eran muy jóvenes con relación a la edad promedio de nuestras lectoras; es decir, no les estábamos mostrando a alguien con quien identificarse

Gabriela García Doldán

El team se propuso mostrar diferentes edades y tipos de cuerpos: altos, bajos, delgados y voluptuosos, por citar algunas características. “Cuando Sight Talent Agency presentó un staff variado, fuimos los primeros en contratar a sus chicas. En el mundo ya era una tendencia editorial en ese entonces y se nos dio la oportunidad de sumarnos a esa ola positiva”, sigue Gaby el relato. La primera producción de tapa con protagonistas de cuerpos no hegemónicos fue con Andy Logwin y Gabi Ruiz Díaz. 

Esta editorial de moda se llamó Shapes of Beauty y se publicó en el número 130, mientras que la primera cover girl de mayor edad fue Silvia Abreu, con la propuesta Timeless Fashion, en el 139. “Creo que podemos decir que fuimos los primeros en llevar a tapa a chicas diferentes en Paraguay”, afirma nuestra art director, a lo que agrega que “en cuanto a la diversidad racial, eso estuvo presente desde un comienzo de la revista. Tuvimos chicas morenas, trigueñas, rubias y de ascendencia oriental. La tapa que conmemoró los 12 años es un buen ejemplo de ello”. 

Hablar meramente de cánones y medidas puede parecer muy frívolo, pero lo cierto y concreto es que dejar de creer en los ya mencionados 90-60-90 y en los estereotipos impuestos es beneficioso para nuestra salud mental. Como mujeres, quienes conformamos este equipo en su mayoría, también pasamos por un proceso de aprendizaje en el cual comprendimos que sentirnos bien no depende solo de una perfección estética; en cambio, abarca tantos otros aspectos más allá de lo referente al físico.

La primera cover girl de mayor edad fue Silvia Abreu, con la propuesta Timeless Fashion, en el 139.

“La mujer es quien más susceptible es a cumplir con parámetros de belleza y, en algunos casos, vemos la dependencia del juicio ajeno para valorizarnos”, escribió la psicóloga Gabriela Casco Bachem allá por 2017 en nuestras páginas. 

De estos 15 años, ella lleva 13 como colaboradora, y al consultarle su opinión respecto a esta responsabilidad con las lectoras nos comparte que “desde sus inicios y hasta hoy, HC permanece fiel a su intención inicial: ser herramienta de cambio cultural en Paraguay, tanto en la estética libre de estereotipos que caracteriza a cada una de sus tapas y produc – ciones —sean de moda, arte, cine o cultura— como en todo el contenido diverso y selecto de los temas que aborda, con total autonomía, sensibilidad y actualidad de nuestro país y el mundo”. De más está decir que nos emocionamos con estas palabras. 

Bea Bosio, también colaboradora de High Class y autora de la sección El mundo y sus esquinas, nos hizo llegar su parecer. Ella considera que “la revista no solo ha logrado con su presentación impecable elevar la calidad de las impresiones gráficas del país, sino también el contenido, en este gran desafío que es cubrir los diversos intereses de la mujer actual”. 

Con orgullo podemos decir que High Class está escribiendo un capítulo en la historia editorial y la moda paraguayas, gracias a la intuición, visión y perseverancia de un equipo que se atreve a romper esquemas. Que enfrenta elementos opuestos para crear un nuevo canon en el que priman la armonía y la aceptación. Las ediciones que citamos son solo algunas a modo de ejemplificar esta travesía. La revista seguirá este curso para que, más allá de la diversidad, logremos la inclusión y la igualdad. 

Como bien escribió Queli Allegretti —también una de nuestras anteriores editoras y hoy gerente general de revistas en la editorial— en su carta por los 10 años de High Class: “Mirando atrás y haciendo un recuento, no solo se puede ver toda el agua que pasó bajo el puente, sino que se puede reconocer el gran trabajo de una marca que ha sabido reinventarse para su tiempo sin perder su esencia”.  

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