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El ocio dentro del hogar

Espacios diseñados para el disfrute

La nueva normalidad nos impuso quedarnos más tiempo en casa, y fue así como la diversión entró por la puerta. Como no hay nada que se le resista al buen diseño interior, los amantes del vino, de una buena película y de los juegos de mesa con la familia decidieron darle el lugar que se merece a sus aficiones. Las profesionales María José Peña y Celeste Rivas nos presentan proyectos que cada una lideró por su cuenta para dotar a una cava, dos salas de cine y un bar de mucha personalidad, sin renunciar a la calidez del hogar.

Cada uno de estos espacios tiene una historia diferente. Algunos fueron concebidos desde el proyecto y la obra, mientras que otros se dieron producto de reformas. Independientemente al caso, todos tienen en común que están pensados para el absoluto disfrute de sus habitantes. 

Arrancamos con las propuestas de la arquitecta y diseñadora de interiores María José Peña, asidua colaboradora en varias ediciones, quien nos presenta una cava más una sala de cine en casa. En lo que respecta a la primera dependencia, la profesional cuenta que “se pudo hacer cuando la residencia estaba en obra. Se tuvieron en cuenta los espacios alrededor y se aprovechó el sitio que ocupa cada uno para que sea muy acogedor”. 

Y es que disfrutar del vino en casa forma parte de la nueva normalidad. Más allá de servir y saborear, hay formas de mejorar esta experiencia. Desde la cristalería y trucos de temperatura, hasta un ambiente único para ese propósito. Por eso, cada rincón está hecho a medida con ladrillos especiales y estructura de cabos de acero para el guardado de las botellas. 

La clara intención fue que se aprecie desde fuera. El techo posee forma curva, lograda con listones de madera espaciados para que el sistema de refrigeración funcione con el rendimiento al 100 %. Así también, cuenta con una pared revestida con corchos y una caja de vidrio retroiluminada con tiras Led. Cabe destacar que toda la iluminación es indirecta.

El pedido de los propietarios fue escuchado y cumplido. Esta bodega es el sitio ideal donde termina el horario laboral e inicia el regocijo en el hogar. María José considera que “el toque especial dentro de todos los proyectos es lograr que el cliente se sienta parte del proceso de diseño, para que en el resultado vea que conviven sus ideas con las mías”.

Este segundo proyecto que nos muestra María José Peña llega con una respuesta: sí, es posible disfrutar del cine en casa sin perder ni un ápice de las sensaciones de una gran sala. Y es que todo depende del espacio que tengamos para el efecto y de comprender que una sala así en nuestro hogar es un concepto que va mucho más allá de una buena pantalla, un sistema de sonido envolvente o una butaca cómoda. Existen otros aspectos a tener en cuenta para lograr un todo ideal. 

La paleta de colores es muy importante. Este diseño interior cuenta con una combinación de grises y beige, apoyada en iluminación indirecta para no interferir con lo que se proyecta en la pantalla. Por su parte, todo el mobiliario fue hecho a medida: se diseñaron los sofás de dos tamaños diferentes junto con las tarimas sobre los que se asientan. Lo mismo en lo que respecta al mueble para la tevé, a juego con las mesitas de apoyo. 

Como ya comentamos, la comodidad del lugar donde descansaremos para ver una película es primordial. La decoradora y diseñadora de mobiliario Celeste Rivas, quien nos compartió una muestra de su trabajo en la última edición de High Class Deco, presenta su versión de esta dependencia que incluye, además, sectores para una mesa de póker y un bar. 

El estilo de la profesional es superversátil. Ella trata de captar la esencia de cada cliente y plasmarla en su ambiente. “Creo que cada espacio debe representar a la persona que lo habita, sobre todas las cosas”, cuenta. De vuelta al cine en casa, Celeste incorporó características propias de sus trabajos, como el juego con la luz para crear atmósferas diferentes, así como revestidos en las paredes, ya sean empapelados, texturas o relieves. 

Para lograr este ambiente, la profesional recurrió a empapelados, Durlok retroiluminado, mobiliario a medida, mejoras en la iluminación (que pasó de ser general a puntual), añadió en el proceso luminarias decorativas y, finalmente, una
ambientación acorde apoyada en un base monocromática y detalles en negro, mostaza y rojo.

“Aquí pudimos lograr armonía con el uso del empapelado y cambios en la iluminación original, que pasó de ser general a puntos específicos de luz pensados para otorgar destaque a los lugares de acuerdo con la actividad que se desarrolla en ellos. Por ejemplo, una iluminaria sobre la mesa de póker, colgantes sobre la barra e iluminación difusa detrás de la pantalla de televisión”, nos explica detalladamente. 

El proyecto digital fue clave para concretar el pedido de muebles, todos elaborados a medida. La propietaria deseaba que este fuera un salón frío y monocromático, que invite a compartir momentos de diversión. De ahí la importancia de los detalles y toques atrevidos en la decoración. 

La sala de cine dispone de otros sectores para actividades varias, como una mesa de juegos en un destacado rincón a la par de una barra ideal para el happy hour. Para cumplir con este pedido, Celeste Rivas invirtió dos meses desde la visita al lugar, el proyecto digital y la puesta en marcha.

Este ambiente ideal se logró también con el uso a conciencia de colores como negro, mostaza, beige y toques de rojo que lo convirtieron en una sala de cine real, en la cual la oscuridad es superimportante. 

En cierto punto, el empapelado se combina con un Durlok retroiluminado que funciona a la perfección para dividir los sectores y dejar detrás los cómodos sillones y la pantalla para enfocarnos en la mesa de juegos, con seis asientos, pensada para una buena partida de póker. Finalmente, la barra cuenta con todo lo necesario para un happy hour memorable, donde el que espera el cóctel observa al que lo prepara.

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