Con amigas como estas…
Que nunca te falten
Nuestros universos personales están llenos de distintos tipos de amigas que configuran un colorido entorno, uno que se vuelve absolutamente necesario en nuestras vidas. No son siempre iguales, ya que tenemos distintos grupos provenientes de varios momentos y etapas de nuestras vidas, pero cada uno de ellos hace nuestra vida más divertida en los momentos buenos, y más llevadera en los malos.
Ellas son:
El primer anillo: Desde que existe Whatsapp, esta herramienta de comunicación nos sirvió también para agrupar a nuestros amigos. Así nacieron 700 grupos y subgrupos que van configurando una buena cantidad de niveles de anillos de amigos. ¡Lo dramático es que todas nuestras amigas se creen del primer anillo!
Pero no, mis reinas, no se puede tener veinte primeros anillos. El primer anillo es uno solo y es un puesto que no se adjudica, sino que se gana. Son las amigas de siempre, las que están en las buenas y en las malas, las que te quieren con tus luces y con tus sombras, y te comprenden hasta en tus berrinches. Es el grupo incondicional, de capa y espada, y allí están las que maldicen el día en que nació cualquiera que ose rompernos el corazón.
La amiga borrachina: Es aquella que siempre está lista para brindar y celebrar. Vive en un limbo entre payasa y pitonisa de verdades duras de tragar —dichas entre copas—. Para ella, tanto las celebraciones como los dramones son momentos adecuados para descorchar un vinito. Es la más risueña en las parrandas, la que nos hace pelar con sus sincericidios y la más llorona en los momentos emotivos. Como siempre anda aditivada por la vida, es también la reina indiscutida de todas las fiestas ya que hace que todos los invitados detonen; y cuando no hay fiesta, ¡ella se encarga de inventarla!
La maestra ciruela: Es la más mandona del grupo, la que nunca jamás pierde la ocasión para adoctrinar, aleccionar o simplemente dar una opinión no solicitada. Ella sabe más que Google y tiene un PhD en todas cosas.
Es medio plomita —y a veces tenemos que hacer intensos ejercicios de autocontrol para no cantarle las cuarenta de la cuarentena—, pero la bancamos porque tiene un innato sentido de la justicia y siempre trata de indicar el camino correcto. Sus consejos tienden a estar fundados en el bien común y ser bastante coherente, y es tan, pero tan pesada que nuestro ser se inclina siempre más a desoírla, aunque podemos dar por sentado de que tomaremos la decisión equivocada. Y pónganle la firma de que nos lo hará saber.
La alta ejecutiva, organizada y superada: Esta amiga es la que se lleva el mundo por delante. Es la administradora del grupo, no porque le sobre tiempo, sino porque le cuesta soltar el control. Es la más inteligente, práctica y eficiente, por lo cual siempre termina siendo la organizadora oficial de todos los encuentros, la eterna gestora de fondos mutuos y aunque le cuesta encontrar un minuto libre en su agenda hasta para hacerse las manos, siempre va a estar cuando se la necesita, porque siempre tiene sus prioridades muy bien organizadas. Cuando tu vida se vuelve un caos, es quien siempre logra reiniciar tu sistema y ponerte en tus pies nuevamente.
La Susanita: Toda la vida soñó con casarse y tener hijos; conoce todos los trucos de limpieza; es la más romántica, optimista y soñadora; sí o sí sabe hacer alguna manualidad; lleva un registro de las flores de su jardín en su Instagram y es la que cocina más rico, sabe hacer dulce casero hasta del coquito. Ella siempre tiene tiempo para una amiga y nos hace ver el lado más dulce y tierno de la vida. Su alma de viejita amorosa y su fortísimo instinto maternal la convierten siempre en la madre substituta del grupo (no la más pragmática, pero sí la más dulce).
La fit: Ella es la reina de la ¡mo-ti-va-ción! Es la más diosa y activa de todas. Es la única que salió más flaca de la fase 1 de la cuarentena, lo cual la ubica siempre en el límite entre el odio y la admiración. Su existencia saludable, consciente e informada la habilita para dar los mejores consejos de belleza; siempre nos inspira (o al menos intenta) a cuidarnos y ser constantes en nuestras rutinas.
Como vive derrochando energía, siempre está a una llamada de distancia de ir a Ñu Guasu. Si bien con la dieta y el gym somos menos estables que el peso argentino, ella nos va a empujar cada día para no faltar a la clase, y nos va a lanzar una mirada asesina cada vez que intentemos salir de la dieta, porque ella puede perder fácilmente los kilos demás, pero jamás de los jamases va a perder su esperanza en nosotras.
La santularia: Es la que te manda todas las mañana los audios de 20 sacerdotes diferentes recitando y analizando el mismo evangelio del día. Cuando andamos torcidas es la primera en estirarnos la oreja y si no la escuchamos, va a rezar todas las noches por la salvación de nuestras almas.
Cuando nos perdemos, las cosas no andan bien y necesitamos un apoyo espiritual, ella va a estar ahí para rezar un rosario, llevarnos junto a una monjita que tiene línea directa con la mismísima Virgen María, o tirarnos agua bendita hasta que el maligno deje de hacer sus fechorías y podamos estar en las manos de la mater y el barbudo (porque es tan, tan parte del primer anillo de la Iglesia que hasta tiene apodos para “Diosito”). Tiende a ser inocentona, pero su enorme fe la hace más grande que la vida misma cuando necesitamos alguien en quien apoyarnos sin juzgamientos ni culpas.
La diabla: Por cada santularia siempre hay una diabla en el grupo. Es la amiga letrada que sabe más por diabla que por vieja, la que tiene el título mayor en interpretación de textos de whatsapp y una especialización en Asuntos Masculinos™. Ella siempre está lista para tirar la piedra y esconder la mano, sobre todo cuando se trata de algún acto vengativo contra alguien que nos hizo daño. Como maneja a los hombres a su antojo y voluntad, es quien da los mejores consejos de pareja. Siempre va a tener una respuesta pícara y atrevida, y si bien tiene una nutrida lista de haters rivales, su lealtad con nosotras es incondicional.
Belen Fuster
Ameee jajajaja las vi a todas!!! 😂😂😂