Gladys Larrieur
Mujeres destacadas
Cuando Gladys Larrieur se recibió de médica quiso especializarse en cirugía general, pero en aquel entonces ese era un espacio vedado para las mujeres. Un profesor que ella admiraba le recomendó que se dedicara a la ginecología y la obstetricia, para ejercer su vocación en un rubro que no ofreciera resistencia por el género y que, al mismo tiempo, le permitiera vivir de eso. Así fue que comenzó la carrera que la llevó a la jefatura del departamento de Ginecología Infanto Juvenil del Hospital “Niños de Acosta Ñu”.
Tras recibirse de médica en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Gladys Larrieur hizo un diplomado en la Universidad Católica de Chile, una pasantía en el Hospital José de San Martín de Buenos Aires y un curso de posgrado de ginecología infanto-juvenil en la Universidad Nacional de Asunción. Fue vicepresidenta de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología Infanto-Juvenil (SOGIA) y hoy es jefa del departamento de Ginecología Infanto Juvenil del Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”.
Antes de convertirse en jefa de este departamento y constituirse como referente de gineco-obstetricia en Paraguay, Gladys Larrieur trabajó por 15 años en el Hospital Nacional. Un día, el director del Pediátrico, Pío Alfieri, la llamó por teléfono para ofrecerle el puesto que hoy ocupa en el Acosta Ñu. La noticia coincidió con una situación incómoda que se desarrolló con la nueva directora de la institución en la que trabajaba hasta entonces. A pesar de haber accedido al puesto, el traslado no llegaba. Quince días más tarde fue al Ministerio de Salud, donde descubrió que le habían ocultado el documento
A las mujeres nos enseñan a competir entre nosotras, no a ayudarnos e impulsarnos a convertirnos en mejores personas y profesionales. “Cuando la directora se enteró no quiso que me fuera porque, de alguna forma, le era útil”, comenta la especialista. Del Ministerio fue al Pediátrico y con apoyo del director, empezó finalmente en el puesto que ya lleva 10 años ejerciendo.
La idea es ir enseñándoles cuáles son los cuidados que deben tener, no solo desde el punto de vista de la salud, sino también del respeto y el disfrute de la zona genital.
Autonomía de los cuerpos
Larrieur opina que las mujeres de hoy están más informadas que hace 10 años porque los canales de comunicación están más cerca que nunca. Ese despertar nos permitió comenzar a exigir derechos que antes nos eran negados, pero el acto de empoderarnos con nociones de autodescubrimiento y el placer femenino generó una nueva ola de violencia.
“Con su despertar, sus reclamos y su presencia [de las mujeres] en un espacio que antes les cedían, ahora reclaman. Son violentadas porque los varones no fueron educados para ceder. Ahí es donde aparece la violencia; se sienten agredidos y responden con agresión”, expresa la ginecobstetra.
La información permitió que las mujeres se fueran emancipando de los tabúes relacionados a la sexualidad. Según explica Larrieur, la autonomía llegó también a las madres y los padres, quienes prefieren reforzar la confianza y la apertura ante los riesgos de poder truncar el proyecto de vida de sus hijas con una infección de transmisión sexual o con un embarazo no deseado.
Para la Gladys Larrieur, la educación sexual está ausente. A través de un programa del Ministerio de Salud, las pediatras están educando a las madres a fin de que sus hijas puedan valorar su área genital. “La idea es ir enseñándoles cuáles son los cuidados que deben tener, no solo desde el punto de vista de la salud, sino también del respeto y el disfrute de la zona genital. Todo eso es algo que va cambiando, pero tiene que empezar desde abajo”, puntualiza Larrieur.