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Verónica Garcete

Dulces sueños para los dos

En su propia experiencia de madre, Verónica Garcete pudo atestiguar el potencial transformador de un descanso saludable. Su vocación surgió del deseo de ayudar a sus hijas y hoy día se desempeña como consultora de sueño para que los bebés y las familias puedan sacarle el jugo al momento de dormir. En esta oportunidad, además de darnos su recomendación profesional, nos narra cómo nació Noches Felices.

“Dormir como un bebé”, dice la frase… pero no siempre se aplica. La dificultad para dormir era una constante en los primeros meses de su hija mayor. Luego de dos años y medio de levantarse varias veces en la madrugada, Verónica Garcete y su pequeña consiguieron descansar la noche completa. “Cuando mi segunda hija estaba por cumplir los cinco meses, busqué ayuda de una consultora de sueño uruguaya, ya que no existía algo semejante en Paraguay”, puntualiza.

Recibir ayuda profesional fue un punto de inflexión en el hábito de sueño familiar y en su vida laboral, ya que había descubierto un campo de estudio que le brindaba la oportunidad de manejar su tiempo y ayudar a otras madres en una situación similar a la suya.

Animada por sus seres queridos y por los meses de investigación propia autodidacta, comenzó un curso virtual en el Family Sleep Institute Spanish, con sede en México, al principio de la pandemia. Allí se certificó para crear Noches Felices, una consultoría de sueño que ya lleva un año y medio, con alrededor de 50 familias atendidas.

En general, este tipo de consejería no requiere ver al paciente físicamente, pues se inicia con el análisis de los hábitos de una persona —un niño en este caso— para ayudar a los padres a detectar cuáles pueden ser las posibles causas de la falta de descanso correcto. Una vez que se llega a esta instancia, queda reestructurar el calendario de descanso.

“Las madres tenemos un horario apretado y siempre agradecemos que algo se pueda realizar online. Además, las asesorías no suelen prolongarse demasiado, pueden durar entre 21 y 30 días, aunque hay niños que se adaptan en tan solo una semana. A mí me gusta que el seguimiento sea exhaustivo para cumplir todos los pasos del proceso, así ni las mamás ni los chicos sienten que estamos realizando un cambio brusco”, explica Verónica.

LA RUTINA COMO CLAVE

Aunque esta palabra tenga una connotación negativa en varios sentidos, cuando se trata del sueño sano la rutina se muestra como pilar central.

Verónica sostiene que el consejo más práctico para lograr un descanso correcto es organizar bien el tiempo que la familia pasa despierta. “Los niños y, por ende, las madres y los padres deben tener aproximadamente un 80 % de su horario bien marcado, más un margen del 20 % para salir a pasear o divertirse el fin de semana”, recomienda la especialista.

Saber qué actividad viene después confiere control a los niños y, de acuerdo con Vero, esto se traduce en la certeza de que, llegada la hora, tendrán que descansar. “Cuando los hijos duermen bien, descansa toda la familia. Las rutinas crecerán con ellos y son sumamente importantes en la primera etapa de la vida porque también ayudan a reducir la lucha de poderes por la noche, que genera mala energía entre madres e hijos”, agrega.

En su propia experiencia de madre y consultora de sueño, Verónica pudo atestiguar el potencial transformador de un descanso saludable

En su propia experiencia de madre y consejera de sueño, Verónica pudo atestiguar el potencial transformador de un descanso saludable. En ocasiones, son los efectos pequeños los que demuestran a las madres la magnitud de este cambio, por ejemplo, que los hijos tengan más ánimo o que ellas pasen de levantarse cinco veces en la noche a despertarse solo una vez o, directamente, no hacerlo.

El cómo lograr que el niño o la niña deje de dormir en la cama de los padres —o en colecho— constituye uno de los temas principales por los que las familias acuden a ella. “Dormir con los padres no está recomendado para los recién nacidos. Muchos deciden descansar con sus hijos cuando estos crecen un poco más y, siempre que estén decididos y funcione para la familia, no está mal”, asegura.

Al llegar el momento de transición entre dormir en la cama matrimonial o al lado y hacerlo independientemente, es crucial que los niños se sientan partícipes del proceso. “Que primero duerman en la cama matrimonial y luego pasen a la suya no funciona. Será un proceso lento, pero no debe haber retrocesos”, afirma.

Para Vero, las redes sociales multiplican las corrientes de maternidad que existen y esta divergencia de perspectivas puede hacer que algunas se sientan juzgadas por cómo llevan la crianza de sus hijos. “Nos hacen creer que las madres somos superpoderosas, y no, no es así. De hecho, debemos aprender a pedir ayuda sin sentirnos mal porque para eso están los profesionales que, como yo, se forman en alguna especialidad con el fin de facilitar estos procesos”, finaliza.

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