José Zaldívar y Jean-Baptiste Messié
Las dimensiones de la contemporaneidad
Uno es paraguayo y el otro, francés. Su enfoque del negocio de la moda, ética de producción y pasión por la creación artesanal los convirtió rápidamente en referentes, pues sus joyas fueron recientemente elegidas por artistas de la talla de Lady Gaga y Taylor Swift para apariciones muy públicas. José Zaldívar y Jean-Baptiste Messié son el equipo perfecto, y en esta nota te contamos todo lo que tenés que saber sobre las dos personas que están revolucionando la industria paraguaya.
Tras ocho años (aproximadamente) de entrevistar a diseñadores, directores creativos y demás actores de la escena de la moda nacional, una creería haber visto casi todo lo que nuestro mercado local tiene para ofrecer. Sin embargo, José Zaldívar y Jean-Baptiste Messié son como una brisa fresca, y cada palabra que intercambiamos en nuestras casi tres horas de entrevista fue valiosa comprender su visión de la industria.
Su trabajo apela a lo contemporáneo, a las distintas facetas de lo actual. La primera colección de Zaldívar se llamó Corpa y fue inspirada por la fetichización del cuerpo humano por parte de la sociedad; una reflexión en forma de fine jewelry sobre el mito de Narciso y una observación sobre la contemplación de nuestras imágenes en la era digital.
La primera tanda de piezas de esta línea (que sigue creciendo) fue creada con una buena cuota de responsabilidad social, pues el oro que utilizan (en toda la marca, en realidad) es oro verde y las esmeraldas son adquiridas directamente de las manos de los mineros, quienes reciben todas las piedras menores a un kilate por su trabajo en las minas. De esta manera, cada joya contribuye a la sociedad y al medioambiente.
Zaldívar es, desde su concepción misma, una marca francesa y parte de la producción se realiza en Paraguay con el trabajo de artesanos especializados en técnicas que corren el riesgo de desaparecer por no encontrar su lugar en el mercado local. Se lanzó en París en enero de 2017 y en Paraguay a mediados de ese mismo año.
Flamboyant vio la luz este 2019 como una respuesta a otra realidad contemporánea. “Creamos una marca nueva más abocada a la moda, un producto artesanal paraguayo de tendencia mundial. Con ella exploramos el minimalismo, el brutalismo, la arquitectura, la naturaleza, pero tratamos de que todo sea exuberante”, cuenta José.
Definitivamente, Flamboyant llegó al mercado paraguayo —aunque está presente en varios más— con un diseño altamente competitivo. Sus joyas, desde el primer vistazo, son diferentes a lo que está acostumbrado a verse comúnmente como diseño nacional y hecho a mano.
Como primicia, te podemos adelantar que la marca empezó a comercializar sus primeras carteras manufacturadas totalmente en Paraguay, con mano de obra local capaz de contender con la de artesanos de cualquier parte del mundo. Todas las semanas se envía una nueva tanda de joyas a Estados Unidos porque la aceptación es cada vez mayor, algo que llena de orgullo (y algo de ansiedad) a ambos, pues todavía ven a la marca como un laboratorio y están descubriendo, pieza a pieza, su verdadera identidad.
Esto también va de la mano con que el lanzamiento por temporadas va cayendo cada vez más en desuso, especialmente cuando se trata de joyas y accesorios de todo tipo. En vez de la creación serializada de productos idénticos, estos creadores apuestan por una producción más consciente con los tiempos que corren, reconociendo el valor de aquello que se diseña con esmero y se hace con consciencia.
En ascenso
Uno de los pasos más grandes que dio Zaldívar como marca fue llegar al mercado estadounidense con una tienda pop-up en Boca (Florida), que acaba de cumplir un año. “Como nuestro producto está tan orientado al arte, los vendedores no tienen una idea clara todavía de si vamos con su porfolio. Entonces, decidimos hacer un movimiento muy grande, sobre todo como marca pequeña, de abrir un pop-up grande en una tienda permanente, amoblada y decorada completamente”, comenta José.
El lugar elegido forma parte de su estrategia para ese país. “Tratar de llegar directo a Nueva York o a Los Ángeles sin escala, creemos que es un poco pretencioso, porque no conocíamos esos mercados y los dos están completamente desarrollados”, dice José.
“Sentimos también que hasta el momento en que no estás invirtiendo en el mercado, hay ciertas puertas que no se abren”, dice Jean-Baptiste y agrega: “quieren ver que estás pasando las pequeñas pruebas para después darte oportunidades”. Esta primera experiencia fue la que les dio la oportunidad de llegar a clientes de Los Ángeles, donde ya cuentan con puntos de venta desde hace varios meses, lo que les dio la chance de llegar a celebridades.
En marzo, Grimes llevó piezas de Zaldívar a la red carpet de Captain Marvel en Hollywood y Janet Jackson eligió un anillo de la marca como única joya para su look de la ceremonia de inducción al Rock & Roll Hall of Fame, en Nueva York. En unos meses, Isssa Rae, Laverne Cox, Melissa McCarthy y Meagan Good lucieron Zaldívar en alfombras rojas y photoshoots, pero dos hechos consecutivos marcaron un verdadero hito para esta marca.
Billie Eilish lució un anillo suyo en la tapa de la edición de agosto de la revista Rolling Stone y Lady Gaga utilizó piezas de la misma serie para su cover story de la edición especial Best of Beauty de Allure. Y con menos de un año de existencia, Flamboyant conquistó un logro similar, pues Taylor Swift utilizó sus pendientes para su aparición en Saturday Night Live.
Personalmente, uno de los aspectos que más me fascina es que todas las celebrities son completamente distintas, orientadas a públicos diferentes y con estilos realmente únicos. Y aunque Taylor en realidad vistió Flamboyant, que Lady Gaga y Billie Eilish puedan usar la misma colección y adaptarla a sus estilos polarmente opuestos, habla de la versatilidad de Zaldívar y su merecido título de wearable art. “Lo que siempre quisimos es crear piezas de arte que no pertenezcan a un solo estilo ni a una sola persona. Cuando alguien pregunta si son joyas para hombre o mujer, explicamos que son objetos con historias y mensajes que se pueden utilizar de la manera en que uno quiera”, explica Jean-Baptiste.
Mantenerse a la altura de lo que el público espera de ellos hoy es, en cierta manera, un reto comercial, pero tampoco representa un desafío a su creatividad, pues tienen bocetos y prototipos en proceso desde hace años, esperando su momento.
Jean-Baptiste y José están en proceso de crecimiento constante y su experiencia como consultores de moda y mercados de lujo les ha permitido establecer un plan de desarrollo capaz de sostenerse en el tiempo. “Zaldívar se está desarrollando como marca y todavía no tenemos todos los puntos de venta que queremos; no hablo de cantidad, sino de lugares específicos que son nuestro target principal. Apuntamos a que se venda principalmente en galerías de arte porque creemos que ese es su lugar”, explica José.
El éxito de sus diseños y su reciente llegada a los estilistas de las celebridades no son solo hechos que reafirman que los riesgos que toma una marca joven deben ser conscientes y coherentes. Jean-Baptiste agrega que están entrando a la segunda fase de su proyecto: “Ahora tenemos estos logros que nos pueden permitir vender la marca y acceder a los puntos que queremos”.
La única certeza es que tanto Zaldívar como Flamboyant seguirán dando que hablar. La mejor forma de saber lo que se viene es siguiéndolas en sus cuentas oficiales de Instagram: @zaldivarparis y @flamboyant.jewelry.