María La Paz

Una madre tiene con sus hijas una conexión real en muchos aspectos, pero en el caso de Margarita Tomboly, este vínculo se hace más fuerte a través de la moda y todo lo que esta es capaz de expresar. Iciar, Ana e Inés Bravo Tomboly llevan adelante la empresa que ella fundó años atrás y le aportan, más que una visión joven, un propósito sostenible.

Margarita, al culminar sus estudios de Diseño de Modas en Barcelona, creó con una compañera de curso la marca de ropa para niños Cootchy Coo. “Yo empecé con mi pasión por la costura desde chica, con la máquina de coser de mi mamá. Me hacía yo misma la ropa para salir. Seguí cursos de costura y de patronaje hasta que pude viajar a España”, nos cuenta. Luego de unos años, la marca se trasladó a Asunción, donde poco a poco fue creciendo hasta convertirse en la firma paraguaya más reconocida de moda infantil en el país, con más de 30 años en el mercado.

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Inspirada por su mamá, Iciar Bravo Tomboly —la mayor de las tres— también optó por seguir la carrera de Diseño en Buenos Aires, aunque “mi primer lugar de formación fue el taller en el garaje de mi casa, entre telas y máquinas de coser”, rememora. Posteriormente, realizó un máster en Administración de Moda en el prestigioso London College of Fashion. En esta ciudad llegó a trabajar tres años con la diseñadora Stella McCartney, globalmente reconocida por ser líder en moda sostenible.

Así, madre e hija fundaron en el 2011 la marca María La Paz, enfocada en el público femenino y también en adolescentes. La firma siguió creciendo año a año, y no solo presentó nuevas propuestas ready to wear, sino también innovó con tejidos y detalles en las prendas. Una década después se sumaron a este equipo Ana e Inés, en las áreas de gerencia de marketing y gerencia de diseño, respectivamente.

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“Hoy, estamos en la empresa mi mamá y mis dos hermanas. Seguimos sus pasos para seguir creciendo”, nos cuenta Iciar, a lo que añade: “Disfruto mucho con ella, porque aprendo de su experiencia y admiro la calidad que consigue siempre en lo que creamos. También tengo la ventaja de trabajar con mis hermanas, en quienes confío 100 %”.

Las mujeres de la familia Bravo Tomboly son el ejemplo perfecto de que la moda es algo que trasciende la ropa, y puede convertirse en un tesoro familiar. Atravesadas por el entusiasmo por las tendencias, los patrones, el diseño responsable, la producción sostenible y una dedicación especial, con María La Paz entienden de una elegancia sutil, femenina y delicada, que remite a prendas que asumen la función de acompañar tanto el día a día como los momentos especiales por igual. “El propósito de nuestra marca es inspirar a las mujeres a ser auténticas, regalar, amor, alegría y paz”, refiere Iciar.

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Las hermanas manifiestan que realmente sienten que el propósito de la marca se refleja en todo lo que diseñan, ya que cuidan la calidad, los detalles y el diseño. “Damos tiempo y amor hasta al más mínimo detalle relacionado con la producción, porque sabemos que ese cariño está, no en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer ‘cosas ordinarias con un sentimiento extraordinario’”, exclama Ana.

Ya que hablamos de moda, no puede faltar el área dedicada al diseño. Inés refiere que “buscamos inspirarnos y crear piezas únicas. Experimentamos con telas, formas, moldes, colores, técnicas de lavado y estampado para lograr colecciones que transmitan nuestra pasión por la moda”.

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Claro está que el paso de Iciar por una firma de moda de renombre internacional marcó el rumbo que hoy sigue esta marca nacional. “Mi camino en Stella McCartney empezó en el equipo de sostenibilidad, donde estuve seis meses, para después pasar al área de marketing. Esos primeros tiempos fueron claves. Stella es una apasionada de la sostenibilidad y vi cómo una empresa puede aplicar prácticas que respeten el medioambiente hasta en los detalles más mínimos”, comparte.

Esa experiencia cambió su criterio para elegir tejidos y preferir a los proveedores que ofrecen fibras ecológicas o recicladas, que optimizan el uso del agua y colorantes. Al mismo tiempo, María La Paz comenzó a aplicar métodos para reciclar desperdicios de tela de su producción —de la mano de Texciclo— y, claro está, cuidar y fortalecer la relación con sus trabajadores, una parte tan importante como cualquier proceso.

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Con la llegada de los meses más cálidos del año, también se presenta la línea verano 2025 que, más allá de las tendencias propias de la estación, materializa el compromiso de la firma con el medioambiente y trabaja para que sus tejidos sean, en su mayoría, ecológicos. “Esta colección es muy importante para nosotras por varias razones. Primero, porque todas las estampas son diseñadas por nuestro equipo, lo que implica mucho trabajo y esfuerzo. Segundo, porque buscamos mejores proveedores y optimizamos la calidad al incorporar, por ejemplo, tejidos 100 % de lino, y del mejor lino”, adelanta Iciar.

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Si bien la firma ya presentó prendas confeccionadas en lino, esta línea se destaca por ser la mejor en cuanto a calidad, así como el algodón orgánico y el EcoVero, un nuevo tipo de tejido similar a la viscosa tradicional, pero elaborado con estándares ecorresponsables. En los casos en los que trabajan con poliéster, buscan que este sea reciclado.

En cuanto al look, en esta temporada María La Paz presentará estampas que imitan la naturaleza con formas más abstractas, unos batiks que parecen pintados con pincel y unas flores que, ampliadas en tamaño, se funden con hojas. La tendencia que predominará es la del total look, con prendas en conjunto: las blusas con el pantalón del mismo color o estampado, entre los que resaltan el chaleco con pollera.