Huevos para todos
Encontrá tu receta ideal
No hay una sola manera de prepararlos, y cada método de cocción tiene su secreto. Aun así, los huevos siguen ocupado un lugar central en las mesas, sea en el desayuno, almuerzo, merienda o cena. En esta nota nos enfrentamos a sus detractores y declaramos, sin miedo, que este es uno de los ingredientes más versátiles que podamos encontrar.
La mitad de las veces, la gente tiene una opinión negativa sobre el huevo: que no es rico, que no hay que comer la yema cruda, que tiene demasiado colesterol, que lo comieron demasiado de niños y que hoy, de adultos, ya no pueden ni verlos, etc Lo único que yo escucho, en esos casos, es una buena lista de excusas, como las que poníamos de chicos para no comer verduras.
Ahora, no es mi intención que nos pongamos a comerlos todos los días, ni mucho menos; sino que le demos una oportunidad al menos a una de las distintas recetas que podemos incorporar en cualquier momento del día. Por ejemplo:
REVUELTOS. Es la manera más sencilla de incorporarlos a un día normal y garantiza energía durante toda la jornada, por sobre todo. Una receta bien sencilla (para una porción) es servir dos unidades en un pequeño bol, batir solo lo suficiente para romper la barrera entre clara y yema, agregar sal y pimienta a gusto y, ya en ese momento, agregar los ingredientes que más gusten: queso rallado, trocitos de jamón o panceta crocante. Un toque perfecto es bañarlos con cebollita de verdeo antes de servir.
BENEDICTINOS. Es una de las recetas más atractivas. Los Benedictinos originales van con muffins ingleses, pero hay versiones con todo tipo de panes caseros. Llevan manteca, jamón o salmón ahumado y salsa holandesa. En internet abundan las recetas y estamos seguros de que tu influencer de confianza ya publicó el how-to de principio a fin.
SHAKSHUKA. Esta receta proviene de Oriente Medio y consiste en combinar dos cosas muy geniales que, usualmente, no vemos juntas: salsa de tomate y huevos. Lo ideal es prepararlos en una sartén lista para llevar a la mesa o bien, montar el plato final a la hora de servir. El sabor es directamente proporcional a cómo condimentamos la salsa y qué tipo de tomate elegimos; por ejemplo, podemos incorporar tomates confitados para un toque más dulzón. Los huevos se deben cocinar en la salsa para que absorban el sabor del preparado.
TORTILLA ESPAÑOLA. La tortilla es realmente fantástica. En toda España se sirve con las tapas y los pinchos, pero en otros países es frecuente verla en la mesa del brunch. El secreto de este plato es la cocción uniforme y la variedad de ingredientes que se pueden sumar, desde salchichas hasta hojas verdes, como rúcula o albahaca.
EN COCOTTE. Cocinar los huevos en cocotte significa prepararlos en el recipiente en el que serán servidos finalmente. Es versátil en el sentido de que puede combinarse casi cualquier otra receta con esta mini presentación, pero también porque la porción está medida de forma personal. Una receta muy sencilla parte de untar con manteca el recipiente, servir fetas de jamón para cubrir toda la base, romper un huevo y agregar sal y pimienta a gusto con un toquecito de crema de leche. Esta combinación es perfecta para coronarla con hojas de perejil.
¿Y qué tal? ¿Ya te convencimos?
