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Creativa Identidad

El hogar como reflejo de uno mismo

Una fusión entre el estilo racionalista, las piezas de arte, los muebles diseñados exclusivamente para este hogar, mucho color y su propia esencia. “Cada hogar es un recorrido alrededor del entorno de la persona”, nos dice la diseñadora Emma Viedma, quien nos muestra que su creatividad va más allá de la moda y nos adentra en su lugar en el mundo: su casa situada en el límite entre las ciudades de San Bernardino y Altos.

Siempre le llamó la atención cómo la gente ve en otras casas lo que quiere para la suya, sin darse cuenta de que no la representan verdaderamente. “Creo que nuestros ambientes tienen una conexión directa con lo que somos. Cada hogar es un recorrido alrededor del entorno de la persona”, manifiesta la reconocida diseñadora de moda Emma Viedma, al frente de la firma Pierrot Couture.

Ella ama la libertad, las formas geométricas, los colores, lo diferente sin necesidad de buscar lo mismo que la mayoría. Por eso, cuando se propuso construir su casa, se encargó de explayar a fondo su propia esencia en los distintos ambientes, y de esta manera logró un entorno en el que cada detalle representa su incansable curiosidad por descubrir cosas nuevas. Para la estructura, optó por el estilo racionalista, una corriente basada en la arquitectura que se fundamenta en la razón y que otorga gran importancia al diseño. Posee líneas sencillas y funcionales, centradas en formas simples y materiales de orden industrial como acero, hormigón y vidrio.

El punto de partida para representar la visión de Emma es la puerta de la entrada principal, que dirige la altura y las formas geométricas que se encuentran en toda la construcción. “Diseñar mi casa tuvo sus complicaciones, especialmente al elegir lo más importante: la parte visual externa y la estructura”, nos cuenta, aunque hay algo que tuvo claro desde el primer momento y es la altura de cuatro metros en todas las dependencias.

Claro está que la construcción y la supervisión de la obra estuvieron a cargo de arquitectos e ingenieros. Pero en lo que respecta al diseño, la gran mayoría lo realizó sola, pero amigos creativos como ella y su familia también fueron dando su aporte. Entre ellos se encuentran José Zaldívar y Jean-Baptiste Messié, del grupo Diezstudio, con quienes logró piezas únicas en muebles, mesas y algunos objetos.

En lo que respecta al diseño, Emma lo realizó casi todo sola, pero amigos creativos como ella también fueron dando su aporte. Entre ellos se encuentran José Zaldívar y Jean Baptiste, del grupo Diezstudio

Una de estas creaciones la podemos encontrar en el comedor. Se trata de una mesa que no es ni rectangular ni diamante. Está hecha de madera maciza y las sillas, también de diseño único, se adaptan a esta forma poco convencional que igualmente resulta funcional, ya que ocho personas pueden sentarse a comer cómodamente.

En la ambientación, una característica es la presencia del arte. Es que a la propietaria le fascina; y no podía ser de otra forma, ya que nació en el seno de una familia de artistas. “La verdad es que lo que más me dieron en casa fue sabiduría en arte y cultura”, agrega.

Así, en algunos rincones podemos encontrar, por ejemplo, una obra en la técnica de carbonilla firmada por su hermana, Verónica; un autorretrato de su padre, realizado hace 50 años, e incluso un cuadro de la misma Emma en sus primeros años de vida, que también lleva la signatura de Manuel Viedma. Una escultura de Bernardo Krasniansky e inclusive una creación perdida de Faustino Adorno y restaurada por Félix Toranzos, que se aprecia desde la calle, forman parte de su colección personal. “Mi casa es conocida por Faustina, la chica debajo de las escaleras”, nos cuenta Emma entre risas.

Esta mesa de gran porte y con asientos para 18 a 20 personas también fue codiseñada con Diezstudio y materializada en metal y madera.

ROMPECABEZAS VISUAL

Como el terreno tenía sus limitaciones, la consigna del espacio la resolvió de una manera muy original, como era de esperarse viniendo de ella. Esta solución se dio con desniveles, de los que logró un total de siete: las habitaciones y sus respectivos baños están en el subterráneo, la sala principal integrada al comedor y la cocina se encuentran a nivel del suelo, el quincho en otro distinto y así sucesivamente.

“También quería que todo sea cemento y al descubierto con un lenguaje formal, basado en geometría externa de líneas simples y fachadas libres, donde no habría límites para dar toques internos en distintos estilos”, nos explica detalladamente. Y en este lienzo neutral, pero no menos impactante, cualquier visitante puede percibir la capacidad de la propietaria de dar vida a los espacios y los objetos, con los colores que genera este lugar único y personal.

Los baños son un claro ejemplo, ya que ninguno se priva de su dosis de buen gusto y diseño. Travertino romano, baldosas de piedra, una mezcla exquisita de azulejos, griferías de metal y luminarias de diseño adquiridas localmente se lucen en estos sectores.

Emma es atrevida a la hora de hablar de los colores y materiales. Tanto que se animó plasmar en cada espacio diversas combinaciones sin miedo alguno. Por ejemplo, el baño principal tiene tonos cobres, mentas y rosas como principales. Mientras, el baño compartido lleva amarillo, lila, bordó y dorado, ambos con base cementicia.

Emma es atrevida a la hora de hablar de los colores y materiales, tanto que se animó a plasmar en cada espacio diversas combinaciones sin miedo alguno

La habitación principal, por su parte, es pequeña en área, pero esto pasa totalmente desapercibido gracias a los ventanales y la altura del techo. De día, la iluminación es 100 % natural, pues la entrada de luz es plena, lo que hace que no sea necesario emplear algo más que un tomacorriente en caso de necesitarlo.

Un imponente tapiz que replica una obra icónica de Gustav Klimt —uno de sus artistas favoritos junto a Alphonse Mucha— y una cama también hecha a medida son los protagonistas de esta estancia.

De noche, la escena de esta dependencia y las demás cambia por completo. Los ambientes lucen más dramáticos, como si se tratara de otra residencia.

“Creo que mi casa (o la de cualquiera) no tiene culminación, ya que todo rota y toma forma, y se refleja en los espacios nuestra propia personalidad”, nos comparte Emma al hablar sobre los cambios y reformas que tiene en mente en un futuro próximo.

“Creo que mi casa (o la de cualquiera) no tiene culminación, ya que todo rota y toma otra forma, para reflejar en los espacios nuestra propia personalidad”

Emma Viedma

¿Mantendrá esta misma línea en sus próximos proyectos?, es la consulta y Emma responde que hablar de su inspiración es algo imposible, ya que “es un rastreo de todos los días, entre rincones y recuerdos. Libros, viajes, estudios de movimientos artísticos, referentes de la moda, del arte, la arquitectura, la sociedad y sus culturas. Hay demasiados parámetros para inspirarse y, en cada oportunidad, la elección es distinta”, finaliza.

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