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Wedding maths

Cómo calcular las bebidas para tu boda

Dentro de la planificación de una boda hay muchas decisiones creativas de por medio: elegir la paleta de colores, las invitaciones, las flores y el diseño del ramo, la vajilla, la música y el estilo de boda en sí, entre muchas otras cosas. Sin embargo, temas como el cálculo de las bebidas es algo más bien práctico y matemático. Por eso, te ayudamos con una pequeña guía para tener en cuenta.

Antes de empezar con los cálculos hay que definir, a partir de la lista de invitados, la cantidad de personas que consumirán bebidas alcohólicas ese día, dejando aparte a niños, embarazadas y abstemios.

Un tip de ayuda extra es ponerse la tarea de confirmar la asistencia de los invitados para tener una cifra más real y aproximada a la que recibirán el día de la boda. Hay muchas variables a tener en cuenta, a parte de la cantidad de invitados, como las que nombraremos a continuación.

Duración y clima

Hay que tener en cuenta cuántas horas, aproximadamente, durará la boda, para calcular por cuánto tiempo debe haber bebidas (alcohólicas y no) disponibles para el público. Si la boda es de día, o entre los invitados hay muchos jóvenes, hay que agregar un par de botellas más al número estimado.

Un cálculo base es que, por hora, cada invitado consume alrededor de 1 ½ trago. Algunos consumen más, otros menos, pero ese es un buen número sobre el cual trabajar. Para una boda en verano, se debería contar con un 15 % o 20 % más por encima del estimado.

En verano es importante prever más bebidas no alcohólicas, como agua, jugos y gaseosas, para que los invitados no se deshidraten en la pista de baile ni bajo el sol de la tarde. Paraguay es un país con un elevado consumo de cerveza per cápita, y un cálculo base de consumo de esta bebida suele ser de cuatro cervezas por persona. Además, están otras bebidas también populares, como el vino tinto, que por botella (de 750 ml) se calcula un rendimiento de seis copas, para el consumo de tres personas aproximadamente.

El brindis y la fiesta

El champagne es la bebida predilecta para realizar brindis, especialmente en una boda. Un estimado sería prever el consumo de dos copas por persona, pero lo ideal sería tener una cantidad extra por si acaso. Una buena opción para cumplir con la variedad en cuanto a bebidas es contratar una barra de tragos, con opciones tanto de cócteles como de tequila, whisky, ron, vodka y gin. Y por supuesto, la opción de contar con un servicio de bebidas a consignación te ayudará a evitar el desperdicio y a cuidar tu economía.

Para ser más concisos aún, hay páginas web dedicadas a proveer un cálculo en base a todas las variables que mencionamos más arriba; o en base a un número genérico de invitados, comowww.weddingdrinks.co.uk y www.aisleplanner.com.

Tipos de bar

Tu presupuesto se va a ver muy afectado por distintas cuestiones, como la estación del año y el horario en que vas a celebrar (de día, las personas se sienten menos inclinadas a beber alcohol). Asimismo, mucho tiene que ver el tipo de bar que ofrezcas en la fiesta; por ejemplo:

BAR ABIERTO. Esta es la opción más generosa y la que, sin duda, hará que todos hablen especialmente bien de vos después. Significa que cualquiera puede acercarse a la barra a solicitar lo que desee, la cantidad de veces que le plazca. Incluye cócteles, licores de primera línea, destilados y cervezas —además, claro, de las bebidas sin alcohol—.

BAR LIMITADO. Esta alternativa puede servir para ahorrarse algunos números en el presupuesto. Los novios eligen simplemente una marca de cerveza, una de vino y, quizás, un par de cócteles signature hechos para la ocasión. Limitando la variedad, también se limita la cuenta final. Disponiendo de mozos para distribuir las copas, los invitados también beberán menos.

BAR SECO. Las familias muy ortodoxas y las fiestas de casamiento más cortas suelen optar por un bar seco, que solo sirva bebidas blandas y cócteles virgen.

BAR CASH-ONLY. Esta modalidad, realmente, no se practica en nuestro país. ¡Y con razón! Aparte de parecer tacaños, los novios harán pasar malos ratos a sus invitados (especialmente si no lo informan en la invitación). Nunca hay una excusa lo suficientemente buena para cobrar a los amigos y familiares por el bar en una boda.

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