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Poesía ante el encierro

Larga vida a las palabras

La poesía trasciende el tiempo y el espacio, y durante la cuarentena trascendió el encierro y logró que el aislamiento sea un impulso para la creatividad. Slam en voz alta, Bitácora de un encierro y Poesía en tu sofá son experiencias de conjunción entre el arte y la tecnología de las redes sociales que impulsa a los artistas a continuar creando.

Slam en voz alta

Más allá de las rimas, las estrofas y los versos, la belleza de la poesía también puede ser percibida en la oralidad y el cuerpo de un intérprete. Así disfrutan de este arte en el Slam, un concurso de poesía que nace de la mano del poeta norteamericano Marc Smith.

El mismo lo institucionaliza y le da una estructura con tres simples reglas: 1. Cada participante tiene tres minutos para interpretar sus poemas; 2. Las poesías deben ser de creación propia; y 3. No se pueden utilizar disfraces. A la par, el público también puede participar demostrando su aprobación a la performance de cada intérprete a través de los chasquidos.

A partir de ahí, el evento artístico se ha extendido por el mundo y recibe a cientos de poetas y artistas que buscan un espacio para expresarse y ser escuchados. “El fenómeno se fue repartiendo tanto con la globalización como por distintas hibridaciones del género poético, que se modernizó y ya no tocaba problemáticas habituales como el amor, el desarraigo o la tristeza, sino que también se comenzaban a tocar temas políticos“, comenta Juliana Quintana, organizadora del Slam en voz alta en Paraguay.

La experiencia llegó a nuestro país en el año 2017 de la mano de Juliana y su amiga Gabriela Arcondo, quienes se movilizaron para llevar el evento a diferentes bares y centros culturales de Asunción como La Chispa, Literaity, La Caósfera o Mango Tango, como también a diferentes centros fuera de la capital como El Cántaro – BioEscuela Popular en Areguá o Vintage Café Literario de San Lorenzo. El evento se desarrollaba una vez al mes y reunía a artistas y aficionados de todas las ramas del arte y la literatura.

Como todo espacio artístico, cuando llegó la pandemia, Slam en voz alta también tuvo que reinventarse para continuar generando su vínculo con el público.

Trasmutar a la vitualidad

Como todo espacio artístico, cuando llegó la pandemia, Slam en voz alta también tuvo que reinventarse para continuar generando su vínculo con el público, más aún teniendo en cuenta las circunstancias en las que todos estaban enfrentando la cuarentena. “Cuando empezó esto fue un terremoto para todos. Primero por la incertidumbre de cómo íbamos a vivir en el encierro. Segundo, con quiénes íbamos a acompañar ese momento; y tercero, cómo íbamos a gestionar todo lo que pasábamos por dentro y cómo podemos compartirlo con los demás”, comenta Leo Gómez, quien se sumó al proyecto durante la cuarentena para acompañar a Quintana en este nuevo ciclo del Slam.

Con lo que tenían a mano —una cuenta en la red social Instagram— comenzaron a transmitir en vivo los slams una vez por semana. “Fue animarnos a reemplazar los chasquidos por corazones y los abrazos por comentarios”, comenta Gómez, y añade: “Me sorprendió que muchos de los participantes elegían ese lugar, donde ellos podían ser, compartir y reconocerse con los demás a través de la poesía. Fue una invitación a escucharnos y a sentirnos. Antes, al tener eventos presenciales la distancia era un factor condicionante y ahora pasamos a estar a treinta centímetros de distancia”

Esta nueva etapa les permitió ampliar su audiencia, llegando a nuevos públicos que también deseaban formar parte. “Nosotros tenemos dos consignas: la antipoesía y su deselitización, porque algo fundamental es el acceso y tener los espacios para poder conocernos en amplitud y diversidad”, explica Leo.

Actualmente, el Slam se desarrolla de manera online a través de su cuenta de Instagram: @slamenvozalta, cualquiera puede participar con su texto propio y ser parte de este colectivo autogestivo.

Juliana Quintana, organizadora y coordinadora del Slam en voz alta.

Bitácora de un encierro

La poesía y la literatura fueron los fieles compañeros de varias personas durante el encierro. Al igual que para Alfredo Chaves, mejor conocido como Miliki, y Nico Iranzo, quienes hicieron una pequeña reunión por videollamada para leer lo que escribían. “Después de eso nos sentimos muy bien, y quisimos generar un espacio en el que todos puedan participar, armar una plataforma donde podamos acercarnos de distintas maneras ya que el acercamiento físico no era una posibilidad”, comenta Iranzo.

De esta manera nació Bitácora de un encierro, un fanzine digital que recopila textos que fueron escritos durante la cuarentena, creando así un registro de los sentimientos y sensaciones que despertaron durante estas circunstancias en diferentes personas. “En la primera convocatoria que tuvimos recibimos veintisiete propuestas, que para nosotros era cinco veces más de lo que esperábamos. Y ahora, en esta última convocatoria recibimos sesenta y tres propuestas. Hay veces que si no se aumenta exponencialmente la cantidad de personas se aumenta la diversidad de países de las solicitudes”, comenta Miliki.

Portada del primer fanzine de Bitácora de un encierro, ilustrado por Juana de Barro.

Bitácora también adoptó al Instagram como su plataforma principal, pues allí está el formulario para que los interesados puedan enviar sus poemas a la par que varias frases o videopoemas de los artistas que participaron en los fanzines anteriores. También allí organizan sus vivos mensuales de Anti martes de poesía, donde algunos de los autores que fueron publicados en ediciones anteriores tienen la oportunidad de recitar lo que escribieron. Hasta el momento cuentan con participantes de Argentina, Colombia, Uruguay, Chile, México, Costa Rica, Perú, Nicaragua, Brasil y España. “Esto es algo que vamos repensando en función de la reacción. Recibimos varias cartas con párrafos enteros de personas que comentaban lo que les generaba el espacio o expresaban su respeto y gratitud. Y nos dimos cuenta de esta necesidad de expresión que teníamos en este contexto en particular y lo importante que era la Bitácora para eso”, reflexiona Chaves

Bitácora de un encierro funciona como un impulso para los autores que no necesariamente necesitan escribir una antología para ser publicados.

Al mismo tiempo, Miliki también comenta que Bitácora de un encierro funciona como un impulso para los autores que no necesariamente necesitan escribir una antología para ser publicados. “Tener un texto publicado en el país implica como una suerte de apostolado, tener que purgar por muchísimos procesos o gastar mucha plata. Y esto funciona como una alternativa, hay muchas formas de publicar y es hermoso habilitar ese espacio”.

Bitácora de un encierro ya ha lanzado siete fanzines desde que comenzaron el pasado 28 de marzo. Entre sus miembos también se encuentran Jess Rivas quien se encarga del diseño y Kike Codas quien se encarga del contenido. Las portadas fueron ilustradas por los artistas Juana de Barro, Sofía Heyn, Jazchu Coronel, Ene, Ludmila Centurión, Arami Espiau y Fernando Martínez. Los fanzines publicados están disponibles en la página www.bitacoradeunencierro.com, y si te interesa conocer más sobre esta iniciativa, podés seguirlos en Instagram: @bitacoradeunencierro.

Poesía en tu sofá

Las energías de continuar creando espacios para el arte siguen de pie para Slam en voz alta y Bitácora de un encierro, organizaciones que se aliaron para crear una tertulia virtual que nos invita a recitar poesía desde nuestro sofá.

La iniciativa nació en España como una propuesta de la poeta Elvira Sastre, y rápidamente fue replicada en Argentina, Uruguay, Colombia, México y hace dos meses en Paraguay.

La propuesta está estructurada en forma de un recorrido donde nos paseamos por las cuentas de los invitados que tienen diez minutos para recitar lo que deseen

La propuesta está estructurada en forma de un recorrido donde nos paseamos por las cuentas de los invitados que tienen diez minutos para recitar lo que deseen. “Los invitados son personas ligadas a la cultura, ya sea una periodista o una actriz, de manera a que nos conectemos con los distintos espectros del arte y sus lenguajes”, comenta Stefy Ramírez, encargada de prensa de la iniciativa

Entre las figuras emblemáticas que pasaron por el escenario virtual de Poesía en tu sofá se encuentran Menchi Barriocanal, Ana Brun, Arturo Fleitas, Ana Ivanova, Natalia Sosa Jovellanos y Agustín Núñez.

A la par también incluyen a poetas o personas ligadas a la cultura con un perfil más bajo, como Diego Ayala, gestor del centro cultural Literaity, o nuestra compañera periodista de la revista Pausa, Romina Aquino. “Tratamos de que aparezcan autores, no necesariamente con materiales publicados, pero sí autores del ámbito, la idea es que también ayudemos a difundir esos trabajos que no tienen espacios en el discurso hegemónico para propulsar sus voces”, comenta Quintana.

Poesía en tu sofá ya se está preparando para su sexta edición, para enterarte de quiénes serán los próximos expositores, ingresá a su cuenta de Instagram: @poesiaentusofapy

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