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Ruta de la artesanía

Un camino de descubrimiento

El recorrido artesanal comienza en el momento en que unas manos experimentadas se encuentran con la materia prima. Desde el año pasado, la Ruta Nacional de la Artesanía propone conocer el proceso y los rostros detrás de cada pieza y se consagra como una perfecta excusa para el turismo interno. En estas líneas, exploramos los detalles de este camino de herencia y tradición impulsado por el Instituto Paraguayo de Artesanía, de la mano de su presidenta actual, Andrea Vázquez.

El trabajo artesanal en Paraguay es un universo de diversidad de materiales, técnicas y herencias que se desarrolló a partir de la conjunción de saberes comunitarios que pasaron de generación en generación.

Con el objetivo de conocer este universo de arte ancestral, desde finales del 2023 el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) propone una nueva manera de acercarse al proceso de creación de cada pieza. La Ruta Nacional de la Artesanía surge como un proyecto con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en ella es posible armar personalmente un recorrido por talleres de referencia en el país.

Andrea Vázquez, presidenta del IPA, cuenta que el enfoque no es principalmente turístico. “Buscamos que este circuito sea lo más democrático posible y se muestre accesible para todos los ciudadanos. Lo vemos como un mapa donde cada uno puede armar sus propios recorridos de acuerdo con sus gustos y posibilidades”, detalla.

Su vidriera informativa tiene como fin conocer los rostros detrás de la labor artesanal, valorar el trabajo que implica el proceso creativo desde la obtención de la materia prima y extender conocimientos acerca de las técnicas de producción, a través de la promoción de un turismo pensado para empoderar a los artesanos directamente.

“Para llegar a esa artesanía hubo varias generaciones de personas que hicieron descubrimientos y los pasaron a sus familias. Hay mucho más que valorar en comparación con una simple producción de fábricas”, relata.

UN MAPA INTERACTIVO

Esta iniciativa comenzó a gestarse en 2021 cuando, en cooperación con el BID, inició el desarrollo de la Política Nacional de Artesanía (PNA), un documento que las instituciones estatales tendrán como hoja de ruta desde 2023 hasta 2030, para que la producción nacional se convierta en un eje central del desarrollo sostenible.

Se trata de la primera PNA en el país y se sustenta sobre vértices económicos, culturales y ambientales que buscan dar participación especialmente a las organizaciones de artesanos para valorizar su trabajo en cada una de las etapas del proceso de producción, desde la obtención de la materia prima hasta la finalización.

En la primera etapa del desarrollo de la Ruta Nacional de la Artesanía, un equipo técnico liderado por la anterior presidenta del IPA, Cynthia Melgarejo, viajó a Oaxaca, México, en 2022, con el objetivo de analizar el mismo proyecto pero de esa ciudad. “La idea era conocer cómo los diferentes talleres de los artesanos eran incluidos en un circuito turístico. A partir de ese momento, lo comenzamos a esquematizar en nuestro país. Trabajamos con aliados estratégicos como la Secretaría Nacional de Turismo para definir nuestras principales herramientas”, explica Andrea Vázquez.

Es importante que la gente se dé cuenta de que el precio de estos productos no alcanza el valor que puede llegar a tener la pieza, porque hay una diferencia grande entre el importe económico y lo que realmente vale

Actualmente la página web www.ruta.artesania.gov.py es el principal elemento de trabajo. Tiene información puntual acerca de la totalidad de los talleres que forman parte. Para facilitar el acceso al usuario, el mapa interactivo de los espacios de cada lugar cuenta con filtros donde el interesado puede detallar el departamento, la localidad, el circuito y el tipo de artesanía que desea conocer, como alfarería, cerámica, madera, piedra, astas, metales y textiles.

Desde fines del año pasado, la Ruta Nacional de la Artesanía conforma una red de 38 talleres que abren las puertas a los turistas en diferentes ciudades del país. Para ello, Andrea destaca que fue vital recoger minuciosamente los distintos puntos de vista de los artesanos acerca de qué es lo que ellos sienten y cómo experimentan las visitas dentro de sus talleres.

Para la selección de cada espacio, los integrantes del IPA tuvieron en cuenta factores como la accesibilidad del taller y las prestaciones que la facilitan, tanto para comodidad del artesano como del turista. “La visita al lugar de trabajo es un servicio más que el productor está dispuesto a brindar y, como tal, debería siempre tener su costo. Por eso, uno puede ver en la página web cuál es el precio aproximado que se cobrará por la entrada o por una experiencia vivencial como, por ejemplo, desarrollar un ejercicio con él”, ahonda.

Un factor muy importante es la duración de cada visita, por lo que la página indica también cuál es el tiempo sugerido de permanencia en cada taller. “El proyecto permite identificar todos los sitios donde hay artesanos y se puede experimentar el proceso de producción. En el futuro, tenemos la intención de agregar los puntos de venta, que van a estar identificados como comercios”, expresa.

La Ruta Nacional de la Artesanía recorre, en la actualidad, ciudades como Altos, Areguá, Caacupé, Carapeguá, Emboscada, Itá, Itauguá, Luque, Pirayú, Piribebuy, San Miguel, Santa María, Tobatí, Yataity, Emboscada, entre otras. El IPA decidió dar principal énfasis a las localidades donde tienen oficinas regionales para que, en momentos de necesidad, los funcionarios de la institución puedan acompañar a los artesanos y turistas ante cualquier eventualidad.

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