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María Nasta

La idea de lograr un impacto social y medioambiental, ante problemáticas relacionadas con el uso de plástico y la basura orgánica, llevaron a María a dirigir un proyecto propio: una industria social. Aquí te contamos acerca de las motivaciones y de la trayectoria de esta mujer que admiramos.

María construyó su carrera desde la comunicación, con una licenciatura en negocios y comunicaciones y años de experiencia de trabajo en publicidad. Lideró luego un proyecto de impacto sociocultural que apuntaba a revalorizar el arte y a los artistas indígenas. “Me fui moviendo de a poco, involucrándome en proyectos de impacto”, explica. Todo esto fue acercándola a Madre, su emprendimiento actual. 

“Me gusta mucho la posibilidad de emprender, es una suerte que tengo”, comenta. En 2016 tuvo la oportunidad de realizar un Máster en Desarrollo Sostenible en Sídney (Australia) a través del programa de becas Becal Paraguay. “Fue un despertar de conciencia. Volver y tener la oportunidad de emprender, y de alguna forma contribuir en algo a mejorar ciertas situaciones, sobre todo [respecto a] una problemática socioambiental tan grande como el uso de plásticos y la basura orgánica. Es una motivación especial”, agrega. 

Estando en Sídney tuvo la idea inicial para lo que sería Madre. Le había llamado la atención un proyecto desarrollado en Indonesia, en el que fabrican bolsas hidrosolubles con miras a dar una solución viable a los plásticos de un solo uso. “La motivación inicial de Madre era poder unir lo que fuera el desafío social alrededor de la producción de mandioca, también aportar a revalorizar el trabajo de los productores, con el impacto de hacer un producto que fuera alternativo y de menor impacto, respondiendo a la problemática del plástico”, explica. 

Lo que más valora de poder emprender es el hecho de hacerlo con propósito. “Con esta industria social que empecé es [sobre todo] la independencia, el desafío constante que significa para mí llevar adelante esto y también el aprendizaje diario, en todo momento”, acota María. El poder sentirse empoderada es algo que ella considera de mucho valor hoy en día, poder sentirse independiente. “Creo que mirando atrás estoy cumpliendo con mi objetivo de niña, que era poder llevar adelante algo y sentirme plena, también con las frustraciones que conlleva arriesgar y hacer algo”, enfatiza.

Algo que la ayuda a desconectarse y lidiar con la carga de un día pesado es parar y hacer yoga por unos veinte minutos, una práctica con la que lleva ya diez años. “El año pasado empecé a hacer skate, en principio para acompañar a mi sobrinito y después me terminé enganchando”, cuenta. Algunos domingos, en medio de la brisa y el cielo abierto de la costanera de Asunción, suele andar en su skate, disfrutando así de sus momentos y tiempo libre.

Mejores empaques

En el proyecto inicial que María y el equipo de Madre tenían la intención de llevar a cabo estaba la posibilidad de fabricar su propia materia prima, aprovechando los recursos propios del país; este es un proyecto actualmente en desarrollo. “Lo que hicimos para empezar fue importar la materia prima, también hecha de almidón, aceites vegetales, proteínas y ácido poliláctico derivado del maíz, que es lo que hace que el producto tenga la tecnología de biodegradarse y compostarse de 90 a 180 días”, comenta. María enfatiza que, como industria social, existen para aportar soluciones, específicamente a la problemática del exceso del plástico común y de la basura orgánica, a través de bolsas biocompostables y otros productos que irán lanzando próximamente.

Las satisfacciones que le brinda estar liderando un proyecto como Madre es contribuir a un bien mayor. A nivel personal es el hecho de poder materializar un sueño, poder realizarlo. “También a nivel equipo me entusiasma mucho poder trabajar con gente con la que no había tenido oportunidad antes. Juntos formamos un gran equipo y eso me motiva. La razón de ser de Madre es que somos ‘conciencia con ciencia’. Poder llevar adelante Madre con gente de la cual aprendo muchísimo es muy gratificante”, agrega. 

Me entusiasma mucho poder trabajar con gente con la que no había tenido oportunidad antes. Juntos formamos un gran equipo y eso me motiva.

María Nasta

¿Qué depara el futuro? María sabe que este se construye día a día y será la sumatoria de lo que hace en el presente. “Estoy enfocada en que Madre despegue y tome fuerza, ya que lo lanzamos hace poco”, comparte. Además, le motiva mucho la empatía que este proyecto generó en la gente, teniendo tan solo unos meses de existencia.


Movidas por la energía y la esencia que nos trae la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, preparamos este especial en torno a las historias y el trabajo de cuatro mujeres y un equipo multidisciplinario que, con sus acciones y su visión, nos invitan a reflexionar sobre la importancia vital y el valor que aportan las mujeres desde un lugar de liderazgo y de autonomía. Ellas son Marie Mendieta, María Nasta, Ofelia Aquino, Ximena Mendoza y Sorora Música, el colectivo de mujeres conformado por Rocío Robledo, Paula Rodríguez, Sofía A. Heyn, Jimena Riso, Jéssica Rivas, Ximena Zarratea y Milena Coral.

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