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Rue Mariscal

Sostenible y consciente

Dos amigas de la infancia se juntaron para crear Rue Mariscal, una marca que fusiona la moda contemporánea con bordados artesanales y tradicionales. Claudia Benza y Gaba Esquivel tienen una filosofía de producción que respeta el medio ambiente y el trabajo de las personas involucradas, y aquí te contamos los detalles de este proyecto que va creciendo internacionalmente y nos tiene expectantes.

Claudia Benza y Gaba Esquivel

Claudia Benza y Gaba Esquivel se conocen desde que tienen uso de razón, ya que sus abuelos eran muy amigos. Al crecer cada una tomó un camino diferente, pero se volvieron a encontrar años después para dar forma al proyecto que las volvió a unir.

Claudia es contadora pública nacional, estudió en la Facultad Católica de Buenos Aires (Argentina). “Mi papá es paraguayo, pero fue exiliado a los 19 años durante la dictadura, así que es el único de una familia numerosa que no vive acá”, comenta. Agrega que siempre amó Paraguay y estaba segura de que este era el lugar donde quería vivir. Por eso, cuando terminó sus estudios en Buenos Aires, preparó sus valijas y se instaló en Asunción.

Gaba Esquivel es argentina, pero su madre es paraguaya. Es diseñadora de moda, recibida en Studio Berçot de París (Francia). Su formación se dio al trabajar en diferentes casas, primero en Guy Laroche con Michael Klein y luego en Chanel con el legendario Karl Lagerfeld. Su carrera la llevó hasta Balmain, con Gilles Dufour. Con toda la experiencia que acumuló, creó su propia marca junto con un compañero y amigo, Thomas Vasseur. Así nació Vasseur Esquivel, que tuvo base en Nueva York, con un éxito inesperado durante cinco años, y que luego se disolvió.

Gaba también trabajó con la firma argentina Chocolate, para la cual diseñó colecciones por varios años. Actualmente vive y trabaja entre Madrid y Villarrica, y explica: “Un mix muy benévolo dentro del mundo de la moda, ya que son ciudades periféricas a las capitales de la moda”.

El comienzo

En 2017, Gaba empezó una búsqueda entre los pueblos originarios de Argentina con el objetivo de lanzar una línea sustentable y con identidad. “Pasé varios meses en Jujuy. Fue una experiencia maravillosa y profunda, pero nunca me sentí totalmente identificada”, expresa. En ese momento, una prima de Claudia le pidió ayuda para elegir unas prendas de ao po’i para vender en Europa. Claudia fue la primera persona a la que contactaron, y en unos días Gaba ya estaba en Paraguay, donde encontró lo que buscaba (y más).

Claudia cuenta que cuando se reencontró con Gaba hace unos años, a través de las redes sociales, siempre hablaron sobre sus ganas de hacer algo en Paraguay. “Gaba tenía plena fe en que algo hecho acá iba a triunfar. Constantemente me decía que iba a venir acá a trabajar porque siempre le gustó Paraguay, por su mamá”, refiere.

Ya en nuestro país, Gaba encontró sus raíces guaraníes, las de sus ancestros. Encontró la identidad y la cultura que sí sentía suyas, y con las cuales había sido criada en el litoral argentino; en Corrientes, con una madre paraguaya. “Paraguay despierta mi memoria emotiva a cada paso, es una experiencia indescriptible”, menciona. Rue Mariscal nació con toda su pasión y sus ganas de volcar la experiencia que adquirió tras muchos años de experiencia; y Claudia se unió al equipo en marzo de este año.

El nombre de la marca se debe a que en los primeros viajes de Gaba a Paraguay, en conversación con amigos y amigas, algunos de Francia, ella les contaba que en el país muchas calles, rutas y lugares llevan el nombre Mariscal. Rue significa calle en francés y finalmente así quedó el nombre, que en castellano sería Calle Mariscal.

Sostenibilidad y resignificación

La filosofía que mueve a la marca es una que se guía por la ecología y la ética, que pretende reaccionar a un mundo globalizado y falto de identidad. “Estamos creciendo lejos de mandos verticales y de la polución mental de las grandes ciudades. Esto nos hace llegar muy cómodas al fashion week de París o Londres”, indica Gaba.

Para Rue Mariscal, una prenda sostenible es la que se fabrica sin comprometer los recursos de futuras generaciones, respetando el medio ambiente y el trabajo de las personas que intervienen en el proceso, así como su cultura e idiosincrasia.

Claudia y Gaba resumen esta filosofía en tres condiciones. La primera: la utilización de materiales amigables y fibras naturales como el algodón. La segunda: el cuidado del medio ambiente, ya que se apuesta por diseños atemporales y también se aprovecha al máximo el tejido, con lo cual se evitan desperdicios. La tercera, y la que más satisfacción les da: la responsabilidad social. El respeto por el horario de jornada laboral y el acceso a salarios dignos.

Las artesanas que trabajan para la marca lo hacen en sus hogares, lejos de una presión verticalista y de la polución de las grandes ciudades. Ellas son las que inician el bordado de cada prenda al hacer el muestrario. Cuando empieza la producción, ellas guían a las que van a realizar la tarea. “Nuestra relación con ellas es totalmente horizontal. Ese es el espíritu de Rue Mariscal. Como somos mayoría de mujeres, tenemos un trato muy lindo con ellas. La gente laboriosa de Paraguay es muy amorosa”, señala Claudia.

Con relación al diseño, Claudia solo tiene elogios hacia la creatividad y las ideas que Gaba luego plasma en las prendas. “Ella con sus ideas logra prendas muy diferentes, sumadas al bordado único de cada artesana”, comenta Claudia. Ambas tenían la idea de que eran pocas  las mujeres que aún se dedicaban al bordado del ao po’i, pero se sorprendieron al recibir a más de doscientas bordadoras de todas las edades, quienes se encargaron de bordar la producción de la primera exportación que realizaron.

Para Gaba, el hecho de que en países de Europa, Hong Kong y Estados Unidos hayan considerado situar a Rue Mariscal entre marcas de lujo, es una manera de revalorizar y empoderar todo el trabajo artesanal practicado desde los inicios de la colonización.

El proceso detrás

En Rue Mariscal, las telas que se utilizan para las prendas son de algodón casi en su totalidad, de fabricación nacional. “Utilizamos ao po’i y lienzos de diferentes clases. La otra tela que se utilizó hasta ahora es también algodón con un bajo porcentaje de seda, y los hilos también son de algodón”, detalla Claudia. Ambas están en la constante búsqueda de materiales nobles, para que reúnan las condiciones de sustentabilidad.

El flujo de producción empieza con la colección, que Gaba se encarga de dibujar y trabajar con el modelista. Mientras diseña cada prenda, ya va pensando dónde se ubicarán los bordados. “Al mismo tiempo le pido a las bordadoras que vayan haciendo muestras de los trabajos que quiero. Cuando el modelo está definido es cuando se manda a bordar esa prenda específica”, describe Gaba.

Tanto Claudia como Gaba sienten una satisfacción enorme al ver que tantas mujeres pueden colaborar con la economía de su hogar al trabajar desde sus hogares.

El tiempo de confección por prenda no varía mucho, excepto por el bordado. La marca cuenta con prendas que de repente pueden llevar hasta 20 días de bordado a mano de una persona, como un saco por ejemplo. El ritmo también depende de las bordadoras y de su rapidez, considerando que ellas trabajan en sus hogares, sin dejar de lado sus actividades diarias.

Tanto Claudia como Gaba sienten una satisfacción enorme al ver que tantas mujeres pueden colaborar con la economía de su hogar al trabajar desde sus hogares, alejadas de la contaminación y polución de las fábricas, sin romper su rutina y haciendo algo que les gusta, que aprendieron de sus abuelas y sus madres.

La esencia de Rue Mariscal

Claudia y Gaba definen a Rue Mariscal como una marca con un gran mundo femenino, donde se mezclan de manera explosiva la moda estricta y metódica francesa con la pureza y el trabajo extraordinario de mujeres artesanas, que con amor y esfuerzo rinden homenaje a sus ancestros al replicar las técnicas que les fueron heredadas. “La mujer no tiene edad ni pertenece a un nicho determinado. No queremos ser una marca exclusiva, queremos ser una marca de moda inclusiva”, aclaran ambas.

¿Y qué significa ser una marca de moda inclusiva? Ellas se refieren más que nada a la fuente de trabajo, al bordado en específico. Son muchas las mujeres que se encuentran fuera de un sistema tradicional de trabajo, y en Rue Mariscal quedan incluidas en el mundo laboral pero sin romper con su idiosincrasia y cultura. Esta marca es una fuente de trabajo formal a la que pueden acceder mujeres de todas las edades, así como hombres, y lo pueden hacer desde la comodidad de sus hogares. “Hay gente que tiene sus trabajos, o va a la facultad, y participan de este proyecto en los horarios en que sus otras actividades se lo permiten”, subrayan Claudia y Gaba.

Un logro importante para ambas fue el haber ingresado a Net-a-Porter, el sitio de moda de lujo más importante de la industria. Y el hecho de hacerlo con la primera colección que presentaron en la plataforma parecía imposible, pero lo lograron porque creen en la magia del trabajo que juntas llevan adelante. Rue Mariscal es la primera marca sudamericana que logró ser parte, y es paraguaya.

Actualmente tienen firmado un contrato de exclusividad de marca con Net-a-Porter por dos temporadas; es decir, estas dos primeras colecciones estarán disponibles solamente para ellos. Ellas pueden vender directamente al consumidor, y por el momento no cuentan con un local, pero es algo que ya están analizando. Disponen solo de una cantidad limitada de prendas, ya que la producción que fabricaron fue totalmente para exportar.

Paraguay es una fuente inagotable de moda contemporánea, y lo mejor es que su gente lo sabe y está orgullosa de ello.

Claudia Benza y Gaba Esquivel

En un futuro tienen pensado incorporar otras texturas en las próximas colecciones y también expandir Rue Mariscal a otras áreas como la decoración. Pero, como sabemos, Roma no se construyó en un día, y ellas saben que deben ir paso a paso, afianzando cada etapa sin dejar de celebrar las victorias que ya tienen ganadas. “Paraguay es una fuente inagotable de moda contemporánea, y lo mejor es que su gente lo sabe y está orgullosa de ello”, concluyen.

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