Vivian Benítez

A los 18 años, Vivian Benítez ingresó al mundo del modelaje sin haberlo tenido en sus planes, mientras estudiaba Derecho y era una fanática de la poesía. Con pasión y dedicación, ha cosechado los frutos de varios años de trabajo dentro de la moda, las artes y la comunicación.

En 1991 fue coronada Miss Paraguay, y ese mismo año viajó a Las Vegas (Estados Unidos) representando a nuestro país en el concurso Miss Universo, convirtiéndose en la primera paraguaya en ingresar en el top 10 de este certamen. “Fue una experiencia genial. Ese año recorrí varios países, estuve en África, en Europa, en Estados Unidos y otros [países] de Latinoamérica”, recuerda Benítez, y reflexiona: “Yo siempre digo que uno nunca vuelve de un viaje como la misma persona. Volvés diferente, sos alguien que aprendió y que vio cosas nuevas”.

Así fue que esta experiencia le abrió la mente e inspiró su curiosidad. Se dio cuenta de que amaba viajar y que quería seguir formándose. Asistió a cursos de periodismo en la Universidad de California, estudió Historia del Arte en la Universidad de Nueva York y actuación en el Instituto de Teatro y Cine Lee Strasberg a mediados de los 2000. Por la misma época, y después de realizar varios castings, tuvo la oportunidad de actuar en la telenovela norteamericana de la NBC Days of Our Lives.

Actualmente es profesora certificada de declamación y ha construido una carrera sólida tanto en el campo empresarial como en la TV nacional, haciendo lo que ama: comunicar sobre moda y arte.

En 2015 fue host de Fashion TV, un programa internacional de televisión que tuvo su sede en Paraguay hasta 2017. “Esa oportunidad me permitió estar de cerca con diseñadores y modelos, con el mundo de las artes, con el mundo gastronómico y ser testigo de toda su evolución”, comenta, y agrega: “Fui una pequeña ventanita de Paraguay al mundo, porque muchos de los materiales que generamos en este medio se compartieron de manera internacional”.

Lo mío, definitivamente, es la comunicación a través de las artes, la televisión y la poesía. Yo creo que, justamente, el mundo digital es lo que nos permite sentirnos cerca de otras personas.

Desde que empezó, hasta ahora, Vivian Benítez ha sido espectadora del crecimiento de la moda en nuestro país. “Me tocó ser testigo de muchísimos cambios y de la formación de talentos paraguayos que de verdad se destacan mucho en nuestro país y en el exterior. Tengo lindas historias con muchos diseñadores paraguayos y me maravilla su talento, pero recuerdo hasta ahora la primera vez que vi algo de Ilse Jara y me dije a mí misma que ella iba a llegar muy lejos”, explica.

La comunicadora también mencionó al diseñador Fernando Preda: “Me emociona porque lo vi en varios momentos de su vida en Paraguay, tratando de desarrollar su talento a pulmón; y el año pasado tuve la oportunidad de estar con él en México y ver sus creaciones de Anikena en tiendas superexclusivas, siendo admiradas por diferentes personas del mundo”. Esta marca del diseñador incluso fue avalada por Vogue México ese mismo año.

Con respecto al modelaje y los certámenes de belleza, Vivian comenta que valora que se aprecie mucho más la naturalidad de las participantes. “Que uno sea diferente, que no tenga que estar imitando modelos para pertenecer sino que las diferencias sean celebradas. Es una de las evoluciones más importante que vi”, acota.

Me veo dentro de cinco años siempre curiosa, espero estar tan activa como hoy, espero que podamos viajar nuevamente y que pueda conocer nuevos lugares.

El 1 de octubre pasado, Vivían cumplió 50 años de vida y, para celebrarlo, el productor de moda Paolo Defelippe creó un homenaje a su carrera con una sesión fotográfica retratada por destacados profesionales.

En este momento se encuentra de lleno trabajando en su plataforma digital de YouTube, que lleva su nombre, y en su cuenta personal de Instagram @vivianbenitezb. “Lo mío, definitivamente, es la comunicación a través de las artes, la televisión y la poesía. Yo creo que, justamente, el mundo digital es lo que nos permite sentirnos cerca de otras personas”, comenta Benítez.

“Hoy me encuentro en un momento muy especial de mi vida, celebrando mis 50 años y me emociona compartir este momento de plenitud a través de mis redes sociales, donde trabajo con muchas mujeres el concepto [erróneo] de que los años se representan como una pérdida”, resalta Benítez, y agrega: “Sin embargo, yo veo muchas cosas positivas en la madurez. Creo que uno ve y vive de una forma más tranquila porque se puede ir liberando de esclavitudes como el reloj y las exigencias sociales, y puede ser más fiel a lo que le gusta y valorar cada momento. La chispa interior, que es la esencia de uno, no se pierde, entonces yo siento que esa es mi misión ahora”.

Con dos hijos con carreras ya definidas y trabajando en lo que les gusta, Vivian se siente con una gran energía para continuar aprendiendo y haciendo lo que ama. “Me veo dentro de cinco años siempre curiosa, espero estar tan activa como hoy, espero que podamos viajar nuevamente y que pueda conocer nuevos lugares. Me veo siempre haciendo lo que me gusta —menciona Vivian—, y eso es lo maravilloso de los años; si hay algo que aprecio es que puedo ser más selectiva y dedicarme solamente a lo que me hace bien, a lo que me gusta y a lo que me hace crecer”.

Actualmente, Vivían sigue en contacto constante con el arte, en especial con la poesía: “Yo siempre digo que la gente le tiene muy poca fe a ese género y cree que va a desaparecer. Sin embargo, yo veo mucha poesía que no es reconocida en las redes sociales. Y es algo tan maravilloso con lo que uno puede conectar”. Recomienda a nuestros lectores leer poesías de García Lorca o del chileno Pablo Neruda, y también menciona a mujeres poderosas latinoamericanas como Gabriela Mistral o Juana de Ibarbourou.

En sus largos años de conexión con esta rama, se ha animado a escribir poesía, pero no se anima a publicar. “Pienso que, a veces, uno valora tanto el talento de los demás que le parece que no llega a la altura; pero yo siempre estoy con papelitos en mi escritorio o en mis viajes, y escribo cosas. A veces lo guardo o lo tiro, y muchas veces lo encuentran mis hijos y se ríen de mí”, cuenta sonriendo.

Vivian no se deja acomplejar por los años, pues todo lo que ha aprendido y vivido le sirvió para sentirse con más fuerza, para seguir haciendo lo que ama y, a la par, generar espacios para el arte y la moda en nuestro país.