Soraya Bittar

El atelier Soraya Bittar Handmade abrió sus puertas hace casi 20 años, pero la pasión de su creadora por el arte del diseño germinó antes de que pudiera recordarlo. “Soy arquitecta y debo admitir que esa es una ventaja enorme. De ahí viene el buen manejo de los colores, las proporciones y el equilibrio, que traduzco a la moda”, expresa. Esta es la razón principal por la que cada mujer que viste un traje suyo se transforma en una reina en cualquier evento.

Ahora bien, cuando se trata de una boda, la diseñadora pone un toque especial a sus piezas porque es un momento importante en la vida de quienes confían en ella. Ya sea para acompañar a una mejor amiga, una hermana o una hija como madrina o invitada, Soraya considera importante que, quien vista una creación suya, se sienta cómoda, elegante e imponente, porque es la autoconfianza el accesorio infaltable en todo traje.

Su estilo se destaca por la excelencia en la terminación y por ser el elemento que no solo adorna, sino también destaca la personalidad de una mujer. “Mis vestidos, puestos en un maniquí, son hermosos, pero a mí no solo me interesa eso, sino que le siente magníficamente a la persona y resalte lo mejor de su interior durante esa noche”, expresa.

Su consejo es palabra mayor cuando se trata de trajes de gala, tanto por su larga experiencia en el diseño como por su sentir como persona. Ella nos cuenta que tuvo la oportunidad de ser madrina en tres ocasiones e invitada en varias más. Pero su recuerdo más importante y, a la vez, el vestido de madrina que más disfrutó fue el que confeccionó para la boda de su hija: un traje gris plata de corte majestuoso.

“En cada una de estas celebraciones me sentí muy cómoda, porque el hecho de ser fiel a mi estilo me da siempre mucha seguridad y un gran sentido de la ubicación”, asegura y agrega que, a su criterio, no se debe olvidar que “en una boda, una madrina siempre está un nivel abajo de la novia y un piso arriba de las invitadas”.

“Cumplen un rol preponderante precisamente porque se posicionan en ese nivel. Entonces, deben estar impecables y una invitada no puede lucir más elegante que ellas”, recalca Soraya. Si bien todos sus vestidos se caracterizan por el estilo imperial de su corte, cuando viste a una madrina, la diseñadora tiene muy en cuenta las pautas para acentuar la sofisticación que requiere el título.

Siempre opta por incluir un detalle en los hombros o la cintura, con el objetivo de marcar la silueta. “Me gusta que las madrinas tengan un poco de manga, nunca con hombros demasiado descubiertos, por una cuestión protocolar de elegancia”, recomienda la diseñadora. Resulta que siempre lleva en cuenta la foto familiar del final de la noche —casi obligatoriaen estas celebraciones—, un elemento que debe visualizar en todo momento porque, al llegar el día, el traje de la madrina tiene que notarse, sin perderse en el cuadro.

“Es muy importante que los colores de las consuegras no concuerden, por ejemplo, aunque sí pueden ir en una gama de tonos suaves”, opina y agrega que “no me gustan los colores fuertes para las madrinas, aunque hay algunas que se sienten identificadas con ellos. Tampoco debe ser un tono muy claro que se mimetice con el de la novia. Ese siempre es el miedo y, por eso, tenemos que buscar un equilibrio”.

En una boda, una madrina siempre está un nivel abajo de la novia y un piso arriba de las invitadas

Entonces, Soraya opta por tonos pastel, como el verde claro o un champán de tono subido, entre otros. Eso sí, siempre que tiene la oportunidad recomienda el azul, ya que “cuenta con una gama elegante que realza mucho el porte”.

“No tiene que haber madrina sin tocado, eso es lo que la diferencia de las invitadas. Este no debe ser muy grande si el vestido es suntuoso, pero hay veces en que lo amerita un traje de líneas puras; en ese caso, las joyas deben ser pequeñas”, acota.

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Cuando se trata de las invitadas, hay más libertad para jugar con formas, tonos y estilos. “Recomiendo que no opten por colores tan claros. La mujer paraguaya quiere ir siempre elegante y sus vestidos son suntuosos de por sí. En el caso de los míos, tienen un estilo imperial, que deja jugar con el largo, los detalles y accesorios, sin ir necesariamente a una escala cromática tan tenue”, dice nuestra entrevistada.

A su criterio, los vestidos de las invitadas siempre deben lucirse con complementos acordes que eleven la belleza natural del diseño. El peinado es crucial para este fin, por ejemplo. “Siempre agrego a mis trajes accesorios que son casi joyas, como broches bordados artesanalmente o pétalos hechos a mano con seda natural”, explica. La diseñadora tampoco olvida a las invitadas adolescentes, como las hermanas menores de los novios, por ejemplo, para quienes propone una falda elegante, pero no larga. “Las más pequeñas deben estar a la altura de la foto familiar, sin dudas”, puntualiza.

Sin embargo, todo se dirige al mismo fin: sentirse únicas durante la velada: “Las impulso a animarse a nuevos horizontes, con diseños y cortes que destaquen lo mejor de ellas. Cuando una se pone un vestido y le favorece, se siente una reina”.

La recomendación tanto para madrinas como para invitadas es acercarse al atelier con al menos tres meses de anticipación para atesorar cada detalle de la confección de su vestido. “Es una manera de disfrutar también de las pruebas porque no hago muchas, en general. Puedo terminar un traje perfectamente con tan solo tres visitas y estos son momentos claves para que las invitadas y madrinas aprecien la sensación de verse en su look final”, asegura.

No me gustan las piezas o los estampados repetidos. Nuestros diseños son únicos y no existen dos iguales

Para quienes deseen elegir su vestido ideal dentro de las paredes de su maison, las colecciones prêt-á-porter y prêt-á-couture se encuentran a la espera. Por supuesto, también están disponibles en la página web www.soraya-store.com. Cada una de sus piezas tiene una proporción ideal y sientan perfecto a la silueta, además de una versatilidad que permite reutilizar los diseños sin importar la temporada. “No me gustan las piezas o los estampados repetidos. Nuestros diseños son únicos y no existen dos iguales”, recalca.

La seda natural y las fibras nobles son la debilidad de la diseñadora, porque hacen que el diseño terminado quede magnífico. “Todo se ve bien sobre una seda natural, me encanta combinarla con tules, guipures y bordados a mano, depende mucho de la personalidad de cada una. Con estos géneros, busco que la mujer salga de mi atelier sintiéndose poderosa, porque esa felicidad se nota en su rostro”, finaliza.