The Crown: entre la verdad y la precisión
Un breve análisis del show y su nueva temporada
Netflix nunca se deja avasallar, ni por las críticas del público, ni por la posibilidad de ofender a personas poderosas. Y eso quedó muy claro cuando lanzaron The Crown en 2016, una serie dedicada a explorar las intimidades de la dinastía Windsor. Con la llegada de la cuarta temporada se ha vuelto a agitar el avispero, y nosotros te contamos por qué.
Hacer un análisis completo de The Crown nos llevaría, a nosotros, páginas y páginas de información; y a vos, horas y horas de lectura —eso sin contar todos los recovecos de internet que podrías recorrer buscando información sobre los hechos descritos en el show—. Después de todo, no es novedad la fascinación que siente el mundo entero por la realeza (en especial por la británica).
Lo primero que hay que saber de esta serie es que sí, está basada en hechos y personas reales, pero no puede tomarse como un programa histórico representativo de la realidad. Es, ante todo, una versión dramática de acontecimientos públicos, pero también una especulación sobre conversaciones íntimas, motivaciones personales y relaciones sociales de personas conocidas por su política de discreción. Desde su estreno en noviembre de 2016, la serie ya se ha visto envuelta en muchas controversias, la mayoría en torno a su descripción de las dimensiones más privadas de sus protagonistas.
La mente detrás de esta obra es Peter Morgan, un dramaturgo inglés con vasta experiencia en cine hollywoodense y un pasado marcado por su interés en la monarquía. Fue el escritor de The Queen (2006), una película protagonizada por Helen Mirren (ganadora del Oscar) sobre el impacto de la muerte de la princesa Diana en la monarquía. Sobre las críticas que recibió sobre la exactitud de The Crown, Morgan expresó en una entrevista: “A veces tenés que renunciar a la precisión, pero nunca a la verdad”.
Si nunca la viste, empezá por acá
La historia arranca con la boda de (la entonces princesa) Elizabeth, hija del rey George VI, con Philip. Su vida como príncipes se basa en cuestiones domésticas y algunos encargos reales, hasta que el fallecimiento de su padre obliga a Elizabeth a asumir el título real antes de lo que esperaba. Las primeras temporadas son protagonizadas por Claire Foy (como la reina Elizabeth II) y Matt Smith (como el príncipe Philip, consorte real), y exploran tanto el proceso de Elizabeth para convertirse en la reina que todos conocemos hoy como el efecto que el título real tuvo en la pareja.
Si hay algo que reconocer a The Crown es la calidad técnica: desde las actuaciones hasta la dirección de fotografía, pasando por la banda sonora (el tema principal fue compuesto por Hans Zimmer), todo fue dirigido y planeado a la perfección. Especialmente Foy y Smith, ambos actores británicos que aceptaron el desafío de encarnar a seres que, ante los ojos de gran parte de Inglaterra, están apenas por debajo de los dioses. Otras actuaciones notables incluyen a Vanessa Kirby como la princesa Margaret, Jared Harris como el rey George VI y John Lithgow como Winston Churchill.
Además de los toques dramáticos que cabe esperar, como infidelidades y amores no concretados, estas primeras temporadas tocan puntos importantes de la historia, tales como la abdicación del rey Edward VIII, los últimos años de Winston Churchill como primer ministro, la crisis ambiental de la niebla de Londres en 1952 y la guerra en Egipto, entre otros.
La tercera temporada trajo consigo un elenco renovado para acompañar el avance de edad de la familia real y abarca el periodo de 1964 a 1977. Olivia Colman reemplazó a Claire Foy como la reina, Helena Bonham Carter asumió como la princesa Margaret y Tobias Menzies ahora encarna al príncipe Philip.Como ya es de esperar de The Crown, las actuaciones y el suspenso estuvieron en su punto justo, navegando las tensiones y los hechos históricos de manera magistral. Algunos temas destacados de esta entrega fueron el fallecimiento de Churchill y la aparición de Camilla Shand (luego conocida como Camilla Parker Bowles).
La esperada 4ta temporada
Es quizá el evento televisivo más esperado de esta parte del año, la cuarta temporada abarca eventos que acapararon la atención pública en los años 80: el periodo de Margaret Thatcher como primera ministra, la guerra de las Malvinas contra Argentina y —quizá lo más interesante— la aparición de Lady Diana Spencer en la vida del príncipe Charles.
A continuación te dejamos datos relevantes y algunos “errores” (o imprecisiones) de estos episodios, enmarcados entre 1979 y 1990:
Gillian Anderson de Margaret Thatcher: La actriz estadounidense Gillian Anderson, a quien todos amamos desde su trabajo en The X-Files, se llevó los aplausos por su interpretación de la admirada y controversial primera ministra Thatcher. La vemos navegar los altos y bajos del personaje, como el extravío de su hijo y la guerra contra Argentina, además de la relación con la reina Elizabeth II.
Lady Di: El suceso más esperado de la serie, quizá también porque es uno de los más cercanos para las generaciones actuales. Padres, tíos e hijos se prendieron a sus pantallas para ver la interpretación de la desconocida actriz Emma Corrin como Diana Spencer, la figura real más querida no solo en Inglaterra, sino en el mundo entero. Aunque Corrin no está a la altura de algunos grandes actores de esta temporada y las anteriores, su versión de Lady Di es perfecta para preparar el camino para la tumultuosa vida de la pareja y su trágico final en los 90.
El primer encuentro de Charles y Diana: A estas alturas ya estarás cansado de escuchar que Charles y Diana no se conocieron durante una producción escolar de A Midsummer Night’s Dream. Este momento es tan Hollywood que resulta irresistible para algunos, pero, como siempre, hay que recordar que no debemos tomar a The Crown como un documental.
El romance de Charles y Camilla: A pesar de que ya existía una relación previa entre Charles y Camilla, la serie exagera un poco los periodos de tiempo en los cuales ocurrió. En una entrevista muy famosa concedida por Charles en los 90, él mismo reconoció que retomó su affaire con Camilla en 1986, varios años después de lo que The Crown da a entender.
Hasta aquí llegamos con los spoilers, pero esperamos que la nota te haya ayudado a decidir si empezar a ver el show —o a retomarlo, si lo dejaste por el camino—. Si bien no es una serie para todos los públicos, es digna de verse desde el primer momento porque es entretenida, desafiante y, aunque no lo creas, dueña de un agradable (y necesario) sentido del humor.
