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Renato Prono

En su mejor momento

“El deporte te enseña muchas cosas, y la lección más grande que yo aprendí es saber lidiar con las frustraciones y perseverar”, nos cuenta Renato Prono, una de las figuras más queridas de la élite deportiva paraguaya. Hay algunos que siguen su carrera como nadador desde hace varios años y otros que recién lo conocieron a través de las redes sociales. En esta ocasión, él mismo nos narra su historia en el agua, cómo hoy disfruta el presente y sus planes a futuro más allá de la natación.

Con la mente puesta en los próximos XII Juegos Sudamericanos Asunción 2022 y otras competencias internacionales para cerrar un 2022 de la mejor manera, el nadador profesional paraguayo nos hizo un espacio entre los entrenamientos y otras actividades de su apretada agenda para protagonizar esta edición de la revista.

Es bien sabido que los Prono son una familia de nadadores. Por su carisma, no es de extrañar que Renato sea una de las figuras más queridas tanto para quienes acompañan su carrera desde muy joven como representante del Paraguay en los campeonatos sudamericanos, como para aquellos que recién lo conocieron por medio del Instagram y el Twitter, las plataformas en las que más interactúa.

Y es que tanto en persona como en redes sociales, no repara en mostrarse tal y como es: alguien que no teme decir las cosas como son, que siempre tiene mucha energía y ganas de compartir un estilo de vida saludable con sus seguidores y un ser humano como cualquier otro que está dispuesto a ver siempre el lado positivo de todo lo que acontece.

Así cuenta en estas líneas, donde además conocemos algunos aspectos que no teníamos tan presentes, como que se recibió de sociólogo en el 2014 en una prestigiosa universidad de los EE. UU. o que a la par de ser un atleta, también se dedica a los negocios. Renato no cree en las cábalas antes de competir, pero sin querer inventó una. Cuando pequeño era “extremadamente tímido” y, aunque suene cliché, “para no pensar solo en el resultado, yo me enfoco mucho más en disfrutar del proceso”.

¿Cuál es tu historia con la natación?

– Estoy en el agua desde toda mi vida. Mi historia con la natación empezó básicamente como una tradición familiar. Mi papá tenía 12 hermanos y todos nadaban, entonces se hicieron de nombre y yo seguí sus pasos.

¿Cuál fue tu primera competencia internacional? ¿Qué recordás de aquellos años?

– La primera competencia internacional grande que yo recuerdo fue en el 2005, un campeonato sudamericano en Chile. Fue la primera vez que representé a Paraguay en una competencia oficial y ahí me enamoré del deporte y la sensación de portar el nombre del país.

¿Cómo era Renato de joven?

– Muy diferente. Era un niño extremadamente tímido, no hablaba con nadie y tenía muy pocos amigos, porque se me hacía muy difícil socializar. Pero vivir mucho tiempo en Estados Unidos me abrió la mente y el salir de Paraguay me permitió desarrollar una personalidad, ser como yo realmente quería ser y sentía que no podía acá. Muchos solo conocen al Renato actual, pero hay quienes saben lo mucho que cambié.

¿Qué hecho marcó un antes y un después en tu carrera?

– Creo que un punto de inflexión se dio en 2009, cuando me convertí en el primer paraguayo en establecer un récord juvenil sudamericano a los 18. Eso impulsó mi carrera. Después conseguí una beca universitaria y tuve la oportunidad de estudiar en la Universidad de Tennessee, donde estuve alrededor de cuatro años y medio, y me recibí de sociólogo. De nuevo en 2015 gané la primera medalla para nuestro país en una Copa del Mundo y esa fue otra catapulta para mí. Con los años seguí sumando títulos de campeón sudamericano, como en 2021 en Buenos Aires.

Creo que un punto de inflexión se dio en 2009, cuando me convertí en el primer paraguayo en establecer un récord juvenil sudamericano a los 18. Eso impulsó mi carrera

¿Qué es lo que más te costó aprender: saber perder o ganar?

– El deporte te enseña muchas cosas, y la lección más grande que yo aprendí es saber lidiar con las frustraciones y perseverar. Porque uno puede hacer todo bien: entrenar, dedicarse, comprometerse y sacrificarse mucho; uno lo da todo, pero igual los resultados pueden no salir. Se trata de dejar lo malo y también lo bueno atrás para concentrarse en lo que viene; es algo muy genial que aprendés aunque no quieras.

¿Para cuál competencia te estás preparando actualmente?

– Ahora mismo me estoy preparando al 100 % con todo lo que tenemos, con mucho orgullo, para representar al país en casa, en los juegos Asu 2022 de Odesur. Después de esto, ya estoy clasificado para el mundial, que va a ser en Melbourne, Australia, en diciembre. Esas son las dos competencias bien fuertes que se vienen para cerrar el año.

Un atleta de alto rendimiento como vos, ¿cómo hace para no pensar solo en el resultado?

– Es muy cliché decir esto, pero para no pensar solo en eso, me enfoco mucho más en disfrutar del proceso. El resultado tiende a ser solo el 1 % de todo lo que nos esforzamos como atletas y lo que soy como persona. Intento, en el día a día, hacer lo mejor que puedo, disfrutar mucho, divertirme y ayudar a la gente. Sé que si hago todo eso bien, el resultado se va a dar.

Aunque es una pregunta obvia, ¿es importante ser disciplinado?

– Tanto para ser nadador como para ser una persona exitosa en el mundo, uno tiene que tener disciplina. Eso es lo único que marca la diferencia. Ser talentoso es bueno, pero ese talento sin dedicación no llega lejos. Es sumamente importante comprometerse y dedicarles el tiempo que se merecen a los objetivos que uno se propone en la vida.

¿Sentís mucha presión?

– Sí, siento presión, pero entiendo que esto es parte de lo que hacemos. Representar al país tiene su peso, siempre habrá una gran presión, pero haciendo bien las cosas en el día a día, esa sensación se hace menor.

¿Creés en las cábalas?

– Sin querer creé una cábala que es para cada competencia importante. Tengo que ir a la prueba con unos championes nuevos, que nunca haya usado. No tiene mucho sentido pero me hace sentir bien, cómodo y que tengo estilo (afirma entre risas).

¿Cómo ves al deporte en el país?

– En mi opinión, el deporte paraguayo está creciendo un montón. Existe más apoyo ahora que cuando yo era chico, definitivamente. Claramente, hay mucho por hacer todavía, pero también hay que recalcar que ya se hizo bastante y estamos caminando en la dirección correcta. La ventaja es que hay gente con talento, que está dispuesta a representarnos en diferentes disciplinas, no solo en fútbol. Pero también considero que todavía no aprovechamos el país entero para buscar esos nuevos talentos, que van a ser nuestros representantes en las siguientes generaciones.

¿Considerás importante que figuras como vos tengan una postura respecto a temas sociales?

– Yo creo que nosotros, como tenemos voz y muchos seguidores, debemos definir ciertas posturas. También quiero que mejoremos como sociedad y aportemos desde donde podamos. Obviamente, esto hay que hacerlo sin meterse o dar opiniones en temas en los que uno no está capacitado o nunca tuvo experiencia al respecto. Mi sueño realmente es, por decirlo de esta manera, influenciar, afectar de manera positiva, a la mayor cantidad de personas posible. Quiero que a través mío sepan que los sueños se pueden cumplir, que empiecen a hacer un poco de ejercicio, que se cuiden… Realmente disfruto compartir cosas que creo son positivas, ayudar a la gente y ser parte de su día a día.

¿Cómo es Renato Prono fuera de las redes sociales?

– Para bien o para mal, me muestro en mis redes sociales como soy. No soy ningún personaje ni trato de fingir o exagerar nada. Me gusta la vida que tengo, soy tranquilo, me agrada la fotografía, hacer streaming en Twitch, compartir con la gente, ver películas con Alba (mi novia), estar con mi gato Pimento. Disfruto de todo lo que hago y fuera de las redes hago un poco más, no es mucha la diferencia.

¿Cómo trabajas, día a día, en ser mejor?

– Cada día trato de mejorar un poquito, ya sea en el agua, en el gimnasio, en mi dieta. A veces hasta en mi relación con mi hija y con Alba. A esta edad disfruto del proceso de las cosas. Antes mi humor y mi valor como persona estaban muy ligados al resultado, y ahora me gusta mucho más incluso perder, pero también ganar. El resultado no me define y eso es algo enorme que logré a estas alturas de mi vida.

Además del deporte, ¿a qué te dedicás?

– A la par de entrenar para la Odesur y el mundial que viene, estoy al frente de varias empresas. Una se dedica al turismo y es DTP Travel Group, mientras que la otra ofrece productos y servicios para piletas, que se llama Propool. También tengo una marca personal, No Pain No Chipa, que justamente nació de esa idea de entrenar y disfrutar; de darte ese gustito después de hacer ejercicio, que viene de la mano con esto que estoy diciendo, de tener una vida equilibrada. Es simpático porque la gente encontró la manera de adaptar la frase a su realidad.

¿Cómo te ves de acá a unos años?

– Si todo sale bien, abro un gimnasio. Voy a tratar, siempre que pueda, de influir positivamente en las personas para que se muevan más, incentivar a que tengan una vida equilibrada, que hagan ejercicio.

¿Tenés miedo a los cambios en tu cuerpo?

– No me preocupan los cambios en mi físico. Lo lindo del deporte es que te da buenos hábitos y estoy seguro de que se van a quedar conmigo para siempre. Así que si todo sale bien, no habrá tantos cambios por ese lado.

A los que vienen, deseo que lo den todo y puedan disfrutar del proceso, tanto de las derrotas como de las victorias. Es el camino a la meta lo que nos convierte realmente en lo que somos, no el resultado

¿Qué mensaje querés transmitir a otros deportistas que te tienen como referente?

– Mi mensaje para cualquier joven, sea cual sea el ámbito en el que se encuentre, es que se anime a seguir sus sueños y que no se deje limitar por mentes pequeñas. A los que vienen, deseo que lo den todo y puedan disfrutar del proceso, tanto de las derrotas como de las victorias. Es el camino a la meta lo que nos convierte realmente en lo que somos, no el resultado.

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