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Inútil combate

La historia de un grito ahogado

Todos tenemos un combate interno. Tratamos de encajar dentro de estándares sociales que muchas veces no nos identifican y, al final, no somos realmente felices. En la nueva obra de Luis Troche Santiviago, este conflicto interno se refleja en Alexis, un hombre que confiesa la lucha vana que vivió intentando demostrar ser alguien que nunca fue.

Inútil combate es una obra teatral basada en el libro Alexis o El tratado del inútil combate, de la escritora belga Marguerite Yourcenar. Es una carta escrita por un hombre a su esposa, en la que confiesa la lucha interna que ocupó toda su vida entre sus inclinaciones y su vocación. El director Luis Troche Santiviago se conmovió al leer esta historia años atrás, y de ahí brotó su interés por presentarla en el escenario.

Luis Troche Santiviago.

Luis Troche comenzó a armar el proyecto tres años atrás. Escribió varias opciones, buscó la manera de adaptar el libro a un guion teatral y decidió que la mejor manera que llevar esta historia a las tablas sería hacer que Alexis y Mónica se encontraran cara a cara para confesar todos sus silencios. Este año, el encuentro entre estos dos personajes se realizará con la interpretación de la reconocida actriz argentina Carmen Briano y el célebre actor nacional Silvio Rodas.

La carta de Alexis, en el texto original, está llena de pudor y sutileza. Es una confesión en donde se puede notar el miedo a que las palabras no alcancen para explicar todo lo que siente. El tema principal parte de ahí, de cómo el protagonista siente la necesidad de ser sincero con su esposa y expresar todo lo que se ha callado en su vida. “El libro habla de la imposibilidad de sentirse uno mismo por cuestiones morales, por lo que dicta la sociedad, por la crianza que tuvimos y que muchas veces no nos permite liberarnos y convertirnos en lo que en realidad somos”, comenta Luis.

El mensaje es íntimo, revelador y poético. Luis Troche Santiviago respeta completamente la creación de Yourcenar. La adaptación del director hace que el extenso texto pase a una conversación entre los protagonistas. Para eso, Luis tuvo que entender a Mónica a través de las descripciones que su esposo redactó. “La fui conociendo a través de Alexis, utilicé la empatía del personaje, me adueñé de eso para poder armar el diálogo, porque a partir de esas pequeñas descripciones, y con mucho análisis, es donde podemos entender verdaderamente a Mónica”, menciona el director.

A pesar de que la propuesta teatral es completamente diferente a lo que la autora propone en el libro, los diálogos fueron adaptados para que los personajes se expresen textualmente como lo escribió Marguerite Yourcenar.

Cada obra, un reto

Para Carmen, Silvio y Luis, esta obra es un desafío que se atreven a cumplir. Comenzaron a movilizarse en agosto del año pasado, leyeron el libro y hasta ahora se encuentran en un arduo proceso de análisis de cada párrafo del guion y del libro original, para así poder encarnar a los personajes a la perfección. 

Esta es la tercera puesta que dirige Luis Troche. Su debut fue con Clitemnestra, protagonizada por Meche Rivas, y de ahí pasó a la comedia Mi esposa me quiere casar, con Leticia Sosa y Augusto Toranzos. “Vengo de algo complicado. Mi primera dirección fue un texto bastante complejo y este, creo, es mucho más porque es muy abstracto. Plantear la abstracción no es algo fácil en el teatro”, comenta el director.

Para Carmen, cada frase que Mónica dice es como para encuadrarla: “Todo lo que ella expresa es impecable, el texto es maravilloso y el desafío que yo siento, lo que es muy difícil para nosotros, es poder transmitir la belleza del texto al público”.

Carmen Briano.

Por más de que el texto sea profundo y bastante poético, sienten la motivación para sumergirse en la historia, conocer a sus personajes a la perfección y presentar esta magnífica historia que nos dejará con mucho que reflexionar.

Por amor al teatro

Detrás de esta puesta se encuentran tres artistas que sienten amor por lo que hacen, que se entregan en cada obra y que cuentan con una fascinante trayectoria, testimonio del trabajo y la dedicación que ofrecen por el teatro.

Luis Troche Santiviago es un joven director, actor, productor y músico paraguayo. Comenzó en el mundo de la actuación participando en programas humorísticos de televisión bastante exitosos. Trabajó como asistente de dirección en La mujer del Don, En lo de AstreaFrankenstein, El musical y El Diario de Adán y Eva, entre otras.

Como actor, subió a las tablas con El hijo de la noviaEdipo en Colono, Oresteia, Correa con Correa, Fuenteovejuna y El mago de Oz. Con tan solo 30 años, cuenta con una larga experiencia en las artes escénicas y, además, es profesor de actuación en Taller Integral de Actuación (TIA).

Carmen Briano es una actriz argentina a la que le apasiona la actuación desde que tiene memoria. Cuenta que a los 17 años fue junto a su tía, quien estaba de mudanza, y que en unos baúles encontró varias cartas que sus amigas le habían escrito cuando era joven, y una de ellas decía: “Espero que puedas casarte y cumplir tus sueño de tener muchos hijos y vivir en el campo”. “Ella tenía 40, era soltera, vivía en el pleno centro de la ciudad y no tenía hijos. Entonces, me dijo: ‘Carmencita, hacé lo que quieras hacer, pero hacelo ya, porque la vida no te espera’”, recuerda Carmen. Así fue que decidió estudiar teatro.

En 1999, Carmen llegaba al Paraguay sin una idea clara de cómo iba a realizar su meta de seguir actuando. Un día, revisando el diario encontró un anuncio que decía que un director francés venía al país y estaba buscando actores. Fue al casting y quedó para el elenco de la obra. Ahí conoció a sus colegas paraguayos Lourdes García, Ramón del Río, Ana Banks, Ana Mariniscos, Gustavo Ilutovich, Carlos Cristaldo y Teresa González Meyer. Además, tuvo la oportunidad de trabajar con los excelentísimos directores Mario Santander y Agustín Núñez.

Silvio Rodas.

Silvio Rodas empezó a estudiar teatro en 1971 en Asunción con el afamado poeta, director y dramaturgo Rudi Torga. Luego, fue a vivir a Buenos Aires y comenzó a estudiar en el Centro de Investigaciones Dramáticas, parte de un emprendimiento del Teatro Fray Mocho, famoso por hacer teatro independiente.

En 1982, Silvio regresó a Paraguay y comenzó a ir a los talleres de Arlequín Teatro con el director y actor uruguayo Carlos Aguilera. Su carrera comenzó en ese momento y hoy día se mantiene activo con al menos cinco obras al año. En todos estos años, ya estuvo bajo la dirección de reconocidos dramaturgos como Teresa Gonzáles Meyer, Rudi Torga, Herenia López, Tito Chamorro y Miguel Gómez. “Más que escuela, mi formación tiene que ver con el trabajo actoral concreto. Hoy llevo más de 80 obras realizadas, y la mayoría de ellas con un papel protagónico”, menciona Rodas.

Así pues, nos preparamos para ver, este próximo mes de marzo, lo que promete ser un trabajo extraordinario de tres consagrados artistas. Sus largas trayectorias nos aseguran una experiencia perfecta, con un mensaje que llegará de la manera más hermosa a través de la magia del teatro.

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