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Villa María

Un lugar de encuentros

Más allá de un festejo de pocas horas, Villa María plantea unos días mágicos en San Bernardino. Eliana Rodríguez Alcalá y Hugo Caballero nos hablan de la propuesta de este establecimiento para el 2022, en lo que respecta a eventos más pequeños e íntimos, que combinan la hospitalidad paraguaya en su máximo esplendor con experiencias cautivantes y gastronomía de primer nivel, fiel a su concepto de ser un espacio de encuentro.

“Luego de cerrar el primer año de nuestro gran sueño con un importante número de extranjeros que nos visitaron en plena pandemia, despertó en nosotros el interés de crear celebraciones únicas en el hotel con miras al mercado nacional e internacional”, comenta Eliana Rodríguez Alcalá, uno de los nombres al frente de este establecimiento hotelero.

San Bernardino es una locación de desconexión y alegría, y también el paraje ideal para quienes buscan un lugar donde hacer pequeños grandes acontecimientos, como cumpleaños, aniversarios, reuniones familiares, bodas y eventos sociales y comerciales.

El hotel —situado en medio de una frondosa vegetación enmarcada por cerros y el lago Ypacaraí— propone una experiencia de hospitalidad completa que va más allá del evento en sí. “Creamos un catálogo de propuestas y actividades para que los grupos pasen unos días íntimos, divertidos, llenos de anécdotas, donde lo más importante sea el vínculo, el compartir y la buena gastronomía. Los afectos y los mimos de María son los ingredientes de unos días mágicos”, agrega nuestra entrevistada. Justamente, “María” es la mujer paraguaya, la que transmite las tradiciones que a su vez le fueron transmitidas a ella por su madre, su abuela y sus tías. De allí proviene el nombre de este lugar.

Hace mucho tiempo, San Bernardino era una ciudad que se creó en torno al turismo para los primeros inmigrantes, por lo cual se construyeron muchísimas posadas originalmente no solo para los veraneantes asuncenos o de Paraguay, sino también para personas provenientes de Estados Unidos y Europa. “Era un hito para el veraneo y para otros momentos del año también, un lugar 365 realmente”, añade Eliana.

Luego de cerrar el primer año de Villa María, despertó en nosotros el interés de crear celebraciones únicas en el hotel con miras al mercado nacional como internacional.

Eliana Rodríguez Alcalá.

Con esta misma idea de los colonos surge Villa María, un lugar de encuentro, turístico por excelencia, que busca recrear un poco esa vivencia de pueblo en sus dos casonas con experiencias y gastronomía: La Lilia, un hotel café y, Del Val, un hotel bistró. Lo que buscan impulsar en este nuevo año son los pequeños viajes donde, además de celebrar por unas horas, el huésped y celebrante a la vez, quien está de cumpleaños o viene a festejar una fecha especial, encuentre junto a su núcleo más cercano unos días de abstracción y relajación, donde pueda realmente festejar con sus seres más queridos y vínculos más íntimos, en un sitio alejado de la cotidianidad.

Eliana asegura que “lo que nosotros proponemos es un paquete a medida, ya que cada persona tiene un cierto perfil. Por ejemplo, para aquellos que gustan de las actividades físicas, preparamos un cronograma con canotaje por el lago, paseos en bicicleta por San Ber, yoga en el jardín y más. También están aquellos con un perfil más gastronómico, y para ellos tenemos diferentes sugerencias de acuerdo con cada momento del día. Por supuesto, también están a quienes les gustan ciertas actividades como una cata, un whisky tasting o alguna actividad gastronómica asociada a una bebida, que tenga ciertos pasos y cuente una historia”, detalla.

La hotelería como la conocemos es un catálogo empaquetado, y esta propuesta, aparte de darse en un entorno muy privado para el que festeja, es bien a medida. Villa María busca conocer un poco más los gustos del huésped y celebrante.

“La gente no pidió directamente, pero se fueron dando ciertas condiciones que nos marcaron la pauta de que esto es lo que quiere. El proceso fue paso a paso: primero abrimos el hotel, segundo el restaurante, y ahora sumamos este servicio. Ocurrieron una serie de hechos, hicimos diferentes acciones comerciales y así fuimos ganando horas de evento, de training, de hospitalidad y con eso nace la última propuesta, que es juntar toda la experiencia previa y ofrecer la hospitalidad completa”, finaliza Eliana.

En lo que respecta a gastronomía, a cargo del reconocido chef Hugo Caballero, él nos afirma que “nuestro mayor ingrediente es la belleza del lugar” y hace hincapié en que este es un proyecto hotelero, gastronómico y arquitectónico también, ya que el lugar es la impronta de la comida y los eventos: “Lo que básicamente hacemos es explotar la hospitalidad al máximo. Es un lugar pequeño y queremos que la gente se apropie de él. En el caso de las bodas prolongadas, por ejemplo, se da todo lo que el paraguayo quiere: una fiesta en un hotel que se cierra para vos. Es tu casa, con un servicio de alta calidad”.

Ahí se adaptan los formatos a un picnic en el jardín, una noche con coctelería e infinitas posibilidades, pequeños momentos que generalmente en gastronomía se hacen afuera. Y si bien en el Bistró Del Val cuentan con una carta, la cocina es bastante interlocutora. “Por su origen mismo, nuestra gastronomía tiene esa impronta europea muy fuerte acá, pero es a la vez muy generosa. En caldero, como dicen los españoles, o de fogón, como lo conocen los franceses. Nosotros le llamamos comida paraguaya de casa mezclada con grandes recetas”, comenta Hugo.

“La carta es una referencia, pero el concepto es muy móvil. La clientela paraguaya tiene un nuevo matiz ahora: quiere que se le sorprenda. La gente viaja, consume gastronomía por Instagram, entonces pide propuestas y nosotros tratamos de estar a la altura y presentar algo totalmente fuera de lo empaquetado”, reflexiona el chef.

Un año es un buen parámetro para conocer al público y a la clientela. Tanto Eliana como Hugo y todo el equipo vieron cosas que funcionan más que otras; cambiaron y ajustaron lo que hace falta, y la clientela responde muy bien.

La clientela paraguaya tiene un nuevo matiz ahora: quiere que se le sorprenda. Entonces pide propuestas y nosotros tratamos de estar a la altura.

Hugo Caballero.

EXPERIENCIAS A MEDIDA

Con 17 años de experiencia en turismo, Claudia Livieres se dedicó a reservas de hotelería y servicios en el exterior como paquetes de bodas, renovaciones de votos, grupos estudiantiles y viajes empresariales con fiestas temáticas.

Hoy es la encargada de eventos corporativos y sociales en Villa María, lo que le da la oportunidad de implementar esa experiencia y combinar servicios y actividades en Paraguay, donde los protagonistas —los huéspedes— tengan esa tranquilidad y simplicidad a la hora de elegir y permitir a este equipo encargarse de absolutamente todo, según el tipo de evento que deseen.

La idea es ofrecerles una completa línea de paquetes con diseños exclusivos, con una paleta de colores, flores y estilos concentrados en detalles que realzan la arquitectura del hotel, las vistas al lago y la naturaleza que ofrece San Bernardino. De esta manera se combinan el entretenimiento, el turismo interno, el buen comer, la familia, los amigos, el trabajo, la naturaleza y los paisajes en Villa María.

LAS CASONAS

La Casa Del Val está inspirada en la vida campestre de principios del siglo XX. Cuenta con cuatro habitaciones, una piscina y dos restaurantes: La Barra y Bistró Del Val. Mientras, a 100 metros de distancia, la Casa La Lilia está ambientada con un clima colonial tropical, y posee cuatro habitaciones y una cafetería. Si bien no cuenta con piscina, los huéspedes tienen acceso a la de la Casa Del Val.

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