
Cecilia Ray
Crear lo inimaginable
Sus diseños florales parecen salir directamente de la tierra. Están vivos porque Cecilia Ray no solo respeta la forma de cada planta, sino también busca el movimiento en ellas. En el mes de la primavera, nos cuenta la historia de Estudio Dédalo, su espacio creativo que se inspira en un personaje de la mitología griega para dar forma a arreglos irrepetibles.
Cecilia Ray es dueña de una personalidad profundamente creativa. Estudió bellas artes por mucho tiempo, es amante de la pintura y la plástica. Hoy, se dedica al diseño de interiores junto a su mamá, la reconocida profesional Leticia Chaves. Pero, además, hace algunos años halló su potencial más vibrante, y nos confiesa: “Toda mi vida me llevó a las flores. Siempre elegía ilustraciones, estampados y colores que evocaran lo floral”.
Para hablarnos al respecto, nos invitó al fondo de su jardín, un rincón lleno de verde donde los rayos del sol lucen durante todo el día. Allí, mientras preparaba un arreglo protagonizado por el azul y el bordó, nos contó que concibió Estudio Dédalo como un emprendimiento floral, con un potencial creativo que va más allá de los ramos.
Y es que sus propuestas son arreglos de diseño que buscan deshacerse de las normas y mostrar, en cambio, posibilidades diversas. “Si tuviera que definir el estilo de Estudio Dédalo, diría que está en constante formación porque he tenido la suerte de que quienes contactan conmigo para hacer pedidos siempre me han dado muchísima libertad para expandir mi creatividad. Nadie me puso parámetros ni me pidió algo preestablecido. Incluso, me dicen que llegan a mí porque ven algo diferente”, comenta.
La idea se sembró en su mente en 2020, cuando encargó un ramo para el cumpleaños de su mamá. Ya en 2021, poco después de experimentar sus propios diseños, decidió ir a México para formarse con Gabriela Salazar, también conocida como La musa de las flores.
El estilo que aprendió con su maestra es romántico y orgánico. “También se les llama ‘arreglos en movimiento’, porque la idea es que den la impresión de que las flores están saliendo de la tierra, que están vivas”, explica.
Para lograr esa vitalidad, Ceci se sitúa en una posición de respeto profundo a la naturaleza. Ella “deja ser” a las plantas que utiliza: “Trato de trabajar con lo que me da la propia flor, sin ‘editarla’ mucho”. Actualmente, su estilo se encuentra en movimiento, fluctúa y se nutre de sus gustos personales y experimentos. En esta propuesta en particular, utilizó hortensias azules, calas color bordó, orquídeas negras y oncidiums chocolate porque la espina dorsal de su proceso creativo es animarse a lo distinto. Otro toque diferencial de este arreglo fueron los amaranthus en tono bordó, acompañados de ligustro.
Ella no solo trabaja con la forma natural de las plantas, sino que también juega con las dimensiones y los espacios que van a interactuar con su diseño, porque en un recipiente, ve miles de oportunidades creativas. Por eso, a juego con el primer arreglo, usó la misma combinación en la cabecera de una cama de hierro ubicada en una glorieta de su jardín.
Aquí, las hortensias azules siguen siendo las protagonistas, pero dispuestas en forma vertical para dar frente al espectador, rodeadas de orquídeas negras y oncidiums chocolate que parecen florecer desde el centro del arreglo.
LABERINTO FLORAL Y CREATIVO
Tenía unas hortensias en la mano cuando le preguntamos cómo eligió el nombre para su estudio. Al instante se emocionó como quien descubre una nueva flor porque, además de ser una amante de la naturaleza y el arte, Cecilia también se considera una aficionada a la mitología griega. Nos contó entre sonrisas que Estudio Dédalo se llama así en homenaje a un habilidoso artesano y arquitecto griego, capaz de crear lo inimaginable. Desde su perspectiva, la historia de este personaje representa un impulso vital de creatividad.
El nombre ya se encontraba rondando su cabeza desde el principio, pero fue en 2022 cuando la florista recibió una confirmación del destino. Durante un viaje a Grecia, mientras miraba objetos en un anticuario, encontró una moneda con el símbolo de Dédalo y una flor en el centro. La persona que atendía el lugar le contó que, aunque esa moneda llevaba tiempo en el lugar, ese era su primer día en exposición. Además de la habilidad sin fronteras de Dédalo, Ceci ve mucho más en su historia y, específicamente, en una de sus creaciones: el famoso laberinto de Creta, donde se encontraba encerrado el Minotauro.
“Para mí, al final, el laberinto que construyó Dédalo es la vida misma: nuestro proceso creativo, siempre hacia dentro, como un camino de exploración. Nos encontramos con obstáculos y problemas, frenamos, recalcula mos, tratamos de adelantarnos y superamos las dificultades”, reflexiona.
Aunque las flores sean siempre protagonistas, Ceci concibe su espacio como un estudio creativo más que únicamente floral. ¿La razón?: “Tengo la fortuna de haber hecho trabajos que involucran a diferentes artistas del mundo del diseño y, en muchos de ellos, pude incluir a las flores. Por ejemplo, creé arreglos permanentes para restaurantes y hogares, colaboré en la dirección creativa de videos musicales como Deslizándome de Los Ollies, también concebí puestas de mesas, instalaciones para lanzamientos de colecciones de moda y de productos de belleza. Estudio Dédalo tiene un sinfín de posibilidades”.
Su estudio está sujeto a la provisión de flores temporales, que Cecilia importa de Brasil y Ecuador. “Lo ideal sería hacer una movida a la producción nacional. Ya hay varias granjas del rubro aquí y solamente espero que sigan creciendo”, menciona.
Actualmente, nuestra entrevistada elige los anturiums, amaranthus, las calas, orquídeas y zinias. Todas ellas, acompañadas de follaje para aportar texturas interesantes. También, un punto interesante de su trabajo es que ella incluye frutas, verduras, hortalizas y ramas florecidas a sus arreglos, porque pueden aportar un toque aromático.