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Moda colaborativa

Humberto Yamil y Alejandro Os

Una de las colecciones más destacadas del Pantene Asunción Fashion Week otoño invierno 2019 fue Black Mamba, una colección de Humberto Yamil y Alejandro Os. Fue inspirada por la cuarta película de Quentin Tarantino, Kill Bill, y denota una influencia oriental en fusión con un estilo western. En esta nota te contamos más acerca de este dúo, su amor por el arte y la moda, y sobre el proceso de esta colección que se robó miradas y corazones en la pasarela.

Humberto Yamil no es un extraño para la moda local. Su sensibilidad hacia esta disciplina empezó de pequeño, viendo a su madre trabajar en costura. Él sostiene que todo empezó ahí y no solo desde un punto de vista estético, sino porque cree que la moda es una forma de decir algo, a los demás o a uno mismo. “Realmente siempre me vi haciendo algo relacionado a esto, pero creo que ahora me siento mucho más cómodo y más apto para poder transmitir todo esto que te estoy contando”, comenta Humberto al recordar sus inicios en la moda.

Mitad de los 90. Al terminar el colegio, Humberto ya tenía planes de abrirse paso en el mundo adulto y laboral. Conocía a alguien en el diario La Nación y mediante esto consiguió un puesto como pasante. Tiempo después, la productora del medio renunció y Humberto tuvo la oportunidad de meterse de lleno en el mundo de la producción. “En ese momento no me di cuenta de lo que estaba haciendo, por ejemplo, teatralizaba mucho las producciones: a una Miss Paraguay, Pamela Zarza, la puse dentro de un ataúd, vestida de negro y con rosas para una producción”, menciona Humberto.

Alejandro Os y Humberto Yamil

Después de pasar por otras vetas artísticas como la actuación, terminó la facultad con una licenciatura en marketing y una especialización en desarrollo de productos sobre plataformas de internet. Fue luego de su último trabajo en tecnología, como gerente en una agencia desarrolladora, que decidió hacer algo por su cuenta y, por fin, empezar en ese mundo que le cautivó de pequeño: la moda.

En 2006 se presentó al Pilar Puro Talento y ganó. En aquel momento, sus propuestas fueron inspiradas por las mujeres y una armadura. “Y ahí dije, bueno, seguro va a funcionar esto”, comenta Humberto entre risas. Luego del concurso, mucha gente se le acercó para trabajar en conjunto. Fue el comienzo de muchas cosas.

Humberto piensa que la ropa se transforma en arte cuando alguien la viste, porque la ropa sola no es nada, pero cuando se une a una persona, es todo; ahí adquiere un espíritu y hay un intercambio de energía.

El arte es algo que siempre le llamó la atención, pero no está seguro de lo que significa, “entonces siempre dije que el arte soy yo”, agrega Humberto. Piensa que la ropa se transforma en arte cuando alguien la viste, porque la ropa sola no es nada, pero cuando se une a una persona, es todo; ahí adquiere un espíritu y hay un intercambio de energía. “Hay todo un lenguaje ahí, empecé a analizar más lo que la gente usa, cómo lo usa, por qué lo usa, etc.”, cuenta Humberto.

Black Mamba

Humberto regresó a las pasarelas a través de su colección Black Mamba, la cual creó en conjunto con el ilustrador Alejandro Os. Un fin de semana mientras charlaban sobre cine, algo que ambos disfrutan mucho, empezaron a hablar sobre Kill Bill, una película de acción y suspenso que consta de dos partes. “Estábamos comentando que esa película tiene todos los elementos necesarios para hacer una colección; nos gustaba todo, la temática, la estética, la música, las actuaciones, todo”, cuenta Alejandro.

La película comienza con un hecho fuerte: el feminicidio de una novia embarazada —Beatrix Kiddo— durante su ensayo de bodas en una pequeña iglesia al sur de Texas, por sus antiguos camaradas de The Deadly Viper Assassination Squad, un grupo de asesinos profesionales que trabajan para el mejor postor. Después de cuatro años en coma, Kiddo despierta con un objetivo en mente: eliminar a todas las personas que hicieron posible la pérdida de lo que más le importaba en ese momento, su bebé y la posibilidad de empezar una nueva vida alejada de la violencia.

Para Humberto y Alejandro, el hecho principal de la película es un problema instalado y vigente en el país, la violencia contra la mujer; y por más que Kill Bill tenga más de 10 años de estreno, el paralelismo con nuestra realidad es tangible. “Los personajes femeninos de la película son todos fuertes e independientes, todas pasaron por cosas muy fuertes, como el personaje de la novia, y eso las hizo más poderosas”, comenta Alejandro.

Esta situación también los inspiró a realizar la colección. Es más, en el mismo desfile tocaron el tema. Las visuales tenían imágenes de tapas de diarios, noticias que hablan de feminicidios reales en Paraguay. Según el Ministerio de la Mujer, entre 2017 y mayo de 2019 se registraron 121 feminicidios. Y es un hecho que no va disminuyendo, sino todo lo contrario. “Para nosotros fue muy importante porque queríamos que se abra el debate de nuevo, en un evento que la gente piensa que es muy comercial, como el Asunción Fashion Week. Nos pareció importante abrir el debate en ese contexto”, explica Alejandro.

La colección no fue pensada para un tipo específico de personas, sino para que las prendas puedan ser usadas por cualquier persona: una chica, un chico, una persona trans, una persona gorda, una persona flaca, alta, petisa, etc. Las ropas son muy unisex, hay pocas prendas definidas.

Humberto siente que las personas que trabajan en moda o publicidad tienen la obligación de transmitir algo más que vanidad. Sabía que no había hecho una colección así antes, pero esta vez, con Alejandro se plantearon hacer algo más para la calle, que tenga que ver con algo que muestre una realidad, y, justamente, con los elementos simbólicos de Kill Bill podían hacer eso. “Nosotros hicimos todo a la inversa, en el desfile la novia salió primero, cuando generalmente la novia cierra el desfile; la novia usó pantalones, no pollera, y a la par se veían las tapas de diarios de acá. La gente ve eso todos los días, pero verlo ahí, en ese contexto, fue como darle una vuelta al tema”, comenta Humberto.

Otra fuente de inspiración fueron las personas y el sentimiento grato de verlas vistiendo las prendas de Black Mamba. “Es muy gratificante porque están adoptando lo que queríamos transmitir, pero lo adoptan para ellos mismos”, agrega Alejandro. La colección no fue pensada para un tipo específico de personas, sino para que las prendas puedan ser usadas por cualquier persona: una chica, un chico, una persona trans, una persona gorda, una persona flaca, alta, petisa, etc. Las ropas son muy unisex, hay pocas prendas definidas.

Comercialmente hablando sí hay un target, y son las personas más jóvenes las que se muestran más receptivas y entienden el lenguaje de la colección. En Black Mamba no hay espacio para binarismos, las prendas funcionan para quien quiera vestirlas, sin importar el sexo asignado al nacer o el género. “Me dí cuenta que mi cabeza ya no funciona en base a una cuestión de géneros, me cuesta mucho concluir en que algo es para hombres o para mujeres, y me hago la pregunta de ¿por qué esto tiene que ser o para hombre o para mujer?”, menciona Humberto.

Las prendas de la colección se pueden encontrar online, en los perfiles de Instagram de Humberto y Alejandro (@humbertoyamil y @alejandroosart). Por el momento están apostando por esta modalidad, y también pueden atender a personas en su showroom privado al agendar previamente una cita. “No es una tienda abierta, porque queremos conocer a las personas, asesorarlas incluso. También hacemos prendas a medida”, cuenta Humberto.

Black Mamba fue posible también gracias a la amplia colaboración con la que contaron; en la música con Nico Riverwave, en las visuales con Iruc, en el estilismo con Adrien y en el maquillaje con Saffi. “Nos alimentamos de todo lo que estas personas aportaron, todo eso hizo que el resultado final vaya variando y complementándose”, comenta Alejandro.

El ilustrador detrás de Black Mamba

Alejandro Os tiene 23 años y empezó con el dibujo y la ilustración, en sus palabras, prácticamente desde que pudo agarrar un lápiz. Cuenta que siempre le gustó lo visual, la estética de las películas, pensar en un personaje y fijarse en las prendas que tenía, los colores, la forma, etc. Actualmente está cursando el último año de la carrera de Artes Visuales en el Instituto Superior de Artes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes.

“No sé si me veía haciendo esto, pero sí veo a la indumentaria como algo muy artístico, no lo veo muy alejado de la pintura y la ilustración, siento que son cosas que se complementan”.

Alejandro Os

En 2016 se presentó al Pilar Puro Talento, y si bien no ganó, mucha gente recuerda esa edición gracias a sus audaces propuestas, cuya inspiración fue la obsesión al consumo y a ser el objeto de deseo. “Creo que el uso del color habla mucho de uno, me gusta mucho la semiótica y creo que eso se nota bastante en la colección que hicimos en conjunto con Humberto”, comenta Alejandro.

La estética y la indumentaria siempre formaron parte de su vida porque tanto su mamá como su papá son estilistas. Creció viendo gente preparándose y acicalándose para ir a eventos. “No sé si me veía haciendo esto, pero sí veo a la indumentaria como algo muy artístico, no lo veo muy alejado de la pintura y la ilustración, siento que son cosas que se complementan”.

Alejandro cree que llega un punto en que, en el caso de los ilustradores, tanto se puede llegar a producir ilustraciones, dibujos, obras, que de alguna manera eso se traslada a la estética física. “Fue eso. Produje tanto material que tenía que salir en algún momento, tenía que verle a alguien como una ilustración mía”, explica.

Ante el éxito y la receptividad de esta primera colección por parte del público, ya se encuentran trabajando en una para el verano. La experiencia de trabajar en conjunto, como diseñador e ilustrador respecticamente, es algo que aprecian y por lo cual volverán a apostar. Esperamos ansiosas la próxima creación de esta genial dupla.

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