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Toni Gie

Historias narradas en plata

En el exigente y a menudo efímero mundo del diseño, pocas historias capturan la esencia de la herencia y la innovación como la de Antonella Scavone. Arquitecta de formación y joyera por convicción, supo transformar su marca, Toni Gie, en un puente entre el pasado y el futuro de la artesanía paraguaya. Su visión no se limita a la creación de piezas; es un audaz rescate de la filigrana, un arte milenario en riesgo de desaparecer.

La narrativa de Toni Gie es un viaje de auto descubrimiento, una travesía personal de Antonella Scavone entre todas sus pasiones: la arquitectura, una carrera que escogió para la vida; el diseño de joyas, una pasión que descubrió casi por accidente; y la narrativa, un don que la acompañó desde siempre.

Todo comenzó en 2016, con unas vacaciones en Paraguay; a punto de regresar a Europa para seguir sus estudios, quedó varada inesperadamente por un tema de visas. Aprovechó entonces el tiempo para explorar la artesanía que siempre le había fascinado: la filigrana.

Durante sus recorridos por las joyerías de Luque, notó una disonancia preocupante. La técnica, de una belleza y precisión incomparables, no está siendo adoptada por las nuevas generaciones —hasta ahora—. Los artesanos son mayores, y su conocimiento, un tesoro forjado en hilos de plata, corre el riesgo de perderse con ellos.

La formación de Antonella en la prestigiosa Accademia di Architettura – Università della Svizzera, de Italia, está marcada por un enfoque minimalista y geométrico, lo que le ofreció una perspectiva única. Mientras la filigrana paraguaya se utilizaba tradicionalmente en piezas grandes y ornamentadas para bodas y ocasiones especiales, el gusto europeo se inclinaba hacia lo sutil y atemporal.

Este contraste se convirtió en el principal desafío de Toni, como la llaman de cariño. “Me preguntaba: ¿Cómo preservamos esto para que no se extinga?”. La respuesta fue fusionar su herencia arquitectónica con la artesanía, y crear joyas que celebraran la técnica a través de la abstracción y la pureza de las formas.

Su primera colección, Orígenes, encapsuló esta idea. Con pequeños dijes de filigrana que representaban íconos de la cultura paraguaya como el tereré, el mate y el jazmín, presentó un concepto innovador: una pulsera personalizable, con pequeños “talismanes” que cada persona podía elegir para representar su propia historia llevada con orgullo.

EL ARTE DE LA PRECISIÓN

Antonella entiende que una joya es más que un simple adorno; es un portador de significado, un lenguaje silencioso que cuenta una historia. Por ello, describe su proceso creativo como una sinfonía entre concepto y ejecución. Inicia con una idea, que plasma en la escritura, y luego dibuja a mano los diseños. Más recientemente, incorporó una pluma 3D para crear prototipos de plástico y facilitar a los artesanos la visualización de las piezas.

Nos explica que la singularidad de la filigrana paraguaya reside en su meticulosa creación: todo comienza con pepitas de plata pura, que son fundidas y transformadas en alambres. Estos alambres son estirados hasta alcanzar un grosor de apenas 0.25 mm, el equivalente a un cabello. Luego se doblan, se trenzan y se aplanan para formar los hilos que darán vida a las complejas estructuras de la joya. Con estos, los artesanos construyen la base minuciosamente, soldando cada espiral para rellenar los espacios vacíos con una precisión que deslumbra.

“Toni Gie trabaja con plata de alta pureza, conocida como plata 950 o 970, superior a la estándar, e incorpora baños en oro y oro rosa, un detalle que eleva a la filigrana local”, afirma Antonella.

EL VIAJE DE TONI

Antonella busca abordar sus creaciones como una práctica artística, donde se cuestiona el propósito de la joyería más allá de la moda. Al evadir las tendencias efímeras y centrarse en lo que perdura, llegó a la conclusión de que la joya es un símbolo de identidad, una manifestación de la historia personal, ya sea un regalo familiar o una experiencia.

Para ella, cada colección es un capítulo de un cuaderno de viajes. Antes de diseñar una joya, escribe un relato de realismo mágico inspirado en sus experiencias e investigaciones. Este enfoque literario le da a cada pieza una historia única y permite que se convierta en un símbolo con alma y significado para quien la usa.

“Yo nací en una nación que es un corazón partido en dos por un río. Con mis años aprendí después de mucha negación mi realidad de agua: soy gente de río. No se nace por desvarío a las orillas de un río”, son las primeras oraciones de su relato.

Su amor por los viajes también es una gran influencia en su trabajo. “Tuve la oportunidad de vivir en varios continentes y he notado que la gente valora lo hecho a mano, a menudo más que en el propio Paraguay”, reflexiona. Por ello, busca conectar su marca con una identidad viajera, encontrar belleza en lo cotidiano y compartir su visión poética del mundo a través de sus creaciones.

LA FUERZA SILENCIOSA

Su más reciente colección se inspira en Paraguay. Toni se propuso investigar la conexión entre las joyas y nuestro país, y redescubrir desde otra mirada un episodio histórico que la marcó profundamente: la Asamblea de Mujeres de 1867, cuando las paraguayas decidieron donar sus bienes al Ejército durante la Guerra contra la Triple Alianza.

Al leer sobre la posguerra, también se encontró con el relato de Carmen Ndaikuaái (traducido del guaraní como Carmen No Sé), un nombre inventado para una mujer anónima que fue enterrada sin identidad. Para la diseñadora, ella se convirtió en el símbolo de un país desconocido para el mundo, una historia ignorada y llena de dolor.

Es así como este cuaderno de viajes abre con Capítulo 1: ¿Dónde estás ahora kuñatai?, una serie de joyas —peinetas, anillos, pulseras, brazaletes, dijes y lapiceras— que honra a las mujeres paraguayas que sacrificaron tanto, representadas por una conmovedora alegoría donde Toni, el personaje de la marca y la heroína de la narrativa, busca liberar a Carmen y renombrarla como Carmen Sapukái (que significa grito de alegría en este contexto).

Antonella se enfocó en trabajar el concepto para luego dedicarse a las piezas y, en el Día de la Mujer Paraguaya, entregó una peineta de filigrana a la primera dama, Leticia Ocampo, como representante de todas las paraguayas “como un acto de restitución simbólica a la fuerza femenina, el devolverles lo que les pertenece y no olvidar la historia vivida”, relata.

Este encuentro fortuito marcó el inicio de una colaboración para la microcolección El poder de la mujer paraguaya: Kuña guapa – Legado de fortaleza y reconstrucción, la misma que deslumbró al mundo durante el Día Nacional del Paraguay en la Expo Mundial Osaka 2025, en mayo último.

Cada diseño rindió homenaje a las Residentas, mujeres que con valentía, amor y resiliencia levantaron al país desde las cenizas tras la Guerra Grande. Toni Gie firmó cada una de las joyas que acompañaron los diseños de Emma Viedma, Ofelia Aquino, María Sonia, Beverly Kuhl, Victoria Maluff, Cecilia Fadul y DDiane, la marca de la Fundación Princesa Diana.

Queda claro que a través de la filigrana, Toni Gie logra contar un cuento universal sobre la identidad y la herencia, y demuestra que la artesanía paraguaya tiene el potencial para fascinar al mundo.

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL

El trabajo de Toni Gie ha logrado un notable reconocimiento internacional. La marca ha sido destacada en publicaciones como British Vogue y seleccionada para la prestigiosa Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid en 2024, con su colección Catenaria. En el 2019 también participó de Artistar Jewels, una exposición internacional de joyas contemporáneas durante la Semana de la Moda de Milán.

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