Legado de amor: El nacimiento de un estilo
Una charla con Viviana Mendoza y Florencia Giménez
Alma y corazón de la firma de diseño nacional Florencia, Viviana Mendoza y Florencia Giménez nos comparten todo aquello que aman, sus semejanzas, diferencias y cómo se complementan en el trabajo, uno en el cual la moda, más que una pasión, es un tesoro familiar. Con ellas celebramos la conexión única que existe entre una madre y su hija.
La maternidad fue su más grande inspiración. Hace 20 años, Viviana Mendoza se animó a apostar por sus sueños en una etapa marcada por la dicha de formar una familia. Licenciada en Administración de Empresas, concibió su firma de diseño de carteras cuando estaba embarazada de su primera hija, Florencia. “La idea nació de las ganas de independizarme y, como soy una apasionada de la moda, noté que ese rubro no era muy explorado”, rememora.
Los primeros diseños de Florencia —como marca—consistían en carteras de tela, muy distintas a la propuesta actual de la firma. Igualmente, para Flor constituyen uno de los primeros recuerdos de su mamá; de pequeña, observaba fascinada todo lo que ella creaba: “La veía trabajar en casa y en todos lados siempre. Cuando yo invitaba a mis amigas a jugar, nos probábamos las carteras y hacíamos desfiles”, relata.
Con el tiempo llegaron las carteras de cuero, que siguen vigentes hasta hoy, y se sumaron otras líneas de productos. El trabajo artesanal se convirtió en su seña de identidad, además de la presentación de nuevas colecciones dos veces al año. Para Viviana —también mamá de Gonzalo y Julieta— no hay fórmula secreta para equilibrar el trabajo y la maternidad, puesto que uno no representa obstáculo para la otra, sino todo lo contrario: “Ellos —mis hijos— hicieron que me sienta más realizada y todo fluya mejor. Completaron mi vida de la mejor manera, me dieron más fuerzas y energía para seguir trabajando en la empresa que formé”.
El trabajo artesanal se convirtió en su seña de identidad, además de la presentación de nuevas colecciones dos veces al año
Sentada en primera fila, Flor vivió el proceso de la marca desde sus inicios hasta que se consolidó como una de las más reconocidas del mercado. Hoy es la mano derecha de su mamá y juntas se complementan en las distintas áreas de la empresa: “Para mí Florencia tiene un significado muy importante, no solo porque lleve mi nombre, sino porque fue hecha con mucho amor. Soy consciente de eso porque lo veo todos los días. Sentimos que es parte de la familia, con un valor diferente y emocionante, y creo que eso se transmite”.
Ambas asocian estas carteras con un estilo clásico, auténtico y con onda, siempre en tendencia. Está dirigida a las mujeres que buscan empoderarse a través del amor propio, dueñas de su propia vida, independientes y capaces de lograr todo lo que se propongan.
Ellos —mis hijos— hicieron que me sienta más realizada y todo fluya mejor. Completaron mi vida de la mejor manera, me dieron más fuerzas y energía para seguir trabajando en la empresa que formé
Viviana Mendoza
MÁS QUE COMPAÑERAS
A la hora de trabajar, cada una tiene su rol. Viviana es la diseñadora. Siempre atenta a las tendencias, busca incorporar nuevos modelos, siempre respetando el estilo de Florencia.
Con cada inicio de temporada la meta es presentar una nueva colección o línea de productos. Tras bocetar los diseños, encarga toda la moldería y pasa a la parte más creativa, la de combinar elementos y materiales como cuero, herrajes y randas, para ofrecer siempre algo innovador. A esto le sigue la confección en serie y, entre los procesos administrativos de por medio, idea el concepto de la nueva campaña que, una vez lista, se presenta a través de las redes sociales para llegar a las tiendas y a la web.
Por su parte, Flor es socia y mente creativa de Florencia, apasionada tanto por la moda como por el marketing. De hecho, estudia la carrera en la Universidad Católica a la par de varios cursos de moda que la ayudan a tener un panorama más completo de este rubro.
Para mí Florencia tiene un significado muy importante, no solo porque lleve mi nombre, sino porque fue hecha con mucho amor. Soy consciente de eso porque lo veo todos los días
Florencia Giménez
Su función dentro de Florencia consiste en encargarse de trabajar a fondo en la creación de contenidos de manera digital, junto con la agencia de marketing. “Lo mío es pensar que hacer y cómo innovar, buscar tendencias creativas de contenidos originales para redes como Tiktok e Instagram, con un mayor alcance, para así atraer clientes y ventas”, detalla.
Ambas coinciden en que no hay una rutina para un emprendimiento como este, y que todos los días son un desafío. A veces van juntas a elegir materiales, se sientan a pensar y a plasmar sus ideas sobre cómo seguir innovando y mejorar los diseños. Más allá del trabajo, disfrutan de realizar un sinfín de actividades, como ir a caminar o compartir al aire libre para relajar su mente, lo que resulta en un momento de motivación y, como en un círculo que se retroalimenta, nacen nuevas y buenas ideas.
EL VÍNCULO MÁS PODEROSO
El Día de la Madre siempre es una fecha muy especial, ya que se trata del mejor momento para homenajear a esa persona única para cada uno y reflexionar sobre todo lo que hace por nosotros. Viviana está convencida de que la maternidad implica responsabilidad: “Es dar vida y parte de nuestra vida. Me gusta ser una mamá presente, y ahora que los chicos son más grandes, les sigo acompañando con las mismas ganas y hasta donde me permiten. Disfruto de sus logros como si fueran míos”.
Y es que con Gonzalo, su marido, se esmeraron en educarlos con mucho amor y límites firmes. “Consideramos que la firmeza también es un acto de amor. A ser padres se aprende y la verdad es que al ver cómo son los tres, nos damos cuenta de que vamos por buen camino. Ellos son nuestro mayor orgullo”, afirma.
Florencia, al describir su vínculo con su madre, afirma que es muy especial. Ella siempre fue una persona presente en su vida y tienen excelente comunicación, que es la base para cualquier relación personal y laboral. “Mi mamá me aconseja, me ayuda, me motiva, exige y enseña todos los días. Nunca pensé que íbamos a conectar tan bien a nivel laboral, nos complementamos perfecto”.
UNA PARA LA OTRA
Lo más lindo de tenerse una a la otra es que sueñan juntas, también. Pueden pasar horas hablando de cosas nuevas que quieren implementar, como diseños, contenidos… y no paran hasta que se les ocurren más y más ideas, cada quien desde su rol. Viviana reafirma que “para mí es un honor y una satisfacción enorme trabajar con mi hija. Me llena de felicidad poder compartir también esto con ella”.
Florencia se toma en serio su papel en este camino y busca ser una intermediaria entre su generación y la de su mamá. “Queremos que todas se sientan identificadas, transmitir el mismo mensaje pero que a cada una le llegue de manera especial”, asegura.
Por ello, una de sus metas es mostrar más el detrás de cámaras de la marca: el taller que las acompaña desde hace 20 años, las personas que trabajan con el corazón, las chicas que atienden sus puntos de venta y todas las personas que dan de sí para hacer crecer la empresa erigida por Viviana.