La moda que renació en pandemia
Un relato de resiliencia
Contrario a las apariencias, la moda no dio un paso al costado durante la pandemia. Es más, se transformó. En esta nota, cuatro diseñadoras nos hablan acerca de su proceso de adaptación y creación en medio de una situación dificultosa para el rubro y el mundo entero.
Estamos de acuerdo en que este periodo de pandemia fue y es un tiempo de transformaciones, pero también de aceptación, pues asumir la situación ayudó a muchos a aterrizar en esta nueva realidad y trabajar de acuerdo a las condiciones dadas. En ese sentido, la industria de la moda, así como muchas otras, sufrió una paralización total de sus actividades y producción. Y cuando la incertidumbre estaba a flor de piel, prestaron sus servicios para proveer la indumentaria necesaria al personal de blanco y al público en general.
Pasaron ya casi seis meses desde que todo empezó en nuestro país, y si bien todavía estamos lejos de volver a la vida que dejamos atrás en marzo de 2020, los diseñadores están volviendo a hacerse sentir a través de lo que aman hacer: diseñar, proyectar, coser y crear arte en forma de prendas. Conversamos con cuatro mujeres reconocidas de la alta costura nacional, quienes en medio de la pandemia decidieron dar un giro al volcarse a la elaboración de colecciones prêt-à-porter, o emprendieron un nuevo modelo de negocio con una marca nueva. Ellas son Beverly Kuhl, Stephanie Gosling, Loli Giménez y Madera Benítez.
De nuevos comienzos
La relación que Beverly tiene con la costura se remonta a su niñez. “Soy profesora y bailarina clásica, y de chiquita ya me hacía mis trajes de baile. Siempre cosí, no me preguntes cómo. Pienso que uno nace con ciertos talentos; y bueno, eso desarrollé”, explica. Beverly Kuhl (@atelierbeverlykuhl en Instagram), como marca, nació hace relativamente poco, pero hace más o menos 25 años que Beverly trabaja en el rubro. Empezó haciendo ropa a medida, y ahora hace seis años que tiene un atelier abierto, trabajando a base de colecciones.
Su hija Martina fue quien la impulsó a dar el salto para convertir su trabajo en una marca con un ritmo de producción y de diseño diferente. “Ella es la que, día a día, me guía. Ella renovó la marca, y con mi experiencia y su juventud estamos haciendo algo diferente”, agrega.
Stephanie Gosling trabaja como diseñadora de modas, en alta costura específicamente, hace cinco años. A mediados de 2014 lanzó una marca llamada Loca Linda, en la cual diseñaba prendas de estilo boho chic. “Eran prendas casuales que cada vez se volvieron más elegantes, hasta el punto de volcarme 100 % a la alta costura y abrir un local con mi nombre, cambiando también el estilo de las prendas”, comenta.
Gloria Giménez, más conocida como Loli, estudió diseño industrial y actualmente es diseñadora en el rubro textil. Su marca, que lleva su nombre, nació en 2014 luego de haber trabajado cuatro años con una compañera de colegio en una marca llamada Menina Veneno. A partir de ese año, Loli siguió sola con el proyecto y fue acercándose cada vez más a la alta costura. “Me apasiona crear y me motiva mucho ser parte de una empresa que brinda trabajo a nuestra gente del sector textil”, comenta.
Madera Benítez Burró estudió Diseño Industrial en la Universidad Nacional de Asunción, pero fue un intercambio de estudios a la ciudad de Córdoba lo que le permitió descubrir las fortalezas necesarias para empezar un proyecto propio. Así nace Madera, a finales de 2017. “Cuando vuelvo de estudiar afuera decido emprender este camino en el que me vi recorriendo toda mi vida. Desde chiquita amo el diseño y la costura”, explica.
Las cuatro se enfrentaron a las consecuencias de la pandemia: la incertidumbre, los talleres vacíos y la necesidad de replantear el modelo de trabajo. Todo cambió, Beverly cuenta que su producción anteriormente se basaba en vestidos de novia y prendas de alta costura. Así fue como decidió acelerar un proyecto que ya venía pensando, la creación de una colección prêt-à-porter. Diseñada y realizada con mucho amor, con terminaciones minuciosas, una rigurosa selección de tejidos y un buen corte. Las telas que predominan son el terciopelo de seda natural, lanilla, plumas, flecos, brocato y cuerina. Ella y su equipo están con todas las ganas de seguir, a pesar de las circunstancias.
Stephanie decidió dar un paso más allá y crear una marca en la cual volcar su espíritu soñador, rebelde y bohemio. “Lanzamos una línea de prendas casuales, dadas las condiciones actuales. Las hicimos cada vez en más cantidad, hasta que decidí separar esto de la marca de alta costura, dándole otro nombre y otra identidad. Así nació Alkimia”, agrega. Más allá de haber nacido bajo circunstancias inusuales, la empresa (@alkimia.culture en Instagram) tiene un significado personal para su creadora: es una plataforma donde puede expresar su estilo, ecléctico con inspiración en la selva, elementos de la astrología y un toque vibrante de rock. Cada prenda conlleva mucho trabajo artesanal, todos los bordados se realizan a mano y son diseñados de manera única y exclusiva.
Desde marzo que la línea de alta costura de Loli (@loligimenez en Instagram) se encuentra parada en su totalidad. “De ahí nace esta nueva línea como marca: Demi couture, la unión del ready-to-wear con toques de la alta costura. Mi fin era llevar el arte del bordado a mano a las prendas diarias”, agrega. Y así lo hizo. La idea es trasladar un poco de lujo a las prendas del día a día, y que cuenten historias a través del bordado hecho a mano. La aceptación del público fue muy buena, algo que Loli agradece y le pone muy contenta. “Creo que el rubro textil nacional va a crecer luego de la pandemia; de hecho, ya creció. Muchas marcas nacionales nacieron en este contexto, mucha gente se animó a hacer algo que capaz antes no se animaba”, agrega.
Por su parte, Madera cree que la capacidad que tiene la moda de renovarse es lo que la atrae tanto de este mundo. “El poder observar esta transformación es poder observar el cambio como razón esencial de mi vida”, agrega. La llegada de la pandemia la dejó expectante y con su proyecto en inactividad. Al entender mejor la situación, pudo aportar su grano de arena al confeccionar insumos hospitalarios para el personal de blanco, como acto de compromiso social.
Pértica (@pertica.py en Instagram) surge como consecuencia del tiempo que la pandemia le regaló para materializar los deseos que ella y la cofundadora de la marca, Alejandra Villalba, venían postergando. “Nos inspiramos en mujeres reales, independientes, empoderadas, que pasan de una actividad a otra en el día a día”, comenta. Los colores neutros de esta colección invierno 2020 son los que predominan, y texturas como el algodón, la viscosa, el jean, el símil cuero y tejidos de lanilla. Apuntan a looks naturales, minimalistas y elegantes a la vez.
Este será un tiempo que nos dejará muchas enseñanzas, comenta Beverly mientras reflexiona sobre lo que depara el porvenir, por ahora será contemplarlo todo un día a la vez. Stephanie cree que la adaptación y la búsqueda de alternativas son importantes hasta que retornemos a la normalidad; así como el apoyo a la industria nacional y la toma de conciencia sobre el futuro, según Madera. Y, por último, reconocer que, como país, el rubro textil tiene todavía mucho por ofrecer, agrega Loli.