Acogedora Navidad
Un ambiente cálido y familiar
Llegó el momento que tanto esperamos: celebrar las fiestas de fin de año en familia, compartir el pan dulce, preparar el clericó y degustar de la tan esperada cena de Nochebuena. Canuto Rasmussen nos presenta una propuesta ideal para esta ocasión con un ambiente elegante y rústico donde destacan elementos naturales nacionales para el brindis con Freixenet.
Abrazo de bienvenida
Canuto Rasmussen eligió la barra para ubicar unos cántaros de barro de diseño popular, manufacturados en la compañía 21 de Julio de Tobatí. Los complementó con pasto de la pampa y hojas de eucalipto para recibir a la familia en un entorno cálido a la vista y al corazón. Acorde a la celebración, el decorador escogió una ponchera de bronce —que heredó de su madre— para el clericó y la colocó sobre un arreglo de eucalipto, impericum blanco y flores de karanday. Finalmente, eligió una tortera de madera con hojalata para dar destaque al infaltable pan dulce.
Festividad rústica
El escenario de la cena de Nochebuena es una larga mesa de quincho con dos sillas presidenciales en las puntas. “Esta es una propuesta en modo covid-19, ya que es una configuración para seis personas solamente, en un espacio grande donde se puede respetar el distanciamiento”, explica Canuto. En el centro utilizó un caminero de bambula con unas carpetas de piri y cestos de guembepi. Para dar unidad a la decoración general, se replicaron elementos de la barra: eucalipto, impericum blanco y flores de karanday. El detalle que destaca es el uso de flores de cedro y velas LED con forma de tronco.
El brindis
La mesa festiva estaría incompleta sin tu espumante favorito para el brindis familiar. Nosotros elegimos Freixenet Prosecco como aperitivo y para acompañar el postre, y Freixenet Cordón Negro Brut Cava para esperar las 12.
Un árbol tradicional
Este año, Canuto Rasmussen decidió salir de la paleta tradicional de colores navideños y optó por colores tierra, blancos y verdes; y el mismo criterio se aplicó al árbol. En este emblema navideño, quiso destacar los elementos más tradicionales de la espiritualidad paraguaya utilizando una figura del Espíritu Santo (hecha de cedro y palo santo) en vez de la clásica estrella. La iluminación cálida resalta los adornos: coronitas de raíces, flores de cedro, figuras más pequeñas del Espíritu Santo y carpetitas blancas de ñanduti .
El pesebre
En un ambiente selvático y con una franja de plantas de color lila para darle un marco, Canuto montó un tierno pesebre colorido en medio de una cuevita hecha de ñangapiru con detalles de eucalipto. Esta vez optó por utilizar solamente las figuras de María, José, el niño Jesús, el ángel y los animales. También incluyó las ofrendas, que son frutas tradicionales del verano paraguayo. Arriba puso luces cálidas para darle el último toque navideño que necesitaba. “En general, considero que esta es una propuesta bien lograda para levantar ese espíritu de nuestra Navidad tradicional paraguaya”, concluyó.