Sutil feminidad
Una habitación compartida
El corazón de esta casa alberga la habitación de dos niñas que, lejos del típico rosa, deja lucir una variedad de tonos que, sutilmente, realzan la delicadeza de sus moradoras. Emma Barrail fue la responsable de dar vida al encantador ambiente.
En la mayoría de casos, las habitaciones para niñas siempre están pensadas en colores cliché como el rosa o el violeta. Sin embargo, Emma Barrail nos muestra esta delicada propuesta, donde la paleta de colores que utilizó estuvo basada en los tonos blancos y beiges, creando así un aire suave y sutil de primavera en plena ebullición.
“Dan la impresión de que son pequeñas nubes de algodón colgando de los árboles. Me pareció una imagen sumamente hermosa para este dormitorio”.
Emma Barrail
Para la elección de los colores, la decoradora se tomó el tiempo de conocer a la habitante de este espacio para ser capaz de reflejar su personalidad y así poder crear un sentido de pertenencia al mismo. “Desde el principio, mi intención fue crear un ambiente romántico y tranquilo”, cuenta Emma Barrail. En la pared del fondo podemos ver un mural de cerezos en flor, que fueron seleccionadas por la delicadeza que inspira esta planta al florecer.
La blanquería y ropa de cama es un conjunto de elementos adquiridos de varias tiendas. Los almohadones artesanales dan un toque más tierno al ambiente. También podemos notar flores, mariposas y pájaros volando tanto en el papel de la pared como en los detalles decorativos.
Los muebles, las camas y la mesita, que ya pertenecían a la familia, fueron restauradas para poder combinar con el ambiente. Las estanterías fueron hechas para crear un marco iluminado al hermoso empapelado. El tocador fue realizado a medida para que la niña guarde sus accesorios.
