Vida nueva a los objetos
El valor de los recuerdos
Una vez que María Pidal analiza el estilo de vida, los gustos y las pretensiones de sus clientes, decide cuáles serán los objetos que serán reutilizados. A continuación, te presentamos tres casas fantásticas unidas por la creatividad que la decoradora pone en ejercicio para renovar la memoria de cada uno de sus propietarios.
En la mayoría de los casos, y en estas casas en particular, los clientes ya contaban con algunos elementos o gran parte de mobiliario, cuadros y objetos. “En estas tres casas, se recurrió mucho al reciclado, algo que me gusta mucho hacer por varios motivos: uno, no tiramos basura, y de esta forma preservamos el medioambiente; dos, conservan algo a lo que tenían mucho cariño; y también gastan menos”, menciona.
Para ella, es importante tener un espacio para recordar momentos o experiencias que cada uno de sus clientes vivió. “Lo que amo de mi trabajo es transformar en arte lo recuerdos de herencia y viajes que tenían guardados, poniéndolos en lugares donde puedan lucirse. En mis obras todo sirve, todo vale”, asegura.
Al momento de hacer las compras, la decoradora prefiere ir a diferentes tiendas, donde solo encuentre pequeños detalles que ayuden a transformar el ambiente que quiere realizar a partir de los muebles y demás objetos que decidió reutilizar. “Ninguna casa es de catálogo. Cada una tiene su personalidad y eso lo logro haciéndolo a mi manera, recurriendo a un montón de lugares, descubriendo el mueble o el objeto adecuado para cada lugar, para cada cliente”, señala la profesional. María describe su trabajo como pintar un cuadro: “Lo miro, lo veo y lo voy creando. Si no me convence algo, lo borro y lo vuelvo a pintar, hasta que quede listo hasta el último detalle”, agrega. De esa manera va consiguiendo las mezclas que más le gustan y logra ambientes singulares, con personalidad y sobre todo acogedores.
Arte heredado
Parte de la decoración fue adquirida de diferentes tiendas. Sin embargo, María Pidal se caracteriza por trabajar entorno a los objetos de herencia familiar y recuerdos que los propietarios del hogar quieren mantener.
Las paredes están cubiertas con cuadros de artistas de la familia y otras pinturas de artistas nacionales. “Cuando intervine esta casa, la dueña me mostró todas las obras de arte que tenía. Las separé pensando en el criterio con que encaré cada habitación. En la sala donde están las más coloridas fueron las que me parecieron las más adecuadas, ya que es un estar diario, y la idea fue lograr un ambiente más alegre”, dice Pidal. En el lugar de la alfombra principal de esta sala, decidió colocar una de yute creando así contrastes cromáticos que generan una sensación de frescura.
En el fondo, destaca una pintura de Michael Burt. En la biblioteca vemos un estante, parte de la herencia familiar, que contiene libros y algunos antiguos adornos que pertenecen a la propietaria. “Hay muchos sentimientos involucrados, eso juega un papel muy importante a la hora de decidir qué reciclar y qué no”, acota. Para el estar diario, la profesional recurrió a una tapicería sencilla, ya que el hogar es frecuentado por niños.
Living acogedor
Para la sala principal de esta casa, la decoradora recurrió a almohadones de colores vivos para cortar los neutros y dar un toque de vida a todo el ambiente. A cada uno de los muebles de esta habitación se complementan recuerdos, libros, velas y plantas naturales que generan un espacio agradable y armonioso.
A un lado de la chimenea lucen los cuadros de los artistas nacionales Edith Giménez y Michael Burt, junto a un espejo y un reloj antiguo. En la otra pared, podemos apreciar un conjunto de cuadros pintados en su mayoría por la familia. Los adornos y recipientes con los que ya contaba el cliente, fueron distribuidos entre la chimenea y la mesa del centro que también tiene una bombonera que es utilizada como florero.
En este ambiente, María Pidal sacó provecho del espacio cambiando la disposición de los muebles, que terminaron enfrentándose ante la chimenea, ya que los propietarios querían que la decoración se inspire en torno a esta.
Frescura en los detalles
Una sala llena de arte, recuerdos familiares y viajes. La sala destaca con sus antiguos candelabros convertidos en lámparas y su juego de sillones con tapicería de cuero de los años cincuenta. Además, también cuentan con sillones de ratán y unos restaurados baúles y valijas que son utilizados como mesas laterales. En las paredes, vemos los magníficos cuadros de Josefina Plá, Michael Burt y Ogwa, entre otros.
El propósito de los espejos acá, además de decorativos y el valor de los marcos antiguos, tienen que ver también con el feng shui. “Según el feng shui, es bueno tener espejos en las entradas de las casas, ya que se dice que este puede rebotar la mala onda de las personas que ingresan”, cuenta la decoradora.
Sobre la pared, se pueden ver cuadros de Macarena Ruiz, Michael Burt y Carlos Colombino, entre otros. Y en los muebles, sobresalen una infinidad de muebles reciclados, regalos de infancia de la dueña, y otros recuerdos de viajes, motivos por el cual fue importante reciclarlos.