Elegancia irreverente
Neoclasicismo repleto de contrastes
Este proyecto de interiorismo, firmado por Larissa Felippo, despliega un sinfín de texturas, finos acabados y dosis de color con múltiples influencias. Caracterizado por la elegancia atemporal, el arte por doquier y la atención al detalle, la profesional redecoró algunos espacios de su propio hogar con una reinterpretación del estilo neoclásico, como recordatorio de que las piezas de calidad y con buen diseño duran toda la vida.
El diseño interior es la herramienta que tienen las personas para hacer de su espacio físico una expresión de su propia personalidad, sus gustos y e influencias. Esto lo entiende a la perfección la arquitecta e interiorista Larissa Felippo, quien en la búsqueda constante de ideas innovadoras y nuevas composiciones, decidió replantear la decoración de su propio hogar. Nos comparte el resultado en estas páginas.
“Definitivamente el estilo de este proyecto es neoclásico y contemporáneo”, comenta sobre los códigos estilísticos que rigen estas dependencias visitadas. El recorrido inicia por la sala principal, donde se puede apreciar una convivencia de mobiliarios tanto antiguos como actuales ya que, a elección personal de la profesional, “me gusta mezclar pero en la medida justa. Evito caer en excesos de lo uno o lo otro”.
La mayoría de los muebles se adquirieron en anticuarios de Buenos Aires, para crear un ambiente europeo antiguo, pero con la puerta abierta a otras inspiraciones. Para ella, tomar una pieza vintage como punto de partida es un recurso válido, ya que se puede balancear el entorno con toques modernos. Crear espacios atemporales es la finalidad.
No solo la sala principal, sino cada espacio intervenido cuenta con varios puntos focales. En lo que al arte se refiere, en este hogar las obras abundan. En el mismo recibidor apreciamos el rostro de Annette, hija de Larissa, en un retrato hecho por Lucero Villalba Hagelstange; en otros recintos, como el comedor, destacan las flores pintadas por la artista Lilí Del Mónico. “En mis proyectos no debe faltar el arte y este siempre va acompañado de una buena pieza de mobiliario que lo complementa”, afirma Larissa.
El foyer es el primer ambiente que todo visitante aprecia apenas ingresa al hogar. Este, lejos de pasar desapercibido, destaca con su propia identidad, lograda a través de una mezcla de materiales sofisticados y elementos naturales. 
El punto focal de la sala de estar es un cuadro con el rostro de Anette, una de las hijas de la arquitecta e interiorista, encomendado al artista Lucero Villalba Hagelstange. Desde esta obra, los demás ornamentos y mobiliarios dialogan en sintonía.
En los metros cuadrados de cada dependencia, desde el comedor, pasando por el bar y el baño hasta el jardín, la elección del mobiliario se basó esencialmente en piezas que juntas dialogan en sintonía y son atemporales.
“Me gusta mucho el animal print y los tonos de la naturaleza. También cuento con mucho verde, me parece un color elegante y fácil de combinar”, refiere la profesional en cuanto a recursos ornamentales como los estampados y la tonalidad, dosificada con el uso del negro y la calidez de la madera.
En el comedor social destacan las vigas de madera y un gran aparador con biblioteca como referente del espacio. Este importante mueble de apoyo, además de su funcionalidad, cuenta con dos paneles que se deslizan y esconden una smart TV de 65 pulgadas, para un día a día mucho más refinado y elegante. Como la iluminación también es esencial para todo proyecto de interiorismo, y determinante a la hora de destacar elementos decorativos, dos grandes campanas de luz acompañan la puesta.
En el comedor social destacan las vigas de madera y un gran aparador con biblioteca como referente del espacio. Este importante mueble de apoyo, además de su funcionalidad, cuenta con dos paneles que se deslizan y esconden una smart TV. 
Larissa se declara fan de las piezas únicas que ayudan a crear un ambiente diferente. Esos objetos pueden ser un accesorio en especial, un tono de pintura, un tapizado con diseño o la armonía entre todos ellos.
La zona del bar, al igual que otros rincones de casa, puede albergar un estilo alineado con el resto del interiorismo. Aquí, lo clásico y lo étnico se juntan para mostrar un nuevo perfil de la residencia. Larissa no escatimó en detalles: recurrió a ornamentos y marcos dorados, incluyó importantes luminarias y camufló los suelos con alfombras.
“Una casa con alma es aquella con personalidad, con carácter, como sucede con las personas, dotada de identidad propia”, reflexiona al dejar en claro que la intención de este proyecto es transmitir sobre todo elegancia y sofisticación en espacios cálidos, “de esos que disfrutás en cada detalle y te transportan a algún lugar del Viejo Continente”.
En el área del bar la profesional no escatimó en detalles, y un ejemplo de ello son los tiradores de las gavetas en resplandeciente tono dorado. 
Nuestra anfitriona confiesa que en el baño social también se divierte jugando con cuadros, papeles de pared, colgantes, apliques y mármol. Más es más, y este recinto no tiene por qué ser menos importante que los demás. A estos refinados materiales se suman un espejo añejado y figuras geométricas con los ya infaltables detalles dorados. Larissa recalca que “existen piezas particulares que, a mi criterio, hacen absolutamente toda la diferencia, así como ciertas combinaciones que cantan sofisticación”.
Las piezas statement también pueden destacar en un ambiente outdoors y, para finalizar este tour, llegamos hasta el jardín, donde la influencia del Viejo Mundo cobra mayor protagonismo. En esta pequeña parcela exterior, a diferencia del interior, se adueñan del espacio los tonos neutros y un conjunto de mesa y sillas en hierro mucho más romántico que otros juegos. Como las tendencias regresan cada cierto tiempo, el busto clásico, por supuesto, toma un papel protagonista.
