Adriana Sorrentino

Un componente esencial que define muchas veces el tono de la boda es la tarjetería. Para Adriana, al elegir los colores y el papel, desde su estudio creativo buscan crear algo que transmita la esencia de los clientes. “Es tratar de captar la idea, trabajar, desarrollar con los novios, generalmente con las novias, y así plasmar el deseo de cada una de ellas en las invitaciones”, explica la diseñadora. Los detalles de cada invitación son únicos y especiales, y buscan despertar interés y generar emociones en la persona que la recibe. 

Adriana nos presenta, en esta edición especial de bodas, en conjunto con Leonor De Blas, la fotógrafa que retrató estas cinco propuestas de papelería social, y nos comenta la particularidad, el gesto y el detalle de cada una de ellas.

Para esta ocasión, la pareja eligió la ilustración de una capilla que se encuentra dentro de la propiedad donde se realizó la boda. El estilo es clásico, acompañado de una tipografía inglesa sobria y armoniosa. Félix Toranzos es el artista que intervino la tarjetería con una ilustración realizada en grafito, que realza el diseño dándole un toque artístico y especial. La tarjeta está hecha en cartulina italiana de alto gramaje, con un sobre de solapa en punta recta y, finalmente, un monograma en alto relieve.

Una de las características que resalta en esta propuesta es la combinación de texturas en diferentes materiales. La utilización de papel artesanal le otorga un valor agregado especial, dándole un toque de sofisticación, así como la impresión realizada en stamping de oro.

El menú impreso es otro de los grandes elementos que componen y acompañan la papelería de boda. Formatos clásicos, realzados con el material elegido, dan distinción y unidad a la mesa.

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La tarjeta está inspirada en un deseo de la novia de plasmar dos ilustraciones muy importantes para ella. Las ilustraciones en acuarela retratan la fachada de una histórica casona familiar que data de 1850. Se utilizó papelería italiana de alto gramaje, tipografía inglesa y las ilustraciones fueron realizadas por un arquitecto amigo de la familia. La tarjeta iba envuelta de pergamanta y organza de seda natural. Las cintas de organza fueron rasgadas a mano y estacionadas durante dos meses en esencias de gardenia, que fueron traídas de Marruecos, para que las tarjetas tuviesen un toque aromático.

Adriana caracteriza a esta propuesta como una invitación clásica en un formato más moderno. El toque íntimo está marcado por la tipografía realizada por el padre de la novia, a mano alzada y en tinta china. En ese sentido, lo que llevó un gran trabajo fue el lineamiento de la tipografía. Para las invitaciones, Adriana generalmente utiliza colores naturales, clásicos, entre los marfiles y los blancos. Sobria y simple, son las cualidades que destacan a esta propuesta, y la hacen adaptable a cualquier estilo de decoración.

Aquí vemos dos sobres de colores distintos, uno en un color más fuerte, que es una tendencia actual según Adriana. La tipografía, inglesa clásica, plasmada en una tonalidad verde. La tarjeta cuenta con un marco de relieve bien grueso. Tiene el sello lacrado con un monograma hecho y diseñado exclusivamente a gusto de la novia. El papel es uno de alto gramaje, de color marfil. La producción de esta tarjeta fue realizada en Estados Unidos. Adriana realizó el diseño y viajó a Miami para realizar el proceso de impresión, ya que la novia reside allá.