Bridal lookbook 2019-2020

Aunque los altibajos emocionales abundan durante el planeamiento de la boda, en realidad me refiero a la combinación de largores en el dobladillo de los trajes de novias. Diseñadores como Mira Zwillinger, la salvadoreña Francesca Miranda, la ascendente Danielle Frankel y la siempre perfecta Monique Lhuillier ofrecen opciones más modestas para aquellas que aman sus piernas, pero que no se sienten cómodas casándose en mini. Este modelo corto adelante y largo atrás es muy favorecedor, y puede adaptarse tanto a un sobrio civil como a un vaporoso look de fiesta. Los diseñadores de Oscar de la Renta no dudaron en combinar esta tendencia con encajes, transparencias y mucho volumen.

Sin duda, una de las principales tendencias para este 2019 fueron los blazers, y estos seguirán imponiéndose para 2020. Esta pieza sastrera típicamente masculina invadió los placards femeninos hace décadas, pero recientemente escaló hasta una de las ocasiones más solemnes de la vida de la mujer. Los casamientos (y no solo los civiles) se llenaron de sacos combinados con minivestidos o pantalones, indistintamente, como una respuesta directa al deseo de muchas novias de alejarse de lo pomposo.

Aunque queda perfecto en aquellos cuerpos más altos, sin duda es una herramienta útil para disimular algunas imperfecciones (si se desea), especialmente si se combina con una mini y se permite a las piernas tomar el control de la situación. Lo vimos en las propuestas de diseñadores como Reem Acra, Suzanne Neville, Dior, Cushnie y Danielle Frankel.

Si tuviéramos que elegir una palabra para describir esta tendencia, esa sería “fresca”. Las novias boho tienen muy claro lo que buscan: movimiento, soltura y frescura. Los diseñadores interpretan esta tendencia de distintas maneras. Por ejemplo, Maria Grazia Chiuri, de Dior, presentó vestidos muy sueltos en su desfile Resort 2020, con transparencias y faldas bien amplias, a partir de distintos tipos de encajes artesanales. Temperley London propone una combinación entre siluetas más ceñidas en el torso y apertura en las piernas, con mangas que dan cierto sentido de modestia a los trajes. Algunos diseñadores enamorados de este estilo son Elie Saab (aunque te sorprenda), Giambattista Valli, Zuhair Murad y Naeem Khan, quienes agregan toques de brillo estratégicamente ubicados para elevar el conjunto.

Para enfrentar villanos, protegerte del clima y, también, para casarte. Las capas llegaron hace unos años, primero a la alfombra roja y después al altar. Esta temporada, marcas como Monique Lhuillier, Jenny Packham, Marchesa y Mira Zwillinger proponen las clásicas que empiezan en el cuello o en los hombros mismos, siempre con algún grado de transparencia; aunque la misma Packham también sugiere las capas más sólidas, del mismo color y opacidad que el vestido, un estilo al que se sumó Viktor & Rolf. No faltan los looks en los que la capa está unida a unas mangas, facilitando una transición del abrigo al despojo en un sencillo paso.

Esta tendencia es perfecta para aquellas que desean vivir su mejor fantasía de cuento de hadas, pero en versión adulta. Este elemento aporta un toque de distinción único, por más que esté confeccionado en un género romántico como el encaje, y también puede adaptarse a estilos minimalistas (como Cushnie) como a aquellos que aman el frou frou (como Zuhair Murad).

Las novias atrevidas son las más divertidas (dicen), y aquellas fashionistas estarán de acuerdo con que las mangas son la nueva declaración de moda camino al altar. Pomposas, armadas, colgantes o amplias, no estoy hablando de las típicas mangas largas ceñidas y transparentes, sino de las que imitan flores y las que son como estructuras arquitectónicas de seda y tul. Vera Wang, una de las más emblemáticas diseñadoras bridal, se hizo eco de esta tendencia con unas que solo cubren codos y antebrazos. Otras marcas que explotaron este estilo son Marchesa, Naeem Khan, Lela Rose, Francesca Miranda y Viktor & Rolf. ¿Te animás?

Atrás quedó la época en que la novia debía parecer virginal y modesta. La primera década del siglo XXI nos trajo una mujer libre y con ganas de disfrutar del día más especial de su vida con comodidad y frescura, dejando lucir su personalidad y juventud sin tapujos. Los minivestidos son siempre una excelente opción, incluso para aquellas que buscan dos outfits, uno más principesco para el momento de solemnidad y otro más descontracturado para la fiesta.

Las minis pueden ser bohemias, glamorosas, sobrias y minimalistas, y hay diseñadores para todos los estilos. Nos encantaron las propuestas de Mira Zwillinger, Chanel, Eliee Saab, Lela Rose, Naeem Khan, Oscar de la Renta y Pronovias (que tiene buenas opciones para las chicas plus size). Los vestiditos de Viktor & Rolf combinan alta moda en esta tendencia, así que sería una buena inspiración para las novias fashionistas, al igual que Tomo Koizumi, el diseñador japonés de 30 años debutó su primera colección en el New York Fashion Week este año, en la tienda de Marc Jacobs.

Este elemento, traído directamente de los años 50, nunca va a pasar de moda. Ya el año pasado, nuestra querida Vale Gallarini habló de ellos, y este año (¡y el siguiente!) seguirán presentes. De todos los tamaños, con distintas formas, adelante o atrás, los moños son perfectos para entallar la cintura, sumar volumen en los hombros, resaltar a las mujeres más esbeltas o hacer una declaración, como el que propone Oscar de la Renta al combinar un top strapless con pantalones y un moño que va desde los omóplatos hasta los talones, para convertirse en una elegante cola.

Carolina Herrera también escogió al moño como uno de los protagonistas de la temporada Bridal Spring 2020, pero de una manera más romántica, al igual que Marchesa.

Si hay algo que llama al glamour son las plumas, pero no me refiero a las grandes y ostentosas, sino a las finas y delicadas que eligen diseñadores como Jenny Packham, Zuhair Murad y Naeem Khan. Hasta Oscar de la Renta se subió al tren con un vestido hermoso completamente emplumado que, lejos de la vulgaridad, es una oda al buen gusto y el lujo. A la hora de optar por plumas, hay que considerar que hablamos de un volumen agregado y, por ende, debe estar estratégicamente localizado en el cuerpo para no sumar tamaño a zonas que preferimos ver más esbeltas. Por ejemplo, si tenemos el busto amplio, podemos aplicar las plumas más ligeramente y no de forma tupida.