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El nacimiento de una villana

Y una oda a la moda

Una historia que no esperábamos, pero que desde su anuncio solamente ha generado anticipación: el origen de la infame Cruella de Vil. La película se estrenará a finales de mayo así que, mientras esperamos con pororó en mano, nos adentramos en el fascinante diseño de vestuario de la mano de la ganadora del Oscar, Jenny Beavan.

El escenario: Londres en plena década de los 70, el momento más disruptivo de la cultura mainstream, un antes y un después para la música y la moda. La protagonista: una joven marcada por un trágico pasado y una gran pasión por la estética. La historia: el nacimiento de una de las villanas más icónicas del cine, una de esas que odiamos por default y cuyo deseo de venganza oscurecía su vida… hasta ahora. 

Y por si no fuera suficiente para entusiasmarte, la nueva película de Disney tiene en el papel estelar a Emma Stone, una de las actrices más queridas de Hollywood y de las más celebradas de los últimos años. Estamos hablando de Cruella, que se estrena mundialmente el próximo 28 de mayo. 

El origen de esta villainess está íntima – mente ligado al mundo fashionista y es por eso que el diseño de vestuario debía ser impecable. El honor de crear las prendas para esta superproducción recayó en Jenny Beavan, ganadora de dos premios de la Academia por su trabajo en A Room With A View (1985) y Mad Max: Fury Road (2015), además de otras ocho nominaciones en su haber. 

Beavan preparó más de 250 looks para este filme y 47 cambios de vestuario únicamente para Estella, el personaje de Emma Stone que evoluciona hasta convertirse en quien todos conocemos hoy. “Cruella representa un com – promiso enorme porque se trata de moda. Y es un guión bastante denso; ves un arco completo de su trayecto, desde ser una niña joven que es rebelde y, obviamente, disfruta de la ropa, a un tipo de diseñador completamente desarrollado y muy individual”, explica la vestuarista. 

La época escogida para el desarrollo de esta historia influye directamente en el estilo del personaje y de quienes la rodean, dice Beavan: “Estuve presente en los 70, lo recuerdo bien. Yo no tenía mucho dinero entonces porque todavía trabajaba en teatro, pero recuerdo lo que la gente vestía y las varias influencias presentes. Pienso que cuando empecé en ello [el vestuario] miré revistas viejas del periodo. Vogue está bien disponible en línea, así que fue muy útil ver lo que la gente estaba usando para la alta moda de, por ejemplo, la Baronesa”. 

La Baronesa de quien habla Jenny no es otra que la antagonista del filme. La némesis de Estella está encarnada por la ganadora del Oscar Emma Thompson, quien da vida a una mujer histriónica, elegante y perversa, la reina de la escena de la moda en esta versión ficticia del Londres punk de los 70. Es la antítesis de Estella; la joven representa el futuro y la innovación; la Baronesa es “a la antigua”, es la figura central de una casa de diseño que ve el talento en los demás, pero lo utiliza y abusa en su propio beneficio. 

Jenny creó 33 cambios para Emma Thompson basada en el estilo de Dior y Balenciaga en aquella época, entre otras grandes casas. “Emma tiene una sorprendente figura y ama usar ropas como estas, lo disfruta, lo cual aporta al vestuario completo”, dice y agrega: “Como podés verlo, ella lo encarna”. 

En cuanto a Estella, la inspiración llegó de la disrupción. Obviamente se destacan los looks del estilo de Vivienne Westwood, John Galliano y otras personas que optaron por cosas más individualistas e interesantes. “Lo que recuerdo de haber ido al Mercado Vintage de Portobello fue comprar piezas y cosas pequeñas, y luego armarlas. Particularmente los elementos militares eran muy populares en la época, los cuales vestías con jeans o una falda con volados. Los 70 fueron un periodo muy interesante por traer la libertad al foco central y fue ahí donde realmente busqué encontrar mi camino con ella”, agrega Beavan. 

La vestuarista tomó un enfoque bastante interesante para encontrar la identidad visual de Estella. En primera instancia, llenó 10 maletas de ropa y las llevó a la casa de Emma Stone en Los Ángeles, donde la actriz se probó cada pieza que tenía algún sentido de diversión o parecía contar con el tono correcto para la película, buscando una forma de combinarlas de manera tal que funcionaran tanto para Emma como para el personaje. Llegaron por la mañana, se instalaron en el garaje de su casa y luego pasaron a la cocina para las pruebas. Esta sesión fue la base de la mayoría de los looks; aunque no usaron muchas de las ropas en sí, estas se convirtieron en la inspiración.

Otra versión

Cruella apareció por primera vez en las páginas del libro The Hundred and One Dalmatians, publicado en 1950 por Dodie Smith, y luego en la película animada de Disney del mismo nombre, en 1961. Tres décadas después, Glenn Close interpretó a la villana en la versión live action de 1996 y en la secuela del año 2000. Como personaje, continúa fascinando a la audiencia y a los creadores por igual, pero Jenny Beavan asegura que ninguna de las apariciones previas influyó en la creación de los looks para esta película. La razón detrás de esta decisión tiene mucha lógica, una vez que la analizamos: como se trata de una historia de origen, Jenny desarrolló el estilo que Cruella (mejor dicho, Estella) tendría en su juventud, mucho antes de como la conocimos. 

The little red dress

Si ya viste el avance oficial de Cruella, sabés que en el centro de todo se encuentra un glorioso vestido rojo que Emma Stone viste como una verdadera reina. En el guión, es la deconstrucción de una pieza de la Baronesa, uno que Estella vio en el Artist Vintage Store de Portobello. El rojo fue elegido para contrastar y resaltar en el momento de su develación, en medio de una gala con tenida blanco y negro. 

El traje original ya contenía suficiente tela para dar lugar a la nueva creación. Para encontrar este diseño, Jenny Beavan se basó en un vestido rojo barato que compró en Beverly Hills solo para saber cómo se veía en Emma. “Era un color genial y ella se veía maravillosa en él. En un punto pensé que esa misma pieza casi podía funcionar, se veía tan bien”, recuerda. 

Algunos de los trajes que Emma Stone viste -especialmente el que lleva cuando monta al auto- requirieron un montón de trabajo manual por parte del equipo de vestuario. No había forma de coser a máquina cientos de trozos de organza (el material necesario para mantener el look relativamente ligero para poder ponérselo), así que hubo momentos en que todo el taller estaba abocado a un trabajo particular. 

A diferencia de previas ocasiones, Beavan no pudo realizar el proceso colaborativo que le gusta llevar a cabo en conjunto con los actores. Usualmente, el intérprete tiene cierta opinión sobre lo que va a vestir basándose en los matices de su personaje. En esta ocasión, la profesional reconoce que sus creaciones están más bien al servicio de la historia, dictadas por el guión, pues cada traje remarca o profundiza lo que sucede en pantalla. “Pero no importó, porque todos nos llevamos bien y parecía que realmente disfrutaron lo que estaban vistiendo”, acota.

Los perros de Cruella

En la nueva película contamos con 16 intérpretes caninos, perros actores que forman parte de la importante trama. Esta vez, Disney quiso hacer un cambio fundamental en las motivaciones del personaje, alejándola más de su lado villanesco y acercándose a un estatus de antihéroe: Estella no quiere lastimar a los animales. Definitivamente, un cambio radical que hace al personaje de Emma Stone más cercano, lo que facilita la empatía de la audiencia. La producción aclaró que muchas de las escenas con perros fueron hechas a través de efectos visuales, y donde se requirió presencia de ejemplares reales, contaron con la vigilancia cercana de la American Humane Society. La mayoría de los animales presentes ante cámaras fueron salvados de las calles, mientras que otros llegaron con sus entrenadores. Felizmente, todos los perros rescatados encontraron hogar después de la película.

Una nueva perspectiva

Después del gran éxito que representó para Disney las películas live action de Maleficient, la megacorporación del entretenimiento decidió continuar con esta racha trayendo a la luz el origen de Cruella de Vil, a quien bautizaron Estella para contar al público acerca de su niñez y juventud. 

Al frente de este ambicioso proyecto está el director Craig Gillespie, conocido por su aplaudida y premiada obra I, Tonya (2017) y la película de culto Lars and the Real Girl (2007). Justamente esa habilidad para retratar a una mujer compleja, una antihéroe femenina llena de matices, fue la que le valió la confianza de Disney. Sin dudas, su capacidad para resaltar la humanidad de aquellos personajes desechos, rotos, será clave para el éxito de Cruella, a estrenarse este 28 de mayo en salas de todo el mundo.

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