Image Alt
 • Arte  • Entrevistas  • Esperanza Mayor

Esperanza Mayor

De la gestión a la expresión

Estudió Contabilidad, pero casi desde el principio dedicó estos conocimientos al mercado artístico. Esperanza Mayor es una artista, galerista y gestora que fundó Casa Mayor, un espacio de exposición y encuentro cultural. Para ella, la curaduría y el coleccionismo hechos por mujeres fueron elementos clave para rescatar nombres invisibilizados.

“El arte hecho por mujeres ha sido históricamente subvalorado, tanto en reconocimiento como en mercado, pero hoy hay una mayor conciencia sobre la necesidad de reescribir la narrativa desde una perspectiva más inclusiva”, comienza nuestra entrevistada. Y agrega: “Desde el momento en que una mujer experimenta la necesidad de buscar algo, de cambiar la forma de un objeto, de ponerle un color, ya es una artista y feminista, pues está tratando de poner palabras, que quizás no pueda decir, en la obra”.

El arte hecho por mujeres ha sido históricamente subvalorado, tanto en reconocimiento como en mercado, pero hoy hay una mayor conciencia sobre la necesidad de reescribir la narrativa desde una perspectiva más inclusiva

Esperanza Mayor

Nos cuenta que, hoy, el mercado del arte se basa más en conceptos de oferta y demanda, que a su vez responden a factores propios de la obra, como la técnica, la investigación, la originalidad, la calidad y más. Ya no tiene peso si la firma es femenina o masculina: “Las exposiciones y eventos comenzaron a incluir más trabajos de mujeres y a ofrecer plataformas para la discusión sobre desigualdades. Muchas galerías e instituciones están incorporando la perspectiva de género en sus curadurías. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para equilibrar la representación en museos, libros de historia, etcétera”, acota.

A su criterio, la incursión de las mujeres en la práctica curatorial aportó una visión alejada de esas narrativas impuestas por varios siglos. “Es una mirada íntima, diversa y muchas veces transgresora, que rompe estereotipos y abre nuevos discursos sobre la identidad, el cuerpo, la historia y el poder. La curaduría realizada desde una perspectiva femenina ha sido clave para resignificar y destacar obras y artistas que han sido marginados en la historia del arte tradicional”, menciona.

En este mismo sentido, Esperanza no solo destaca el rol de las coleccionistas para dar visibilidad a las creadoras, sino también para explorar nuevas formas de narrar el arte con perspectiva de género: “El coleccionismo femenino también ganó relevancia, con mujeres que no solo adquieren obras, sino que construyen relatos mediante sus colecciones, apoyan a artistas contemporáneos y promueven el cambio en el mercado”, apunta.

La galerista coincide con que, en el ambiente de nuestro país, las artistas han conquistado un lugar clave. “Muchas abordan temas relacionados con la identidad cultural y de género, reflejan sus experiencias como mujeres paraguayas en sus obras”, menciona.

Su atenta observación del ambiente la lleva a destacar el rol femenino —y especialmente de los colectivos culturales generados en los últimos tiempos— para construir plataformas equitativas: “Las artistas están utilizando su trabajo no solo como una forma de expresión, sino también como un medio de activismo. A través de sus obras, buscan desafiar estereotipos y promover el empoderamiento”.

Esperanza ve, como resultado del debate y el activismo, una mayor interseccionalidad: “Hay un creciente reconocimiento de que las cuestiones de género están entrelazadas con otras formas de desigualdad, como las de clase, raza y etnicidad. Esto ha llevado a una mayor diversidad en las voces y experiencias representadas en el arte contemporáneo”.

Ella misma, en su rol de creadora, aborda una investigación de los objetos, su forma y su significado conceptual; los interviene y los aleja de la obviedad, utilizando en el proceso componentes orgánicos en interacción con materiales de la memoria.

En su caso particular, la artista nos confiesa que, desde que tuvo la oportunidad de retornar a la práctica creativa, se siente liberada. “Cuando vas viendo que le das forma a la idea que tenías, se siente maravilloso. El boceto y el diseño son el periodo de gestación y, a eso, le sigue el nacimiento de la obra”, añade.

Finalmente, reflexiona acerca de la importancia de generar espacios de cercanía con el arte y, además, acudir a ellos: “Se deben seguir potenciando las galerías porque estas son el respaldo financiero e intelectual de la obra”.

POSTEAR UN COMENTARIO