
Vale Gallarini
Herencia creativa
“La artista de la familia era mi mamá”, comienza firmemente Vale. Si hay algo que definió su infancia, fueron esos vínculos creativos que tenían la recordada actriz Myriam Sienra, su madre, y el coleccionista de arte Franco Gallarini, su padre. De la mano de ambos, desde chiquita visitó importantes exposiciones. Recuerda muy vívidamente, por ejemplo, haber recorrido exhibiciones de Ysanne Gayet y Ricardo Migliorisi en la adolescencia. “A veces, cuando tenía seis o siete años, me decían a mí que eligiera las obras”, rememora.
Al crecer se dedicó a la comunicación —incluso fue colaboradora de High Class durante muchos años— y, aunque nunca pensó directamente en el arte como una profesión, todos sus pasos la llevaron a la gestión de su propia galería. A finales de octubre de 2019, junto a su socia y amiga del alma, Laura Biagioni, inauguró BGN/Arte con una exposición de Cacho Falcón. De esta forma, retomaron las siglas de una marca de zapatos que habían llevado adelante juntas por cerca de 10 años. Para marzo de 2020, ya habían abierto una galería online, elaborada por otra amiga de ambas, Lorena D’Ecclesiis.
Vale menciona que, si bien en cada mes de marzo buscan dar algún tipo de destaque a las artistas, en realidad es algo que ocurre de manera orgánica durante todo el año, sin proponérselo de forma exclusiva. Asegura que “tenemos una cartera muy amplia, así que no hacen falta las fechas. No es que necesariamente nos centremos en el arte hecho por mujeres, para nada, sino que nosotras, al serlo, apreciamos mucho sus creaciones y trabajamos con varias creadoras emergentes activamente”.

Como testigo del horizonte artístico actual, afirma que todo lo que hacemos las mujeres está cargado de subtextos que son propios del género y de las condiciones individuales de cada persona. “Hay temas íntimamente ligados a nosotras, como el hecho de que te definan por ser o no mamá, que te pongan un corsé y te digan que esa es la medida que debés tener o que ya estás vieja para esto o aquello. Siempre nos ponen más límites y rótulos, y el arte, al ser un método de catarsis, es un vehículo donde las creadoras plasman ese mundo interior que, a veces, tiene un condimento de política social”, explica.
Siempre nos ponen más límites y rótulos, y el arte, al ser un método de catarsis, es un vehículo donde las creadoras plasman ese mundo interior que, a veces, tiene un condimento de política social
Valeria Gallarini
En esta misma reflexión, observa un entorno de artistas que se inclinan por la introspección. “Hay mucho de mirarse en el espejo para ver hacia dentro, fijarse en lo doméstico. Otra línea de trabajo muy cercana es estudiar el legado de alguien, no necesariamente una mujer famosa, sino del entorno familiar”, destaca.
En la larga lista de ejemplos que nos mencionó se encuentra, por ejemplo, Silvana Domínguez, de quien Vale resalta: “Ella, por ejemplo, tiene una obra inspirada en la moldería que venía en las revistas, porque la remiten a la memoria de su abuela, que la entretenía cortando pedazos de tela. Este recuerdo es el que la llevó a ser una apasionada de crear con las manos, incluso antes de entenderse como artista”.
Menciona la cerámica artística de la joven Jazmín Brizuela, quien precisamente tendrá una exposición en BGN/Arte durante el mes de marzo, que también es autora de las Gorditas y de una serie que Vale recuerda cariñosamente: “En ella, elaboró varias casas, donde cada una significaba una forma distinta de maternar: la madre temerosa, la que recluye a su hijo, la que lo deja libre. En fin, fue muy interesante el vínculo que hizo entre la figura materna y el hogar”, explica.
“Nosotras no queremos que sea una cuestión de marketing, sino incorporar esa visión a nuestro trabajo como mujeres galeristas al abrir las puertas a más mujeres”, detalla. De esta manera, manifiesta que en su espacio están siempre atentas a recibir a las chicas que vienen con propuestas para muestras o ideas.