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Darío Cardona

Creador multidisciplinario

Darío Cardona siempre estuvo muy vinculado al cine nacional. Realizó 16 cortometrajes antes del estreno de Felipe Canasto (2010), su primer largometraje. Tras esta presentación se dedicó a viajar, en lo que él describe como una búsqueda del amor, que lo llevó a encontrarse con la vida. Hoy regresa al ojo público para presentar una muestra con obras nunca antes develadas al público.

Fotografía: Javier Valdez.

Los años que siguieron al estreno de Felipe Canasto fueron de mucha introspección, especialmente dedicados a la producción silenciosa. En este periodo, lidiando con la muerte de sus padres, Darío Cardona inició un largo recorrido por el mundo, en el cual filmó casi obsesivamente lo que le sucedía, al menos cuatro horas por día.

El resultado de esa búsqueda interna, de ese peregrinar para sanarse y encontrarse a sí mismo, fue una enorme producción artística que condensó en su muestra Bitácora multidisciplinaria, compuesta por cuadros que nacen de los recuerdos de los lugares que habitó durante sus viajes, además de cortometrajes y el trailer de un largometraje que lanzará el año que viene: Amo. Videoarte, cine, fotografía y pintura convergen en su vida y en su producción artística.

¿Qué fue lo que te acercó al arte?

Las películas que veía de niño fueron mi primer contacto con el arte. Siempre tuve la fantasía de tratar de pertenecer al imaginario de las películas que veía de chiquito, como El Mago de Oz, Flash Gordon y Superman. Las películas que ya vi en mi juventud, desde Cinema Paradiso hasta Natural Born Killers, cimentaron esa atracción natural hacia el arte.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

En 1990 empecé a dirigir cortometrajes, luego fui a estudiar cine a California y, finalmente, me mudé a Buenos Aires, donde abrí una empresa de escritura de guiones y producción cinematográfica. Localmente me vinculé con el arte a través de varias ferias que produje en Asunción y a las que invité a otros artistas a exponer: Asunción habita, Asunción convulsiona y Asunción despierta, desde 1998 hasta el año 2000.

¿A qué te referís cuando hablás de tu bitácora?

Bitácora es el registro de un capitán de barco. Y como encajoné o guardé tanto material artístico en aproximadamente 11 años que anduve nómada por el mundo produciendo videos, fotografías, cuadros y pinturas que nunca llegué a presentar por no querer quedarme quieto —y por perfeccionista—, entonces esta Bitácora es una rebelión contra mí mismo.

Yo no soy un creador de lo inmediato, me toma mucho tiempo crear. Tengo que sentirlo, procesarlo, digerirlo, pensarlo y volverlo a procesar, abandonando mi perfeccionismo.

¿Por qué guardaste esta producción por tanto tiempo?

Después de mi primer largometraje, Felipe Canasto, me encerré. Sentí que no transmití mi esencia y salí a filmar todos los días por cuatro horas sistemáticamente. Fue un periodo de mucha introspección y producción. Coincidió también con la partida de mis padres y una profunda cacería del amor en todos sus modos. Fue una búsqueda y un encuentro. Me autoproclamé un buscador del amor y, en todo ese proceso, me encontré con la vida.

¿Cómo fue el proceso de reagrupar todo este enorme material de 14 años?

Hace siete años, un grupo de compañeros cineastas vieron en San Francisco las cápsulas que grababa diariamente y mis guiones guardados, y me dijeron que era hora de mostrar los hijos. Y así me animé a esta segunda larga travesía de agrupar el material, editarlo y darle forma hasta llegar a desnudarme ante el público. Creo que todo lo que muestro es una manera de desnudar mi alma.

¿Alguna obra especial entre las que estás presentando en esta muestra?

Hay una pieza de video llamada Amo, disponible en www.cardonah.com, que cierra el espíritu de toda esta travesía. Es el modo más directo de mirar a mis miedos de frente y dejar que el viaje ocurra.

Contame más sobre tu serie pictórica Bruma.

Esta serie de cuadros nació como un ejercicio de capturar los momentos finales de mis viajes y de mis videos. Cuando los retomaba, los imprimía en vivo y pintaba encima de la fotografía mi memoria de ese instante. Después veía que mis memorias no eran fidedignas, y las quemaba con distintos grados de ácido; y así las volvía a pintar y a quemar, hasta que dejaban de ser un recuerdo y se transformaban en una obra autónoma, que ya no necesitaba de mí o de mi memoria para existir.

¿Cómo describís tu proceso creativo?

Siempre parto de una imagen o momento que me emociona. Yo no soy un creador de lo inmediato, me toma mucho tiempo crear. Tengo que sentirlo, procesarlo, digerirlo, pensarlo y volverlo a procesar, abandonando mi perfeccionismo. Tuve que entender que yo soy el caos y siento que desde ahí sale una suerte de mirada final y auténtica.

Yo no me considero artista, podría llegar a llamarme creador, porque creo que todos —todo el tiempo— creamos. Y aquello que todos estamos creando de distintas maneras cada día es arte.

¿Cómo surge tu cortometraje Limerencia?

Es una pieza de videoarte extensa. Limerencia es una palabra que designa un estado mental involuntario que surge como resultado de una atracción romántica por parte de una persona hacia otra, combinada con una necesidad imperante y obsesiva de ser respondido de la misma forma.

Grabé con un celular usando textos clásicos del amor recitados y actuados por importantes actores como Paola Irún, Margarita Irún, Alicia Guerra, Silvio Rodas, Jorge Báez, Hernán Melgarejo, Fabio Chamorro, Sonia Amarilla y Ana Rosa Guggiari. El trabajo con los actores me hizo sentir el amor en su tiempo real, pero también atemporal, quieto y hipnótico. Decidí entrelazar los videos con imágenes en las que rindo homenaje a películas; utilizo ritmos y otros sonidos rápidos y estridentes que tienen que ver con lo que aturde de la nueva tecnología. Es la mezcla de dos modos y dos tiempos del amor.

Fotografía: Javier Valdez.

¿Cómo uniste todas estas narrativas y medios diferentes para la muestra?

Más que cómo, te puedo contestar un para qué. Pensaba en la democratización de las artes, por eso decidí hacer esta especie de trailer universal de mis obras que es mi Bitácora. Esto es un avance de lo que hice, hago y seguiré haciendo, porque siento que soy y seguiré siendo un creador multidisciplinario hoy en día muy cautivado por la web y sus ritmos.

En tu muestra también lanzaste tu página web Cardonah.com. Contame sobre lo que la gente puede encontrar en este portal.

Ahí la gente puede leer literatura y guiones cinematográficos de mi autoría, observar los cortometrajes, ver por primera vez online Felipe Canasto y el trailer de mi próximo largometraje, Amo, así como el proyecto más ambicioso que tengo: abrir una social store con artesanía de lujo, contando las historias de quienes la hacen.

¿Qué es el arte para vos?

Yo no me considero artista, podría llegar a llamarme creador, porque creo que todos —todo el tiempo— creamos. Y aquello que todos estamos creando de distintas maneras cada día es arte.

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