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Fundación Alda

Educación integral en comunidad

Los esfuerzos de la Fundación Alda se resumen en la idea de que la educación transforma comunidades. En 2003, esta organización inició como un testimonio de amor de una pareja catalana hacia sus hijos paraguayos. En esta ocasión, conversamos con Diego Martínez, actual director ejecutivo, sobre la filosofía que mueve sus diferentes programas.

Rita Rosés y Jordi Robinat son una pareja catalana que encontró en Paraguay la oportunidad de prosperar. Aquí conformaron su familia junto a sus hijos paraguayos, Alberto y David, quienes son la razón de su vida. En 2003, decidieron crear la Fundación Alda, con un guiño a los nombres de su descendencia. El objetivo era contribuir a la educación y el desarrollo del país que les dio la oportunidad de cumplir sus sueños.

Hoy, esta organización llega a ocho departamentos a nivel país. Más de 41.100 niños son beneficiados por sus programas en 356 escuelas ubicadas en 37 distritos. “Los fundadores deseaban aportar a la educación de quienes no cuentan con oportunidades, para que tengan la posibilidad de formarse y desarrollarse hasta alcanzar su máximo potencial”, cuenta Diego Martínez, director ejecutivo de Fundación Alda.

Hay dos conceptos sumamente importantes para comprender el modelo de trabajo que proponen. Primero, el de una escuela abierta, que no se refiere específicamente al espacio físico del centro educativo, sino a la idea de que la enseñanza esté disponible para la comunidad y que el proceso de aprendizaje no termine al sonar la campana o al final del año lectivo. Implica un acercamiento lúdico y aplicable al día a día de los alumnos.

En la misma línea se encuentra el concepto de la educación respetuosa, que va de la mano con la crianza respetuosa y que significa, como su nombre dice, un trato recíprocamente horizontal y cuidadoso con el alumno. El enfoque de la organización propone involucrar de manera cercana a directivos, docentes, estudiantes y autoridades locales en una conversación más fluida. Para el director ejecutivo, existen dos programas emblemáticos que encarnan esta visión: Alda educa y Joven adelante.

NUEVAS METODOLOGÍAS

Este programa es el más antiguo de la organización, ya que nació con ella. Alda educa busca transformar las instituciones en escuelas abiertas. ¿Qué significa esto? Se trata de involucrar activamente a los diferentes actores de la comunidad. El primer eslabón es la capacitación a docentes y directivos de estas instituciones, donde se promueve el desarrollo de metodologías pedagógicas más lúdicas y afines a la educación respetuosa.

La fundación actúa en conjunto con las instituciones educativas, Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni), el Ministerio de Educación y Ciencias, y las Unidades de Salud Familiar. En este proceso, Alda brinda apoyo en cuestiones más burocráticas —como la inscripción en el Registro Civil para cedulación—, pero también se encarga de identificar situaciones de vulneración de derechos o violencia.

“Buscamos que la intervención sea integral y trabajamos varias aristas. Este sistema articula escuela, familia y comunidad. Por ejemplo, trabajamos para que los espacios sean adecuados para el aprendizaje, instalamos ludotecas para niños de la primera infancia, para el desarrollo de capacidades y habilidades de lectoescritura”, relata Diego Martínez.

MÁS ALLÁ DE LA ESCUELA

El programa Joven adelante tiene el objetivo de lograr que los estudiantes de los últimos años de la Educación Media culminen el colegio de manera exitosa. “El seguimiento continúa al ingresar a la universidad o realizar una tecnicatura en educación superior. Acompañamos al alumno en todo el proceso hasta que termine su formación académica y alcance su primer empleo”, explica el director ejecutivo.

Se trata de una beca que puede extenderse de entre cuatro a seis años, de acuerdo con la duración de la carrera que elija el beneficiario. La selección se realiza en el último año de la Educación Media e incluye apoyo académico para nivelar los conocimientos del alumno en caso necesario. “La cobertura económica implica costo de estudios, preparación, ingreso, importe de los exámenes y las herramientas básicas que necesita el estudiante”, explica. Además, agrega: “Hoy, vemos los resultados: tenemos economistas, psicólogos, educadores, ingenieros y trabajadores sociales que pasaron por este programa”.

GUIANDO

En agosto, la organización comenzó a desarrollar un proyecto que busca incorporar herramientas de inteligencia artificial al diagnóstico de dificultades y posibilidades de aprendizaje en el aula. “Estamos construyendo una herramienta llamada GuIAndo, que permitirá a los docentes una evaluación mucho más sencilla, rápida y automatizada de la situación de los niños de acuerdo con cada grado”, anticipa Diego.

La IA se encontraría lista para el próximo año, estará sujeta a los indicadores de enseñanza del Ministerio de Educación y ayudará al docente a elaborar una propuesta pedagógica basada en los resultados que los estudiantes muestran en clase. “Entonces, la idea es que esta herramienta proponga métodos pedagógicos especializados para que el maestro pueda implementarlos”, cierra.

¡Quiero ser voluntario!

La Fundación Alda trabaja con dos tipos de voluntariado: uno internacional, que recibe a jóvenes de varias partes del mundo, y uno a nivel país. Quienes quieran participar deben ingresar a la página web www.fundacionalda.org y cargar sus datos en el formulario disponible. El proceso de selección incluye entrevistas para conocer a los interesados y ubicarlos en el programa que se ajuste más a su perfil.

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