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Master of masters

El secreto tras el sabor de Heineken

Willem van Waesberghe lleva casi tres décadas como baluarte del sabor original de Heineken, la cerveza premium más internacional, distribuida en 192 países del mundo. Durante su paso por Paraguay, el global master brewer nos confesó el secreto tras el sabor afrutado y amargo de esta bebida en todas sus presentaciones.

En 1884, Ámsterdam vio nacer una cerveza que haría historia como la más extendida del mundo. Hoy, tanto su sabor como sus presentaciones son tan inconfundibles como inolvidables.

Geólogo de profesión, pero brewmaster por convicción, a Willem van Waesberghe se lo conoce como Maestro de Maestros, el encargado de que cada botella de Heineken — sin importar de cuál de sus 72 fábricas en el mundo venga— tenga el mismo sabor insignia. Su labor es de suma importancia, ya que esta cerveza trae consigo renombre y, además, el estatus de ser la más distribuida a nivel global, con presencia en 192 países.

Su decisión de cambiar el estudio de las rocas por el arte de la cervecería cambió el rumbo de su vida. Luego de ser entrenado por su padre en su cervecería artesanal, en 1995, el maestro se unió a Heineken. “Actualmente, lo que más disfruto de mi trabajo es el momento de estar en la cervecería, diseñar recetas, ver lo que estoy creando, probarlo y decir: ‘Hice esto y ahora tengo este sabor’”, revela.

En su paso por Paraguay, como parte de la nueva campaña denominada Credenciales, van Waesberghe enfatizó que la frescura es uno de los principales puntos fuertes de esta cerveza. Allí es donde se lucen las 72 plantas productoras que construyeron a lo largo y ancho del mundo, para lograr una distribución óptima al mercado.

Precisamente, su trabajo es que todas estas fábricas distribuidas a nivel internacional mantengan la calidad, el sabor y la identidad en igual medida. “Nos aseguramos de usar la misma materia prima, el proceso, los barriles, la levadura. Con nuestros cerveceros bien entrenados, creamos siempre la misma Heineken. Todos los meses, cada fábrica manda dos cajas a Países Bajos para probarlas y reanalizarlas, de manera a estar seguros de que cada cerveza es la misma”, detalla.

UNA ESENCIA INVARIABLE

Lo que más destaca de la receta original de Heineken es su cuerpo y sabor balanceado, que combina la amargura justa con un aroma frutal otorgado por la levadura. De hecho, el punto que marcó un antes y un después en la historia de la marca fue el descubrimiento y aislamiento de la Yeast-A o Levadura-A en 1889, por un discípulo de Louis Pasteur. “Ese fue el momento en que finalmente se pudo crear una Heineken consistente y hermosa, que permitió a la compañía crecer”, confiesa.

El maestro cervecero aprendió que la calidad de la malta tiene un efecto directo en el cuerpo de la bebida. Comenta que “es necesario para crear el balance del sabor amargo, para que no sea muy intenso e, igualmente, se sienta refrescante. Es un ingrediente natural y, en Heineken, usamos malta 100 % pura para producir”.

Esta esencia también se proyecta en todas sus presentaciones disponibles en el mercado: la Heineken Silver y la Heineken 0.0, su presentación sin alcohol. La Heineken Silver, por su parte, se destaca por la suavidad y el bajo amargor en la fórmula. “Creo que uno debe probar todas nuestras cervezas siempre frías, pero Heineken Silver es un poco menos amarga y eso la hace más suave”, agrega.

Aunque su sabor presenta diferencias, la presentación sin alcohol de la firma es fiel a su esencia. “Vimos que los consumidores deseaban tener más control, en el sentido de que a veces no quieren o no pueden tomar alcohol, pero aún quieren beber una cerveza fría. En su momento, no pudimos darle eso con la Heineken Original, así que necesitábamos la Heineken 0.0 para ofrecer a los clientes”.

Sobre este mismo punto, Willem también manifiesta que “para mí, lo más sorpresivo en toda mi carrera fue la creación de la cerveza sin alcohol y, en Heineken, fuimos capaces de crear una muy buena”. El desarrollo de esta receta tomó ocho meses de trabajo conjunto, que reunió a 60 personas y las dividió en cuatro equipos que colaboraban entre sí. Cada mes, producían una nueva cerveza.

El experto asegura que las tres presentaciones de Heineken disponibles en nuestro país tienen el mismo perfil de sabor y, por ello, se pueden disfrutar con los mismos platos. Sin embargo, ofrece algunas recomendaciones según su preferencia. “Se maridan bien con platos de sabor cítrico como el pescado y el sushi, así como el asado, porque la suavidad de la cerveza puede atenuar los sabores duros de la carne. La Heineken Original también me gusta con la comida picante, porque aporta frescura”, sugiere.

En realidad, la principal diferencia entre estas tres versiones se centra en las situaciones destinadas a disfrutar de cada una. “Cada Heineken tiene su momento. La Heineken Silver es más para el calor, en una tarde cerca de la parrilla, del asado. La Heineken 0.0 es para cuando no podés tomar alcohol; la Heineken Original, para cualquier momento”, finaliza.

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