
Del anuncio a la celebración
La cronología de las invitaciones
Más allá de ser un anuncio, las invitaciones de boda juegan un papel crucial en la comunicación con tus invitados. Para ayudarte a navegar por el protocolo y evitar confusiones, te explicamos las diferencias entre el save the date, el convite propiamente dicho y la confirmación de asistencia.
Reservar la fecha
SEIS A 12 MESES ANTES
Después del esperado compromiso, el save the date es un anuncio previo que se envía con bastante anticipación —generalmente de seis a 12 meses antes— para informar a los invitados sobre el evento. Suele incluir el día y los nombres de los novios. A veces, se agrega la ciudad donde se celebrará, dependiendo si es un lugar más o menos alejado. El formato mayormente empleado es el digital y se manda cuando ya hay una fecha confirmada, pero aún no todos los detalles de la boda. Su objetivo principal es que los invitados apunten en sus calendarios el acontecimiento, especialmente aquellos que viven lejos, como en el extranjero, o tienen agendas ocupadas.
El anuncio formal
DOS A TRES MESES ANTES
Dos a tres meses antes de la gran fecha les llega a los invitados el anuncio formal. La invitación incluye todos los detalles importantes como los nombres de los novios y sus padrinos, la fecha y hora de la ceremonia, y la recepción y las direcciones. Otros datos son el código de vestimenta y la lista de regalos. Sobre el debate de si las invitaciones deben ser impresas o digitales, cada opción tiene sus pros y contras.
Sobre el debate de si las invitaciones deben ser impresas o digitales, cada opción tiene sus pros y contras.
Las tarjetas físicas se convierten en la carta de presentación de la fiesta y brindan a los futuros asistentes un pantallazo de cuál será el look and feel del evento; con el tiempo, también se convierten en un recuerdo tangible de aquel acontecimiento especial. Tienen en contra las cuestiones de costo y logística. Por otra parte, las digitales son mucho más económicas y juegan a su favor la rapidez y la conveniencia. Los novios pueden personalizarlas como gusten y ofrecen mucha facilidad de gestión, aunque sí pueden tener menor valor sentimental y percibirse como menos personales y formales. Muchas parejas optan por una combinación de ambas: invitaciones físicas para los familiares cercanos y digitales para los amigos y familiares más jóvenes.
A las puertas del gran día
UNA SEMANA ANTES
La confirmación, también conocida como RSVP (del francés répondez s’il vous plaît), es la respuesta de los invitados a la invitación con la que informan si asistirán o no a la boda. Normalmente se realiza con 15 días a una semana de anticipación al gran día y aquí se detalla la cantidad de acompañantes y las restricciones alimentarias, si las hubiera.
Desde hace ya un tiempo, esta tarea la lleva a cabo el equipo de la wedding planner, pero también la pareja, para que cuenten con un número exacto de invitados y, así, gestionar mejor el presupuesto de la boda, organizar el servicio de comida y bebidas, la distribución de mesas y otros detalles logísticos que dependen de esta información.